Texto: Dami Killerpain
Fotos: Maria Guerrero
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Cuando la banda malagueña Verdugo abandonaba el escenario tras una cortísima actuación y todo el Velvet se volcaba con ellos al grito común de ¡¡otra!! ¡¡otra!! se produjo uno de los momentos mas memorables del II Costa del Rock Fest: el apoyo multitudinario a una banda local.
Hablar de la organización Costa del Rock es hablar de gente que ama la música, es hablar de gente que apoyan eventos e intentan montar otros sin querer recibir nada a cambio, es hablar de gente que lo único que quiere es que en esta ciudad tengamos una escena, una alternativa, muy atrás quedan los palos injustos que les cayeron en el tristemente recordado concierto de Testament y Exodus. Volviendo a lo que interesa: solo por llegar temprano adquirías un cd promo de Verdugo, otro plástico redondo del ultimo disco de Brutal Thin “Perversiones”.
Verdugo
En torno a las diez y media aproximadamente, y un poco mosqueados por un recorte en el tiempo estipulado de actuación, Verdugo tomaba las tablas para escupirnos directamente en la cara su metal/hardcore donde desde el primer momento el público estaba muy metido dándolo todo en los primeros pogos, conociéndose cada canción al dedillo. Lástima que apenas pudiesen tocar 30 minutos, que se hicieron cortos donde canciones como “Hijo de puta” o “Mi barrio” nos deleitaron a todos.
Brutal Thin
Los de Algeciras, Brutal Thin, asaltaban la tarima encabezados por Victor Sanchez, desbordando a un público algo más distante en los primeros compases que la banda anterior, pero que apenas tardó dos o tres canciones en calentar el ambiente a base de unas letras duras y mucha agresividad. Canciones como “Katólicos Neuróticos Kaóticos” hicieron que se levantara el polvo y todos nos diésemos unos “masajes” a base de más ostias, donde hasta el propio encrestado se sumaba a los mismos acaparando cada vez más protagonismo.
“Pierdes Tú” o “Rey” hicieron que estallase aún más la euforia, algunos besaban el suelo, a otros les acercaba el micro para que cantasen el estribillo, en otras bajaba y nos animaba a hacer mas slam. Resumiendo: se vivió un espíritu, un aura que se está perdiendo y que sucede pocas veces, la gente metida en la música dejándose el alma y dejando el sentido crítico de lado.