[artículo] Reventa de entradas en tiempos de coronavirus ¿Cómo se recupera el dinero?

Las personas siempre se adaptan a los filtros y barreras que se intentan poner, porque hecha la ley, hecha la trampa. El mundo de las reventas siempre ha estado lleno de triquiñuelas, y con la llegada de internet hasta hemos visto a plataformas de venta oficial tener sus propios canales de reventa. Ahora en tiempos de coronavirus, donde todo tipo de eventos se están cancelando o posponiendo, surge una duda muy preocupante sobre este tema.

Para arrancar el artículo y podemos explicarnos mejor vamos a poner un ejemplo práctico:

En enero de este año Mario quiso comprar entradas para un festival de verano del que había escuchado que ya había agotado abonos. En el buscador de Google pone el nombre del festival + venta de entradas y la primera opción de compra que le aparece es la de la web viagogo.es (por poner un ejemplo, hay varias plataformas de reventa).

Como es el primer resultado que le aparece posicionado en Google, y cuando accede a la web parece una plataforma normal de compra de entradas, Mario se fía y empieza el proceso de compra, contento por conseguir una cuando sus amigos le habían dicho que las entradas ya estaban agotadas. Las entradas tienen un precio diferente al que había visto anunciado en un principio, pero decide de todas maneras seguir adelante. Le hacen el cobro en su tarjeta y recibe un email donde le indican que ya puede descargar sus entradas…es entonces cuando empiezan las preguntas.

Nada más mirar el email se da cuenta que se trata de una reventa, que ha comprado una entrada a una persona que la había comprado por el canal oficial, lo que viene siendo una reventa de toda la vida. Es bastante extraño, porque puede ver en el email el logo de Ticketmaster (el canal oficial) y el precio real de la entrada (precio nominal) pero no el precio que él había pagado. Lo que ha recibido no es una factura desglosada y legal en territorio nacional bajo las normativas españolas, sino un email informativo sobre “el pedido”.

Asustado porque haya sido una estafa y no se trata de una entrada legal, decide llamar a Ticketmaster para asegurarse ya que no ve manera de comunicarse por teléfono con Viagogo, de todas maneras en su email aparece el logotipo de Ticketmaster. ¿Problema? No es cliente de Ticketmaster, no lo compró por esa vía, y no pueden darle más información de la entrada que ha adquirido, incluso indican que no le pueden dar garantías de poder acceder al evento o no. En algunos casos se trata de entradas duplicadas, y si es así solo el vendedor oficial puede garantizar que las entradas son válidas. Viendo que aquello no iba a ningún lado, Mario decide cancelar la operación de Viagogo y que le devuelvan el dinero, pero para su sorpresa Viagogo no tiene esa opción. No puede devolver la entrada y recuperar lo que había pagado, lo único que puede hacer es revender la entrada en la misma plataforma, justo como habían hecho con él.

Hemos puesto el ejemplo de una entrada para un festival, pero son cientos los eventos (deportivos, artísticos, de ocio) que están pasando por lo mismo. En la mayoría de los casos las empresas organizadoras están intentando posponer los diferentes espectáculos para reducir el impacto económico de la medida de lo posible. Dicho esto, si al consumidor no le va bien la nueva fecha, tendrá derecho a reclamar el importe de la entrada pagada. Todo esto siempre y cuando la transacción se haya hecho por los canales oficiales ¿Cuántos eventos conoces que han hecho sold out nada más ponerse a la venta? Muchas personas han tenido que recurrir a un tercero para hacerse con una entrada, y solo hemos hablado de una reventa digital donde al menos se tiene una especie de resguardo de lo que se ha pagado ¿Qué pasa en el caso de una reventa de la “vieja escuela” hecha a mano? ¿Una reventa a través de canales como Mil Anuncios o Wallapop? En esos casos tendríamos que depender de la buena fe del vendedor (si es que conseguimos localizarlo) ya que el dinero se lo devolverían a él en su tarjeta o en efectivo a través de un comprobante de compra.

La otra cara de la moneda está en las personas que toman esto como su manera de sacarse un dinerillo extra, esas personas que han comprado más entradas de la cuenta para revenderlas y ahora se las tendrían que “comer con patatas”. Claro, siempre que se cancele o posponga podrían devolverlas por el canal habitual, pero ¿Y el dinero de los gastos de gestión? En caso de abonos de festivales puede llegar hasta 10 euros por gasto de gestión de cada abono, y amigo mío, ahí hay otro gran vacío legal del que se podrían beneficiar todas las personas equivocadas. ¿Y quién haya comprado una entrada para un evento por un precio de 20 euros o inferior y decide no tomarse las molestias de devolverla?

Las empresas líderes en venta de entradas aceptarán las devoluciones hasta 15 días después de la fecha original del evento. Pasado ese plazo no se aceptarán devoluciones, el problema lo tendrían las empresas pequeñas que no tengan liquidez suficiente para hacer frente a esos pagos. Todo esto, por supuesto, cuando los eventos estén cancelados o pospuestos, y para ello están esperando a sus seguros.

Seguros ¿Otro problema?

Todo depende del tipo de seguro y de la compañía que tenga contratado el evento en cuestión. En su gran mayorías las compañías de seguros no cubren las pérdidas por cancelación de conciertos y festivales por coronavirus (ya hemos visto el caso del gigante Hellfest Open Air y el pleito con su aseguradora). En cuanto al Consorcio de Compensación de Seguros, éstos no estipulan compensaciones en su reglamento, al menos no por coronavirus. De momento todo queda en incógnita.