Por Nekrokosmos
Ihsahn – voz, guitarra, teclados
Samoth – guitarra
Tchort – bajo
Faust – batería
01. Intro
02. Into the Infinity of Thoughts
03. The Burning Shadows of Silence
04. Cosmic Keys to My Creations & Times
05. Beyond the Great Vast Forest
06. Towards the Pantheon
07. The Majesty of the Night Sky
08. I Am the Black Wizards
09. Inno a Satana
Se puede decir sin miedo a equivocarse que ‘In The Nightside Eclipse’ de Emperor es uno de los discos que cambió el black metal para siempre. Publicado en 1994, se une a nombres como los de Hellhammer, Celtic Frost, Bathory, o los pioneros Venom, en darle un viaje más artístico al metal más oscuro que se podía hacer en esos años. Lo que consiguieron Emperor con este álbum fue cristalizar y poner en sólido la esencia pura del género de una manera mucho más creativa, segura de sí misma, y con propia personalidad como no se había hecho hasta entonces.
Uno de los grandes logros de ‘In The Nightside Eclipse’ es el de que sus atmósferas y paisajes suenen actuales casi 30 años después, vigentes a través de la influencia que han ejercido en bandas de black metal que han aparecido después, y todo ello de manos de un jovencísimo Ihsahn que debido a su corta edad no pudo coquetear con las tonterías de la escena noruega del black metal de sus mayores.
La producción de este álbum es mucho menos abrasiva que la de ‘A Blaze In The Northern Sky’ de sus compañeros Darkthrone, pero no está falto de momentos de locura intensa como “Cosmic Keys To My Creations & Times”, ni de teclados flagelantes como los de “Into The Infinity Of Thoughts”. Dicho esto, hay que reconocer que Emperor fueron en este álbum la primera banda de black metal de la primera ola en interesarse que su disco sonase bien. La producción de Eirik Hundvin, que también había trabajado con bandas como Mayhem o Immortal, fue mucho más limpia y dejó filtrar de manera audible elementos como el bajo, que aunque parezca un dato insignificante, significaba mucho a principios de los 90’s cuando al black metal no le interesaba nada la mezcla.
Puede que los sintetizadores hayan sido la clave crucial para que lo que se escucha en el disco vaya más allá de la frialdad siniestra, dándole un toque sinfónico que tantos reutilizarían tiempo después. Escrito principalmente por Ihsahn y Samoth, estas canciones sonaban y suenan amenazantes, complejas, y casi por primera vez, notablemente técnicas. Las voces siguen siendo crudas y crispantes, pero sirven de efecto perfecto para dar la grima necesaria para seguir siendo kvlt.
En un género que no estaba acostumbrado a alabar la musicalidad de sus integrantes, Emperor brindaron un disco lleno de cambios de tempo y riffs variados, siendo incluso conscientes que había que cambiar la afinación de las guitarras para darle más provecho. Dejando de lado la fachada de maldad imperante, crearon canciones como “The Majesty Of The Night Sky” que a pesar de su simplicidad tiene unos ritmos contagiantes que no eran propios de bandas que se glorificaban en ser anti comerciales.
Dramático y con letras (un par de ellas de Mortiis) que se convirtieron en leyendas, Emperor forjaron aquí himnos como “I Am The Black Wizards” que siguen siendo hoy celebradas como piezas atemporales. Blasfemia sí, pero que va más allá de la estética del corpse paint. Si no han vuelto a grabar nada más desde su reunión es porque saben que cosas como esta solo pasan una vez en la vida.