Texto: AliveCarlos
Fotos: AliveCarlos
Accept arrasó Razzmatazz. Barcelona vivió una noche mágica con una de las bandas mas representativas del heavy metal clásico, y todo junto a la formación americana de versiones The Iron Maidens. Como se preveía, la 1 se llenó de publico predispuesto a oír y cantar sus míticos temas, sumando el material de su actual época, que no ha hecho más que agrandar su legado musical.
PUEDES VER TODAS LAS FOTOS EN ESTE ENLACE.
Hemos tenido que esperar dos años desde la salida del ‘Too Mean To Die’, su último disco en estudio, hasta su presentación en directo. De nuevo y como con tantos otros grupos, la pandemia hizo postergar la gira que tendría que haber pasado a principios de 2021. Esto ha hecho que, a parte de festivales de verano (en Barcelona los disfrutamos en el Rock Fest) y poco más, no pudieran presentar el disco como es debido, al menos no hasta hace muy poco. Arrancó con una gira por Estados Unidos entre octubre y noviembre de 2022. A Europa nos toca todo enero y febrero.
En este periplo les acompañan The Iron Maidens, banda difícil de ver en Europa en salas, donde hacía seis años que no se pasaban. Todo hay que decirlo, dejaron muy buen sabor de boca. El quinteto salió al escenario de la Razzmatazz con “The Trooper”, enganchando al público desde el primer momento. Al igual que Bruce Dickinson, su vocalista Kristen Roseberg ondeaba la bandera inglesa, y también estaba dotada de una voz digna de escuchar. Nos sorprendió a todos abrigada en la casaca roja que el soldado Eddie lució junto a la Brigada de la Caballería Británica en la guerra de Crimea.
Nadie se esperaba el “Back In The Village” del ‘Powerslave’, y llegaron al “Caught Somewhere in Time” con la sala llena coreándola junto a ellas. En sus miradas se notaba que realmente estaban disfrutando de la gran acogida que estaban recibiendo, con cada tema yendo a más. Estaban ante una audiencia que reconocía la solvencia con la que tocaban un repertorio donde incluyeron un “Genghis Khan” que no tiene precio. Iban cayendo “Phamtom of the Opera”, “Run to the Hills”, también “Wasted Years” y un “Fear of the Dark” que todo el mundo cantó como si estuviera delante de los británicos, para cerrar con “The Number of the Beast”. Magnifico concierto que dejó a un público con ganas de más y caldeado para la llegada de los alemanes.
Lo que a continuación se vivió fue un concierto de los que marcan época, de esos que si no has podido estar y te lo explican, te jode no haber asistido. Abrieron con dos canciones de su última obra, la potente y acelerada “Zombie Apocalypse” con un Mark Tornillo dándolo todo y acompasado de las guitarras contundentes y melódicas a partes iguales; y el “Symphony of Pain”, con un gran empaque de la parte rítmica de batería /bajo unidos a los constantes riffs del trio de guitarristas. Con esta nueva formación es la primera vez que han grabado en estudio Wolf Hoffman, Uwe Lulis y Philip Souse a las guitarras, junto al bajista Martin Motnik que ha sido pieza importante en la composición de buena parte del disco, y Christopher Williams a la batería.
Los primeros clásicos en caer fueron “Restless and Wild” y “London Leatherboys”, que incendiaron la sala al igual que las más actuales “The Shelter” donde se iban sucediendo los solos de guitarra, o el “Overnight Sensation” viendo el peso que ha cogido Philip Souse en el apartado de solos (como anécdota decir que apareció con la melena cortada). A nivel escénico todo recae en Mark Tornillo, Wolf Hoffman y Philip Souse, pues tanto Uwe como Martin pasan prácticamente todo el show en unas plataformas al lado de la batería sin apenas salir de dicho espacio. Martin solo apareció un momento al filo del escenario, en el comienzo del “Shadow Soldier”, sucediendo lo mismo con Uwe, que ahora solo realiza las partes rítmicas y arreglos exceptuando un par de temas como “Starlight”.
Este tío es incansable, capaz de deleitarnos con sus habilidades estando activo en todo momento.
“Demon´s Night”, “Starlight”, “Losers and Winners”, “Flash Rockin´ Man”, un “Breaker” a todo trapo con todos en primera linea, para luego darnos un pequeño respiro con la semi acústica “The Undertaker”, donde podemos escuchar a Mark en un registro diferente al suyo y amén de unos coros made in Accept. Volvieron a subir el volumen con “Shadow Soldiers”, y llegar a uno de los momentos mas álgidos con la triada del “Princess of the Dawn”, el “Restless and Wild”, y las tres Flying V en primera linea para cerrar con “Metal Heart”.
Yo creo que si acaban el show en ese momento, podríamos habernos ido a casa sin acordarnos de todo lo que faltaba por llegar. Pero después de tres monumentos históricos patrimonio de la humanidad como estos, es difícil seguir centrado. Después cuando suenan joyas como “Teutonic Terror” o “Pandemic”, que es con la que cerraron, es cuando te das cuentas que aun faltaban por sonar. Fue entonces cuando caí en la cuenta que habían realizado todo el setlist a saco, sin mediar apenas espacios ni presentaciones, sin dar ni un respiro.
Y casi por igual para los bises, secarse el sudor, hidratarse y volver a la carga con “Hung, Drawn and Quartered”, y cerrar a lo grande con el “Balls to the Wall” y la macarra “I´m a Rebel” con todos acaparando el frontal del escenario. Un gran acierto la inclusión definitiva de Philip Souse, tanto a nivel técnico como por la contundencia con la que suenan. De hecho siempre siempre lo han sido, y ahora, lo han superado.