[crónica] An evening with Bruce Dickinson en Barcelona – Hotel Catalonia Plaza, 01/12/2019

Por Xavier F. Vidal

Es sabido que Bruce Dickinson (cuyo nombre real es Paul Bruce Dickinson), nacido en Worksop, Gran Bretaña, en 1958, es uno de los músicos más polifacéticos de toda la escena. No sólo es admirado por sus cualidades como cantante en Iron Maiden, sino que también es conocido por realizar un sinfín de actividades.

Además de frontman de una de las bandas de metal más importantes de la historia, Dickinson es empresario, piloto de aviones y escritor, entre otras muchas profesiones más. Así pues, no solo es admirado como cantante, sino también por las múltiples actividades que desarrolla. Lo que ahora se conoce como un emprendedor, vamos.

Y así, con motivo de la salida al mercado de su autobiografía, “What does this button do?”, no traducida al castellano, está realizando una gira para presentarla. Estuvo en Sevilla, en Madrid y también en Barcelona, a la que Goetia Media acudió como medio acreditado. Estamos acostumbrados a cubrir conciertos y alguna rueda de prensa, pero este evento era algo excepcional y, debido a la importancia del conferenciante, si se le puede llamar así, no podíamos faltar.

Porque… ¿era una conferencia? Pues la verdad es que no, por suerte. En una época en la que cualquier autoproclamado líder se las da de coach para proclamar sus tesis de autoayuda y pseudofilosofía y sacarse unos dinerillos, había el riesgo de que alguien mucho más autorizado a dar consejos en este sentido, debido a su éxito y sus múltiples actividades, cayera en lo mismo.

No, por suerte, no fue así. Dickinson es sobre todo un empresario, más incluso que un cantante, diría yo. Lo fácil hubiera sido caer en la típica conferencia sobre cómo conseguir el éxito, pero, insisto, no fue así. Cierto es que el fondo era presentar su libro, y su libro habla de su vida, para lo cual mejor hablar de ésta, pero también es verdad que la gente quería escuchar historias reales y no que le expliquen cuentos.

Fueron tres horas amenas, centradas sobre todo en explicar su vida a partir de anécdotas concretas, desde cómo su tío le introdujo su pasión por volar y la primera vez que le expulsaron de la escuela, por orinar en la comida que estaban preparando en la cocina. Quizás lo que explicaba no era tan gracioso en sí (sin duda no lo fue para los que hicieron desaparecer las pruebas de ese delito) como la forma de explicarlo, que nos recordó sin duda a su forma de actuar sobre otro escenario, el de los conciertos: con teatralidad, con algo de exageración y con mucha pasión.

Eso es lo que mantuvo la atención en todo momento. En la parte final, Dickinson contestó a algunas preguntas escogidas entre las que todo los asistentes, que por cierto llenaron la sala (no había ni una sola silla vacía), habían podido escribir en unas tarjetas al principio.

En definitiva, una charla que no fue más que un compendio de anécdotas con el fin de promocionar un libro, pero que nos hizo pasar un buen rato. Con todo, eché de menos algo de contenido de su etapa como cantante de Maiden, que de hecho es lo que le ha llevado a la fama. Quizás lo que dijo tampoco no tenía mucho interés en sí mismo, pero insisto, mejor escuchar anécdotas divertidas de uno de los personajes más interesantes de la escena rockera mundial que no una charla motivacional.

Y aunque lo que explicara fueran momentos concretos de su vida, ya por la importancia del personaje (Dickinson es un cantante fundamental en la historia del metal pero también una persona admirable en muchísimos otros sentidos) y por cómo lo hizo (con su gestualidad característica y con su acento y humor ingleses) ya valió mucho la pena. ¡Muy grande Bruce!