[crónica] Azkena Rock Festival – Vitoria-Gasteiz, 15 al 17 de junio de 2023

Texto: Daniel Claudín

Vamos de camino a Vitoria, la cosa empieza accidentada cuando, después de trabajar, queremos llegar a ver a Steve Eagle (Esteban el Aguililla para los colegas) pero conductor novato, atasco a la entrada y más de una hora buscando aparcamiento por los alrededores del festival nos hacen llegar a la última media hora de El Drogas.

Así que nuestra jornada empieza directamente con uno de los cabezas de cartel, y merecidísimo, El Drogas dando un espectáculo impresionante, un sonidazo increíble y un recorrido de hits de Barricada epiquísimo que nos recuerda a los mejores años de la banda.

Un recorrido perfecto desde “Okupación” , “Oveja Negra”, “No hay tregua”… hasta “En Blanco y Negro”. De verdad, bolazo.

Hasta que empezase Rancid el plan fue intentar cenar, y digo intentar, porque los precios estaban bastante altos y había una cola criminal para el poco espacio que habían reservado para los puestos de comida, en los que tampoco había demasiada oferta.

Nuestra intención también fue ver a The Kaisers, en la zona Trashville, guapísimo puesto por cierto, una especie de carpa circense con suelos de madera y buen sonido, llegamos a entrar, pero aquello tenía muy poco aforo para la gente que estábamos ahí dentro, así que no tardamos mucho en irnos.

La mejor opción de todas fue la siguiente: ¡COCHES DE CHOQUE!, nos dio la vida todo el festival, la verdad, lo pasamos increíble, resto de festivales, apuntad.

Finalmente, poco antes de que empezase Rancid estábamos en pie frente al escenario, era nuestro plato fuerte del día y lo íbamos a gozar.

Con un comienzo fuerte al ritmo de “Tomorrow never comes” y sin parar de tocar temazos “Roots Radicals”, “Radio”… Casi sin parones y sin parar de moverse por el escenario de un lado a otro.

La banda formada por Tim Armstrong, Lars Frederiksen, Matt Freeman y Branden Steineckert sigue en una forma envidiable después de 30 años de carrera, y aunque no viésemos su mejor concierto, para la gente que fuese su primera vez seguro que les dejó con un sabor de boca increíble, porque fue un bolazo.

Fue un concierto de pocas palabras, poco antes de tocar “Fall Back down” la banda anunció que les quedaba poco tiempo, y que iban a tocar del tirón los hits que le quedaban, entre ellos “Time Bomb” y el cierre de fiesta, “Ruby Soho”. Increíble.

Después de Rancid ya tocaba retirada, una rondita más a los coches de choque y a casa, que al día siguiente había que trabajar otra vez.

La segunda jornada del Azkena se nos antojaba perezosa porque no conocíamos casi a las bandas, habíamos escuchado hablar de alguna, pero realmente no habíamos prestado demasiada atención a sus temas.

Llegamos para ver a Los Tiki Phantoms, después de comprar un litro de cerveza, 3€ el vaso, 11 el “litro”, tremendo robo, pero es un festival, asumes y no bebes más. Lo bueno del vaso es que se podía devolver y te devolvían el dinero, si lo has comprado tú, claro, si te lo ha comprado el colega que iba a por los litros entonces ya te puedes olvidar.

Los Tiki Phantoms bien, como siempre, un concierto tiki-divertido, con un buen espectáculo y diversión asegurada para un público mayoritariamente desconocido.

Nuestra segunda curiosidad del día eran “The Guapos”, el extraño combo en el que Leiva, sí, LEIVA, el de pereza, se pone a la batería… “YO SOY GUAPO NO CONOZCO EL SUFRIMIENTO, ME HAN TRATADO BIEN INTENTO QUE ME ODIEN, PERO ME DAN AMOR Y PASIÓN”. No sé, no nos enganchó en absoluto la verdad.

Después ya llegaban The Pretenders, bien, ahí sí conocíamos a la banda, más o menos, creadores de himnos como “Don’t get me wrong” o “Back on the chain gang”, de esas bandas que si se te presenta la oportunidad está bien ir a ver.

No fue el concierto de nuestra vida, pero seguramente por desconocimiento de la banda, fue un muy buen concierto en cuanto a ritmo, música y actitud.

Después de un show de aprox hora y media en el que quienes más disfrutaban del show eran los mayores de la sala (no tan mayores, la verdad, pero había mucho chavalín), nos fuimos a ver a The Undertones.

A los irlandeses les tenemos un poco más fichados, también se les ve tadullitos encima del escenario, daba la impresión en general de ser un festival de viejas glorias, todas impecables, que una cosa no quita la otra.

Empezamos de disfrutar de sus temazos como “Jump boys” o “Girls don’t like it”, aquí ya nos lo estábamos pasando como enanos, “Teenage Kicks” nos hizo disfrutar como locos, y poco a poco, siguiendo en su línea de hits “Here comes the summer”, “Wednesday Week”… llegábamos al final con “My perfect cousin”.
Se nos hizo cortito, una hora escasa de set, pero había que dejar paso a Incubus, para nosotros el plato fuerte de la noche.

Cerca de hora y media de set es lo que tuvieron los de Calabasas, con un Brandon Boyd en plena forma y por suerte, sin grandes aglomeraciones de público.

Esto último es muy destacable, dentro de que se veía mucha gente en el recinto, que no es excesivamente grande, pero tiene un tamaño aceptable, en ningún momento (salvo comiendo o intentando entrar en Trashville) sentías sensación de agobio, podías disfrutar tranquilamente de tus bandas favoritas.

Y llegaba Incubus, “Karme, come back” fue la primera en sonar, con esos acordes bajitos y la voz entrando poco a poco, después la batería.. La banda empieza a aclimatarse y el público también, hasta que rompen y entonces ya estás completamente dentro del concierto.

Con toda la adrenalina comienza un repaso a su discografía “Privilege”, “Anna Molly”, “Just a phase” … Suenan una detrás de otra y no podemos parar.

Recuerdo ver a Incubus el año pasado en el Madcool en Madrid y no disfrutarlo ni la mitad, demasiada gente, ellos fuera de su ambiente.. Pero aquí parecía que tocaban en casa. De pronto, un cover de los Beatles “Come together”, maravilloso.

Se presentía que nos íbamos acercando al final del show y los californianos seguían imparables en su ronda de hits, incluída una intro de “Riders on the storm” de The Doors, que seguro que atrajo la atención de quien se empezaba a despistar, una intro perfecta para presentar “Are you in?”, Y TAN IN que estábamos.

Llegaba el final del concierto y parecía que nos iban a dejar sin un himno emo, “Drive”, pero no fue así, la banda no podía abandonar Vitoria sin tocarla. Ahora sí se había convertido en un concierto redondo.

Después del subidón que nos dio Incubus un colega nos dijo que teníamos que ir a ver a GWAR, no les habíamos escuchado, pero por sus pintas les veíamos un poco alejados del resto del festival. La sorpresa fue que sonaban bastante punk, siguiendo la estela de el día anterior, no nos quedamos mucho pero la fiesta que se estaban montando sobre el escenario era cuanto menos épica, literalmente, buscadles en youtube.

Ya de vuelta en casa nos organizamos para el siguiente día, el plan era ir desde primera hora a ver a Ezpalak y Brigade Loco.

Cuando nos despertamos, vamos de pintxos y con la lluvia que estaba cayendo nos temíamos lo peor, así fue, Ezpalak y Brigado Loco cancelados, la apertura de puerta retrasada durante cerca de hora y media y Nat Simons y Cherie Curie atrasadas tanto, que coincidían con Iggy Pop.

Finalmente se abrieron las puertas y nos enteramos en la distancia, llegando directamente a ver a Lucinda Williams, otro gran descubrimiento del festival, una cantautora americana con un rollo country y blues muy muy guapo, se pegó un concierto de cerca de hora y media con el que nos dejó flipando.

Hemos estado investigando y resulta que ya no toca la guitarra porque le dió un infarto que le ha dejado la mitad del cuerpo incapacitada para tocar, y ahí estaba, con su flow de 70 años y una energía desbordante, increíble.

Seguidos llegaban los Melvins, míticos, arrancando los coros al personal con “Take on me” sonando por los altavoces, para justo después comenzar toda la descarga de guitarrazos y energía en “Snake appeal”. Increíble la velocidad a la que tocaba esta gente, sin parar, temazo tras temazo, parecía por momentos que estábamos en un concierto de Kreator.

Nos sorprendió que también hicieron un cover de los Beatles, “I want to hold your hand” fue la que sonó esta vez. Esta gente lo peta en el Azkena, deberían traerles algún año.

Desconocíamos muchos de los temas que tocaron, pero podíamos ver a la gente disfrutando del espectáculo y conociéndolos todos, pudimos cazar “Let it all be”, “Blood witch” y “Boris”, que cerró el show con una muestra de su mejor Sludge, unos riffs pesadísimos y el recinto del Azkena convertido en un headbanging conjunto y armonioso.

Y ahora sí, Iggy Pop, la estrella de la noche. Ese pellejo de 70 años que no es capaz de estarse quieto, es fiera inquieta que me da mil vueltas y me hace sentir bien. Comenzó su show con “Rune”, llegando al escenario sin mediar palabra, y casi sin necesitar cantar, el público lo hacía todo.

Acompañado de una banda increíble con distintos vientos, teclados, batería, guitarras… El show empezó como se esperaba, con un Iggy Pop vestido con un chaleco (Spoiler: No le duró mucho puesto)

Enseguida comenzó a tocar temas de su época de The Stooges, al menos la mitad del set list estaba compuesto de los temas de la banda, como era de esperar, a fin de cuentas la mayoría de la gente es lo que más conoce del cantante de Michigan.

La primera de ellas fue “T.V. Eye”, seguida de una propia “Modern Day Rip Off”, para volver a los estuches con “Raw Power” y “Gimme Danger”.

Lo de Iggy Pop es increíble, yo no me veo con esa energía a los 70 años, quizás no llegue ni vivo como para andar corriendo, gritando y bailando durante hora y media. El puto amo.

De Stooges pudimos disfrutar también de más hits que, obviamente, no podían faltar. “Death Trip”, “I’m sick of you”, “I Wanna be your dog”, “Search and destroy”, y tras una breve desaparición del escenario (el tiempo apremiaba), volvió con los bises. Pudimos reconocer más canciones de la banda que compartía con Ron y Scott Asheton, y Dave Alexander, “Down on the street” y “Loose”. LOOSE! Por favor, qué temazo.

Dejándonos con las pilas cargadísimas, el rey del punk nos dejó también con ganas de más, como siempre, no falla.

El último plato fuerte del día era Alter Bridge, la banda de Myles Kennedy que vino con un set más bien corto, según el horario oficial de unos 40 minutos (o una hora, no sabemos bien porque no aparece la hora de finalización), y teniendo en cuenta que algunas canciones del conjunto llegan a los 8 minutos de duración, no es gran cosa.

Después de escuchar “Ghost of Days gone by” y “Come to life” y ya pasadas las dos de la mañana nos tuvimos que retirar, la mitad del equipo de vuelta a Madrid, la otra a Bilbao.

Eso sí, volvimos a pasar por los coches de choque, nuestro cabeza de cartel junto a Rancid.

En resumen, el Azkena nos ha llegado como un festival de viejas glorias, donde lo mejor de cada casa se reúne y nos brinda la oportunidad de acercarnos a bandas que siempre habríamos deseado ver, y desde luego, mejor así de cerca que en los macrofestivales a los que últimamente estamos acostumbrados. Larga vida al Azkena.