Texto: Íñigo Domínguez Díaz
Fotos: Mary Carmen Lozano
Se han acabado ya los tópicos respecto a las giras postpuestas por la pandemia y creo que es mejor dejar de tratar el fenómeno como algo relevante. Hay muchos conciertos, muchas giras, no se puede ir a todas, etc. Lo importante, que nos lo estamos pasando bien volviendo a disfrutar de la música en directo.
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Con este ánimo me acerqué el domingo pasado al Sant Jordi Club, para asistir a una de las más esperadas, sobre todo y nunca mejor dicho por sus fans. Y es que Bring Me The Horizon (BMTH), son una de las bandas en el que el fenómeno fan está muy implantado y así lo demostró la interminable cola de acceso al recinto, que ya había una hora antes de la apertura de puertas. Lejos de ser aburrido, estuvo amenizado por un vendedor no oficial de merch y por un individuo que intentaba revender una entrada de pista a 180 euros, justificando el precio que era lo que por ella había pagado. Un poco antes de las 18:00 se comenzó a mover la cola y hasta un poco más tarde de las 18:30 cuando comenzaba el primer grupo, no accedí al recinto.
Con una buena parte de la audiencia ya dentro, comenzaron a tocar Static Dress (SDS, aunque sea corto usaré las siglas, como es norma en el género, y añado una letra más para no dejarlo corto y que no se sepa a quién me refiero) una banda del norte de Inglaterra como se afanaron en recordarnos varias veces. Más allá de eso, poco aportaron, con una propuesta muy simple y sin elementos diferenciadores del resto de bandas del estilo metalcore.
En todo caso la experiencia fue muy breve, apenas media hora de concierto, como suele ser habitual en este tipo de eventos, en los que hay tres o más bandas teloneras. Poco más aportaron los siguientes Poorstacy (PSY, mismo razonamiento que el anterior grupo), que tras un prometedor tema inicial, muy rockero y gamberro, se diluyeron y ofrecieron un setlist totalmente alejado de este primer tema, muy centrado en el hardcore puro con algunos toques punk.
Su frontman, que es quién da nombre a la banda, mantenía una estudiada soberbia hacia el público, que no le beneficiaba ni a él ni a la banda. Mención especial merece su batería, que parecía recoger en él la dosis de motivación que le faltaba a su líder. Y con esto transcurrió la primera hora del concierto, que más que otra cosa fue el peaje a pagar por lo que a continuación llegaría.
A Day To Remember (ADTR, no sé qué es más fácil de recordar, su nombre o sus siglas) es un grupo cuya base sonora de partida puede resultar original, no tanto por innovadora, sino por atrevida. Han sido capaces de colar un estilo tan inocente como el rock juvenil americano, banda sonora de película de instituto a público que presumiblemente le gustan sonidos más duros, simplemente incluyendo algún que otro riff y voces de metalcore.
Es todo un triunfo que sigan en la escena después de tantos años, haciendo y tocando canciones para generaciones sucesivas de jóvenes, mientras ellos son los que maduran. Cierto es que la fórmula, para un rato es entretenida y su concierto en el Sant Jordi Club así lo fue. Su actuación, fue eléctrica y de absoluta comunión con el público, lo que contrastó enormemente con las dos anteriores, comenzando porque lanzaron camisetas al público con cañones, balones de playa y algo muy americano, el papel de WC y porque en cada uno de los temas la banda lo tocó como si fuera el último y pidió la participación de la audiencia, que conocía absolutamente todas las letras.
Ciertamente es un dato positivo, la de veces que muchas bandas cuyos públicos mayoritarios son de, vamos a decir mediana edad, dejan vacías sus liricas cuando ofrecen al público cantar (la única que funciona es The Bard’s Song¸ pero solo In The Forest, la otra no). En cuanto a la escenografía, brilló por su ausencia, y el juego de luces bastante luminoso, lo que también contrasto con las otras dos bandas. Yo pasé un rato divertido, la mayoría de las canciones me retrotrajo a una época muy añorada, en la que The Offspring, Greenday, NOFX o Blink 182, estaban en mis listas (mejor dicho, en mis cintas o CDs) y me gustaron mucho la inicial The Downfall of Us All, 2nd Sucks y Miracle.
Las tres primeras pantallas del juego ya estaban jugadas, quedaba la final (por cierto, entre acto y acto se publicitaban en la pantalla próximos lanzamientos de videojuegos, audiencia claramente target). Bring Me The Horizon (BMTH, tengo la sensación de haber jugado a la ruleta de la fortuna mientras escribía, me faltan las vocales para poder descubrir la palabra escondida…) llevan tiempo estando en lo más arriba de listas, encabezando carteles de festivales importantes y llenando recintos cada vez más grandes.
Y todo esto desde Sheffield, la ciudad más triste de Inglaterra, como Full Monty, nos hizo entender, lo cual tiene mayor mérito y me hace pensar en el paralelismo cuando 50 años Black Sabbath y Judas Priest, afloraron de lo no menos triste Birmingham (Aquí habló conocimiento de causa porque viví durante un tiempo allí). Dicho lo cual, en Barcelona demostraron el por qué de su éxito; una escenografía muy cuidada, con las tres bases rítmicas en la tarima y las guitarras y sobre todo su frontman Oliver Sykes, acaparan el protagonismo absoluto de la banda.
Y es que es todo un icono y un auténtico influencer que se lleva al público de calle, no solo a través de su imagen, también en su actuación, dándolo todo en cada nota y apurando bien las voces extremas. El escenario estuvo muy iluminado, a ratos demasiado y hubo humo, mucho humo, de hecho, el olor a incienso no se fue del ambiente en ningún momento. Si antes he elogiado la capacidad del público de ser voz cuando así lo ofrecía la banda, ojiplático me dejo ver como la gente se sabía todas las letras de principio a fin, la militancia es auténtica. Pero todo esto no se consigue sin un buen sonido y con este factor también contaron, limpio y casi perfecto durante toda la noche.
Dedicaron el setlist a presentar su disco Post Human: Survival Horror, del que me gustaron y mucho Obey, tocada en el bis, Parasite Eve y se atrevieron con Kingslayer, a dúo con las voces pregrabadas de Baby Metal, aunque para abrir eligieron uno de sus grandes hits como es Can You Feel My Heart del Sempiternal, el álbum que les lanzó a la fama y del que más adelante pudimos escuchar Shadow Moses y Sleepwalking.
Hubo una fase que bajaron el ritmo, para mi gusto un poco larga, en la que tocaron tres baladas seguidas DiE4u, Follow You y Drown, en las que Oli aprovechó para darse un baño de masas en el foso, retransmitido en directo. Acabaron por todo lo alto con Throne, de otro de sus discos emblemáticos That’s The Spirit, dejando al público con ganas de más y haciendo una actuación sobresaliente en la que demostraron el buen momento de forma y de fama que viven.
Setlist Bring Me The Horizon
Can You Feel My Heart
Happy Song
Teardrops
MANTRA
Dear Diary
Parasite Eve
sTraNgeRs
Shadow Moses
Kingslayer
DiE4u
Follow You
Drown
Obey
Sleepwalking
ThroneSetlist A Day To Remember
The Downfall of Us All
All I Want
Paranoia
2nd Sucks
Right Back at It Again
Rescue Me
Have Faith in Me
Bloodsucker
I’m Made of Wax, Larry, What Are You Made Of?
Miracle
Resentment
If It Means a Lot to You
All Signs Point to Lauderdale