[crónica] Bruce Springsteen en Barcelona – Estadi Olímpic Lluís Companys, 30/04/2023

Texto: Oliver Heras
Foto de portada: Rob DeMartin

Tras la auténtica revolución que supuso el primer concierto de Bruce Springsteen en tierras barcelonesas el pasado 28 de abril, el Boss repetía tan solo dos días después. Misma ciudad, mismo escenario, misma hora, mismo sold out, pero una noche infinitamente diferente.

Y es que los conciertos del de New Jersey son muchísimo más que música. Lo vimos o lo sufrimos los que vivimos en Barcelona tres días antes del primer show cuando se presentaron en la ciudad personalidades como los Obama, el director Steven Spielberg, la actriz Kate Capshaw y la gran Susan Sarandon.

De ésta última no tengo constancia de que asistiera al concierto, sino que visitó la ciudad dentro del marco del del BCN FilmFest y maravilló al pueblo en redes sociales con sus fotos de la Barcelona cotidiana. No creo que a la actriz y activista le hiciera gracia tener al lado en la tribuna a Spielberg y mucho menos del fan de los drones Barack Obama, pero eso es otra cuestión, vamos a lo nuestro que es el concierto del 30 de abril en el nuevo estadio del F.C. Barcelona, todavía sin tener como pronombre algún patrocinador de streaming musical o similares, el Estadi Olímpic Lluís Companys.

Decía más arriba que a pesar de que los ingredientes principales fueran los mismos: Mr. Springsteen y la magnífica E Street Band, la guarnición fue sumamente distinta. Empezando porque el postureo yanki/hollywoodiense de los Obama y compañía esta vez no asistieron al evento, así como la reina de los tiktoks de dudoso gusto y calidad la alcaldesa de Barcelona Ada Colau. Simplemente la plebe nos centramos en la música, el rock, el blues, el increíble tupé del Boss y en algo que llevaba sin aparecer por la ciudad condal la friolera de dos meses: la lluvia. Hablo de plebe como si en la actualidad poder ir a un concierto de estas magnitudes pudiera permitírselo todo el mundo, entiendan mi intento de poesía barata. Gracias.

No ha pasado mucho tiempo desde la Semana Santa y, guardando las diferencias con #nuestroseñorjesucrisco, los que nos bajamos del metro/bus/taxi en Plaça Espanya y pretendíamos subir al Estadi a patita sufrimos un poco, vuelvo a recalcar lo de guardando las diferencias, nuestro particular viacrucis bajo la romántica lluvia. Una procesión de miles de paraguas avanzaba, por decir algo, por las escaleras mecánicas y analógicas que suben hacia el MNAC. Durante el arduo trayecto no exento de algún torpe resbalón y por consiguiente el miedo de los de abajo de sufrir como lo hiciera Harrison Ford corriendo delante de la enorme pelota de piedra en Indiana Jones y el Arca Perdida (Hilando fino), llegamos al magnífico Lluís Companys.

Seguía lloviendo, eh, no os creíais que fue esto un caminito de rosas. Mucha gente fue al concierto sin paraguas ya sea por torpeza o, por lo que me dijo la mayoría, porque en las normas de acceso que compartió la promotora del evento se prohibían explícitamente los paraguas. A algunos no nos importó deshacernos de los viejos trozos de plástico y alambre que teníamos perdidos por casa (que al final sí nos dejaron pasar), pero algunos chuparon agua como si no hubiese mañana. Y como cantaba el Boss todos nos preguntábamos: Who’ll stop the rain.

Desde mi posición privilegiada de cronista quiero destacar el trabajo de las chavalas y chavales de la organización que estaban bajo el agua sin protección alguna ayudando a todo aquel que no encontraba su puerta, que no eran pocos. Una hora antes del inicio ya estábamos secos y dentro del Estadi en nuestra enorme mesa de prensa con nuestros enchufes y conexiones de red pero con el móvil. Imagino que el modo de trabajar avanza a pasos agigantados, entre mis compañeros había de todo, gente con Macs, ordenadores de 1998 e incluso algún valiente se atrevía todavía a tomar sus notas del concierto con papel y boli. Héroes. O esclavos. O posturetas.

Me he dado cuenta durante los años que a la gente de otra generación no le gusta esperar y se quiere ir a casa cuanto antes y es que a las 20:54 clavadas comenzó a salir al escenario en procesión la E Street Band con el guitarrista Steve Van Zandt a la cabeza. ¡Viva Silvio Dante¡ Y cómo no, las 60.000 personas que abarrotaban el estadio se volvieron absolutamente locas cuando vieron enfilar el escenario a Bruce Frederick Joseph Springsteen al grito de ¡Hola, Catalunya!

Comenzó el show con “My love will not let you down” desatando un mar de saltos en las primeras filas. Cabe destacar el papelón que hace dentro de la banda el batería Max Weinberg que me dejó maravillado. Recordemos que la familia Weinberg es de tradición baterística y es que su hijo es ni más ni menos que el batería de Slipknot, Jay Weinberg.

Algo de lo que también se había hablado mucho el día posterior al primer concierto de Springsteen en Barcelona fue que subtitulaba algunos temas en catalán y eso ya sabemos que irrita a cierto sector casposo de la sociedad y tuvimos que leer comentarios tipo “¿Si está en España por qué no lo subtitula en español?” y algunas estupideces más que no quiero ni reflejar aquí. Simplemente voy a decirte esto, bobo cavernícola: Si odias que la gente hable/lea/cante o simplemente ría en catalán puedes irte a la mierda. No te queremos. Y te lo dice un tío de San Esteban de Gormaz provincia
de Soria.

Volvamos al Boss. “Letter to you” era el tema del que estaba hablando, subtitulado en catalán en las pantallas y son detalles que vuelven a la gente loca y Springsteen lo sabe bien. También hizo lo mismo con “Last Man Standing” previa presentación recordando a su viejo amigo George Strait, integrante de la primera banda de Springsteen cuando tenía 16 añitos.

El inconfundible inicio de “Promise Land” con la armónica volvió a levantar a un Estadi que se había emocionado tras el conmovedor discurso del Boss y ya no pararía de saltar hasta el final del show. Sonaron temas como “Out in the street”, “Kitty’s Back”, “Nightshift” (version de los míticos Commodores) y “Trapped”. Llevábamos más de dos horas de concierto y estos señores y señoras de más de 70 años seguían dándolo absolutamente todo.

Comenzó a sonar “Thunder Road” y Springsteen se acercó a las primeras filas, la gente gritaba enloquecida y los más pequeños le entregaron rosas que Bruce recogió sonriente. Cómo no el increíble solo de saxo del gran Jake Clemons no podía faltar en este temardo. Tras “Thunder Road” las luces del Lluís Companys se encendieron y… ¡BOOOOOOORN IN THE USA! Iba a ser un fin de fiesta apoteósico, se venían las canciones más legendarias del Boss: “Born to run”, “Ramrod” y “Glory Days”.

El dúo que hace Bruce Springsteen con Little Steven puede entrar en el top 5 de los mejores bromances de la historia de la música sin ningún tipio de duda. Terminó el show con “Dancing in the dark” y “I’ll see you in my dreams” rodeado de la E Street Band y gritando “Bona nit! Us estimem Barcelona, Cataluya!”

Tres horas de concierto. 73 años tiene este señor. Ni un segundo paró de moverse, de saltar, de pasárselo bien con su banda ¿Cómo lo hacen? Ojalá saberlo. Larga vida al rock, a los viejos, a los nuevos y a los que, de verdad, les apasiona la música.

SETLIST

• My love will not let you down
• No surrender
• Ghosts
• Prove it all night
• Letter to you
• The Promise Land
• Out in the street
• Kitty’s Back
• Nightshift
• Trapped
• Mary’s Place
• Johnny 99
• The E Street Shuffle
• Last Man Standing
• Backstreets
• She ́s the one
• Wrecking Ball
• The Rising
• Badlands
• Thunder Road

Bises

• Born in the USA
• Born to Run
• Ramrod
• Glory Days
• Bobby Jean
• Dancing in the dark
• Tenth Avenue freeze-out
• I ́ll see you in my dreams