Texto: Jorge Fretes
Fotos: Sebastián Flores
Imaginen ir a una fiesta del fin del mundo dentro del upside down de Stranger Things y estarán cerca de saber lo que acabamos de presenciar en el inicio de gira de Carpenter Brut en Nantes. Con su ‘Leather Terror’ todavía caliente, el artista francés Franck Hueso nos arrastró a una velada de terror y synthwave de la que tardaremos tiempo en recuperarnos.
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La ocasión de ver el estreno de gira antes de que llegase al mercado norteamericano hacía que mereciese la pena acercarse a la preciosa sala Stereolux, que con una capacidad para 1500 personas casi vivió un lleno para el primer concierto de Carpenter Brut desde 2019. Nada más darse un paseo por los exteriores de este proyecto artístico uno se da cuenta lo mimado que tienen los franceses este proyecto que ha visto crecer a varios nombres nacionales como Gojira o Klone en sus tablas, todo con una fuerte inversión que hace que aquello se posicione entre las mejores salas en cuanto a sonido e iluminación en Europa, al menos para su aforo.
Abría la velada la artista francesa Sierra en una plena oscuridad que dio paso a un juego de luces rojas que le sirvieron de arropo mientras descargaba su siniestro darkwave centrado en su EP ‘Gone’ de 2019, en el que se valía solo de sintetizadores y un pad especial para darle rienda suelta a su locura techno synth. En una especie de trance se centraba en su labor a la vez que lanzaba miradas cómplices hacia adelante hasta pedir el apoyo del público, al que poco le hacía falta para deshacerse en aplausos.
Breves intervenciones al micrófono y ponía a la sala patas arriba, derrochando sudor y bailes de ultratumba. Le valieron poco más de 40 minutos para recordarnos por qué los franceses son los reyes en esto de la electrónica oscura que coquetea con el metal, más ella siendo una de las maestras en esto del EBSM Electro Body Synth Music con temazos como “Hide” o “Unbroken” que cayeron como truenos en la Stereolux.
Unos minutos de respiro para poner a punto el montaje de Carpenter Brut, que en esta ocasión se acompañaba por el guitarrista Adrien Grousset y el baterista Florent Marcadet, ambos de la banda Hacride. A sus espaldas llevaban tres pantallas a modo de tríptico, que con sus proyecciones y un juego de luces del averno hacían que la experiencia sea mucho más inmersiva si cabe.
Franck Hueso es el foco central y maestro de ceremonias de este circo sonoro, apoyado en un stand que va emitiendo su logo en varios colores, y que arrastra en ocasiones para cambiarlo de configuración encima del escenario y dar paso al guitarrista Adrien en momentos clave. En “Lipstick Masquerade” se deja acompañar por la vocalista Persha, la única colaboración de la noche aunque teníamos sueños húmedos de que Greg Puciato apareciese para su canción juntos “Imaginary Fire”. Todo es posible en esta pesadilla de la que no queremos despertar.
La niebla que cubrió toda la sala minutos antes de su actuación también entró en juego para dar ese ambiente decrépito al show, como si estuviésemos en una película slasher y quisiésemos morir bailando hasta el final. No deja de resultar curioso que una música de estas características arrastre a tantos seguidores del metal, muchos ellos del metal extremo, y que entre las influencias ochenteras cubre un gran espectro de seguidores del rock que se asemejan a miembros de un culto apurando sus últimos momentos antes de un suicidio colectivo.
Clásico tras clásico fueron cayendo “Roller Mobster”, “Turbo Killer” o el muy esperado final con su versión de “Maniac” de Michael Sembello para sembrar el caos en la pista de baile. Todo esto y más es lo que consigue el synthwave de Carpenter Brut en hora y media de actuación, que llegará a España en octubre para actuar en el AMFest de Barcelona y que es una cita imperdible para quien quiera presenciar de primera mano como sería danzar de manera macabra en el infierno de Dante.