Texto: Mary Carmen Lozano
Fotos: Mary Carmen Lozano
Hace unos años, decirle a tus amigos que tu plan de viernes noche era ir a un concierto en la sala Bóveda, hubiera sido el pan de cada día.
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Pero en pleno 2022, y más si se trata de un artista internacional, puede llegar a ser equivalente a encontrarte un unicornio por la calle. Y es que ha llegado un momento en el que casi todas tus notificaciones de Facebook, son de eventos cancelados o pospuestos. Pero por fin nos llegaba una buena noticia y podíamos volver a marcar el “asistiré”, la gira de Celeste junto a Conjurer seguía adelante.
Con estos precedentes, no fue de extrañar ver la sala bastante llena ya a primeras horas de la noche. Se suele decir que muchas veces la “función” de los teloneros es precalentar el ambiente, pero además de que Conjurer no tiene ese estado, el público barcelonés estaba ya más que calentito, y poco después de que los ingleses empezaran a tocar, ya aparecieron los primeros pogos del evento.
Era el cumpleaños de Dan, uno de los guitarristas y cantantes de la banda, por lo que el público no perdió la oportunidad de felicitarle y cantarle el “happy birthday”. Sonaron atronadores y, hacia el final del set, el bajista Conor Marshall –un auténtico showman– se bajó del escenario a tocar entre los asistentes mientras estos pogueaban a su alrededor. Ahora solo quedaba ir hacia arriba y le habían puesto las cosas muy difíciles a Celeste.
Los franceses publicaron a finales de enero ‘Assasine(s)’, su nuevo y maravilloso álbum, que decidieron interpretar de pe a pa esa noche en Barcelona. Con su ya típica puesta en escena donde la luz es escasa y apenas se ven las luces frontales que llevan en sus cascos, consiguieron que en apenas unos segundos ya estuviéramos todos metidos de lleno en el ambiente.
No era la primera vez que Johan y los suyos pisaban Barcelona, y se agradece que esta vez fuese en una sala más grande –teniendo en cuenta que las anteriores veces habían tocado en Sant Feliu de Codines y en la sala Vol–, lo cuál demostraba que su público había aumentado.
No sé si fueron las inmensas ganas que tenía de volver a un concierto –el último fue el de Leprous en la sala Apolo (puedes leer nuestra crónica en este enlace)– pero la experiencia me supo a gloria pese a que apenas duró una hora. La música de Celeste, sobre todo las partes instrumentales, son maravillosas y precisamente “Animale(s)” tiene unos pasajes dignos de ver en directo. Digamos que fue corto, pero directo y muy emocional.
Una gran noche para ambas bandas y un paso adelante para la música en vivo. Solo queda decir gracias y que por favor, sigan llegando más.