Texto: AliveCarlos
Fotos: AliveCarlos
Noche de power trios en Barcelona, Danko Jones y The Lizards formaban un cartel de lujo muy bien escogido del que disfrutamos en el Razzmatazz2. Si siempre es un placer ir a Danko Jones, cuando incluyeron a The Lizards fue subir la apuesta ganadora a un nivel superior.
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Sus directos, potentes e intensos, les hacen ser una banda que siempre te alegras de ver de nuevo, especialmente cuando había pasado demasiado tiempo desde la última ocasión. A la hora marcada, el trío formado por Carla, Judith y Edgar salieron dando caña con “Burning City”, de su primer disco ‘Stalking The Prey’.
Nos empaparon de su energía y buen rollo, Carla lo hace a base de riffs mientras nos canta con un tono de voz muy claro y potente; Judith no para de moverse ni un segundo, mientras va trasteando las cuerdas de su Rickenbacker haciendo que retumben los acordes en nuestros pechos; Y Edgar se encarga de templar el ritmo golpeando a lo bestia, tiene que acabar los conciertos destrozado de las leches que le mete a la batería.
La gente iba entrando lentamente a una sala que acabaría con medio aforo más o menos. En las caras y gestos de los que les veían por primera vez se delataban que se quedaban asombrados del nivel musical y del directo que iban haciendo. Los coros de los temas, siempre tan importantes y agradecidos como en “Beware”, ensalzan y enganchan aún más sus canciones y al público. Tienen ese punto de la alteración en el tono vocal, como si fuera a resquebrajarse, y los cambios que mete la guitarra entre secciones, las melodías… una gran cantidad de detalles que interactúan con la contundencia de sus temas.
Hay cosas que se añoran, como la letra del “Dead City” de su último disco ‘Fake Reality’ que habla del cierre de locales donde actuar en Barcelona, desapareciendo cada vez más bares. (Antonio del Rocksound por poner un ejemplo). Carla tocó medio concierto con una cuerda menos pero no importó, afinó las otras y siguió adelante aún más cañera, como el propio ‘Fake Reality’, con una contundencia aplastante. Treinta minutos, el tiempo suficiente para tocar ocho temas divididos a partes iguales de los cuatro trabajos editados por los catalanes, arrancando a cada tema más aplausos y admiración por ellos. El único pero fue lo cortó que resultó todo.
Después de una media hora de cambio de equipo ya teníamos a los canadienses encima del escenario mientras aun sonaba la intro. Para sorpresa de todos arrancaron su set con una canción todavía no editada, el “Guess Who’s Back” de su próximo disco ‘Electric Sounds’ que verá la luz en septiembre. Se trata medio tiempo al uso de ello, aunque puede que la sorpresa no lo fuera tanto, después de ver como la cantaban los asistentes. Vienen de realizar una gira inglesa en la que abrían para The Darkness y Black Stone Cherry, con un repertorio muy reducido, y ahora continúan por Europa como cabezas de cartel realizando un set extenso que les da pie a poder tocar temas de todos sus discos.
Cayeron muchos temas, ya fueran de los primeros, como el “First Date”, “I Think Bad Thoughts”, “Code of the Road”, “Full of Regret”, “Had Enough”, o incluso el “Lovercall” del ‘Born a Lion’ o clásicos más actuales como su segunda canción del concierto, el “I Gotta Rock” con el qué ya tenían a todo el mundo cantando y aplaudiendo, para después de acabarla tener a toda la sala coreándoles “Dan Cojones! Dan Cojones!”
Con un público entregado, la fiesta no paró en la hora y poco más que duró el concierto. En su caso, aunque parezca escaso gracias al corto minutaje, les da espacio para incluir prácticamente 20 temas y repasar a fondo su discografía. Tampoco faltaron los cortes más veloces, caso de “The Twisting Knife” o “Flaunt It”, arrollándonos con su efusividad donde Rich Knox nos machacaba a base de ritmos constantes y profundos, formando una excelente dupla junto a John Calabrese estando todo el show animando al público para que no parara de cantar.
Cada tres o cuatro temas Danko ejercía de perfecto maestro de ceremonias, siempre guasón y cercano, dando mini descansos al trio. No sé cómo lo consigue, en la casi totalidad de conciertos estos parones solo servirían para enfriar al público, y ellos siempre logran alcanzar el máximo de atención sin que varie un ápice los ánimos de la gente. Solo hacía falta verle cantar el “My Little RnR” para darse cuenta, aunque por desgracia la cosa ya estaba llegando a su final.
Acabaron con tres joyas, el “Saturday”, “Invisible” y cerrar con “Rock Shit Hot” de su primer trabajo ‘I’m Alive And On Fire’. Magnifica velada gracias a ambos tríos que hicieron que lo pasáramos genial!