Texto: Nekrokosmos
Fotos: Jorge Fretes
El pasado viernes se llevó a cabo una verdadera fricción entre estilos variados de metal en la capital de Alemania, dentro del marco del Friction Fest 2015 que se celebraba ese finde tanto en Berlin como en Colonia. Y digo fricción porque a priori miramos el cartel y las bandas no van precisamente de la mano en cuanto a sub-géneros se trata, pero ¿A quien le importa cuando puedes presenciar en una misma velada el talento palpable de los irlandeses Primordial con la rabia de los alemanes Mantar? ¿La delicadeza de los suecos Katatonia con la desgarradora presencia de los alemanes Lantlôs?
El invierno y sus paisajes grises ya golpean a Berlin desde hace días, y el emplazamiento en una antigua zona industrial como es la ubicación de la sala Astra (que imaginamos con una capacidad máxima para 1500 personas) ayudaba a crear esa atmósfera oscura de la quizás vertiente mas depresiva o solitaria del rock y del metal. Sobre las 17:00 y de manera puntual arrancaban la velada Linie, que desde Hamburgo traían su desert rock con tintes de electrónica que a modo de experimento sonaba brutal, y que en nos regalaron unos 30 minutos bastante intensos. Se les notó algo nerviosos (principalmente a su vocalista, que en las primeras canciones tuvo ciertos fallos vocales), pero supieron abrirse paso a base de riffs kilométricos y una pegada de su batería Alex con bastante contundencia (quien en algunas de las canciones alternaba el puesto de vocalista con sintentizadores de fondo). Una grata sorpresa que dejó un buen sabor de boca, para fans del desert rock con visiones de expansión, no dudes en buscar su nuevo disco debut “What We Make Our Demons Do” y en especial esa canción “Inability” tan atrapante.
Los siguientes fueron Todtgelicher, también de Hamburgo y que desde 2002 llevan promocionando su metal extremo por toda Europa. Uno siempre supone que el peso del liderazgo de una banda recae en el vocalista, especialmente si de la voz se encarga una mujer, pero incluso en la pequeña prueba de sonido (y en todo el concierto) quedó demostrado que el batería Tentakel P. es quien lleva la batuta.
Sus guitarristas Frederic y Floris llenaban cada canción de detalles y matices impresionantes, una puesta en escena de todos los integrantes vestidos de blanco imponía bastante bajo unas luces oscuras durante toda su actuación, pero el resultado final sonó algo forzado y monótono, a pesar de la gran voz de Marta tanto en lo gutural como en las voces melódicas / operísticas. Mas que metal extremo su apuesta parece la de un metal opera con ciertos intentos de growl, pero el resultado es satisfactorio. El sonido de 10, sin duda alguna.
A Mantar ya los conocíamos de antes tras estar de gira por España el año pasado (en su primera aventura por Europa), y es que esa mezcla de punk, doom, stoner y todo lo que hay en camino siempre nos atrapa, incluso cuando solo se trate de dos tíos castigando abruptamente a sus instrumentos. Hanno y Erinc son capaces de llevar estadios enteros con su sola presencia, y el escenario del Astra Club se benefició de ello. Jamás imaginarías que los simpáticos chicos que estaban vendiendo su merch horas antes eran las bestias que descargarían sin piedad su “Death By Burning” bajo un telón de luces azules y blancas que los hacían parecer mas terroríficos aún. La impresión durante todo su set es la de estar improvisando sobre la marcha, pero cada golpe y cada rasgueo está estudiado al milímetro para hacer acelerar nuestros corazones. El público bien agradeció esa media hora en la que brilló con especial color la sensacional “White Nights”.
Ya con una sala con mucha presencia (se acercaban los cabezas de cartel y la noche caía) subieron al escenario los jóvenes Lantlôs, quienes desde Rheda (Alemania) vienen presentando ese post-rock / post-black metal que tanto gusta entre puristas y modernos a pares iguales. ¿Será por el atrevimiento? Seguramente, porque su set estuvo plagado de grandes canciones que sonaron monumentales apoyadas tanto en las guitarras de Cedric y Julian, asi como en la voz a veces desgarradora, a veces aniñada de Markus Siegenhort.
Juegan mucho con el felling naif que desprenden, se saben talentosos y no tiene miedo a demostrarlo encima de las tablas (a pesar de tener una presencia mas bien “shoegaze”). La primera parte de su set la destinaron a las canciones mas agresivas de su catálogo, rozando el black de corte sueco, pero sin duda alguna donde triunfan son en las canciones de su álbum “Melting Sun”, como esa “Azure Chimes” que cautivó a todos los presentes. Quizás les faltó mas de 40 minutos sobre el escenario, pero dejaron un buen sabor de boca.
Hay bandas que están hechas de otra pasta, como los irlandeses Primordial. Su sonido deambula entre el extremo en todas sus vertientes, pero incluso a ellos les gusta simplemente llamarlo “Primordial Metal”. Había muchas ganas de verlos en tierras alemanas por la respuesta del público (vendrán a España en febrero), y desde el primer segundo su vocalista y líder AA Nemtheanga quizo dejar claro que todos se irían a casa con una sonrisa macabra. Se sabían cabezas de cartel y así quisieron demostralo saliendo al escenario con “Where Greater Men Have Fallen” y sus 8 minutos de epicidad satisfactoria. Primordial pueden llegar a ser mucho mas que una simple banda, pueden llegar a ser un sentimiento. Ese sentimiento se afianza mas aun cuando su líder tiene una buena noche, cuando conecta con el público y cuando hasta bromea en alemán. También ayudó bastante que su bajista Pól MacAmlaigh estuviese conectado con el feeling general de esas canciones, y que Ciarán MacUilliam no fallase ninguna nota tras su guitarra, a pesar de parecer estar en otro plano astral durante la 1 hora y 10 minutos de show. Cerrar con “The Coffin Ships” y “Empire Falls” con un público cantando como si en ello les fuese la vida fue algo muy especial y difícil de poner en palabras. Sublime.
Y finalmente le tocaba el turno a Katatonia. Si ya en el pasado Be Prog! My Friend de Barcelona disfrutamos con ellos, esta noche fue incluso mejor (y no porque incluyesen “Evidence” en el set-list ni porque el sonido fuese mejor que en la ciudad condal) ya que se trataba de los últimos shows que realizaría la banda antes de encerrarse en algún lugar recóndito del planeta a empezar a componer y grabar un nuevo álbum. Los dos Friction Fest de Alemania sería la última oportunidad de verlos, y vaya si disfrutamos.
Ya no se hace tan rara la presencia de los nuevos Tomas Åkvik (guitarra) y Daniel Moilanen (batería) en el grupo, y el señor Renkse aunque siga arropado por esa timidez suya va conectando (aunque sea con el humor negro) con su audiencia fiel que lo sigue a todas sus aventuras. La última vez en Berlin el escenario era diferente: una iglesia y una gira en acústico, pero ahora estaban envueltos en distorsión y canciones como “Forsaker” o “Day And Then The Shade” sentaron de lujo con su austera parafernalia en un escenario de luces cálidas (me encantó principalmente que en cada canción de “The Great Cold Distance” las luces fueran rojas – como la portada – durante toda la duración).
Empalmar “Teargas” con “Evidence” (que poco la han tocado en esta gira europea) supo a gloria, pero mas aun que el final de estas 17 canciones fuera “July” (como era de esperar). Puedes verlos 100 veces en un año, pero siempre te encontrarás con un show diferente y nuevos matices en directo para canciones suyas. Si les acompaña un gran público y un gran sonido como el del Friction Fest pues poco mas hay que decir.
Friction Fest puso la infraestructura y el marco perfecto para poder disfrutar de bandas de renombre, descubrir nuevas aventuras sonoras, y salir agradecido de poder presenciar dicha experiencia. El mundo es un caos total, pero la puntualidad alemana y el buen hacer sonoro de sus salas es un alivio en esta batalla.
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