Texto: Sebastián Flores
Fotos: Sebastián Flores y Julián Corró
Ya es más de una década cubriendo el festival francés Hellfest Open Air. Lo hemos visto crecer, pasar de ser un festival bastante decente a convertirse en el monstruo que es hoy, sin duda el festival más diverso y con los carteles más impresionantes en Europa. Volver a Clisson para nosotros es como volver a casa, la cita obligada en el calendario, y aún así en este 2023 se siente como un nuevo comienzo.
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Tras varios años trabajando con el mismo equipo de prensa de la organización, este año no veíamos las caras familiares de siempre, y es que el Hellfest se ha reestructurado de manera interna al completo. Quienes hayáis estado siguiendo sus redes o estéis en el festival también sabréis que esos vientos de cambio se han trasladado al recinto, donde la eterna carpa del escenario Valley ha desaparecido para dejar sitio a un colosal puesto de merchandising y a otro stand de bebidas donde además de cerveza también se pueden conseguir este año mojitos y zumos naturales ¿Y El Valley? Se traslada por la zona cercana al escenario Warzone, al aire libre y sin carpa. Algo del encanto de la carpa si que se pierde, no lo vamos a negar, pero gana en cuanto a espacio visto lo visto en actuaciones de años anteriores donde era imposible ver algo si llegabas tarde.
La sensación la de que el festival ha crecido en tamaño y en público, que según datos de la organización ya roza las 240.000 personas y que forma su propia ciudad del rock durante 4 días frenéticos. Y no solo música tiene para ofrecer, uno puede desde cortarse el pelo, hacerse un tatuaje, participar de un air guitar contest, lanzarse en tirolina, renovar el armario, echarse unas partidas a la consola o simplemente hacer amigos para toda la vida. El aire de camaradería que se respira es inigualable ¿Cómo no vamos a considerar esto el mejor puto fin de semana del año?
Este año llevamos un equipo de dos fotógrafos cubriendo gran parte de los múltiples escenarios, y el jueves las cosas arrancaban sobre las 16:30 con los americanos Code Orange pisando el escenario mientras sonaba Shania Twain por los altavoces. Querían que esto fuese recordado por todos, el concierto fue uno de los transmitidos en directo por Arte Concert, y nada más empiezan a sonar las guitarras tocan por primera vez en directo su tema “Grooming My Replacement”. Un huracán sobre las tablas y una agresividad que arrancaba sonrisas, que buenos son Code Orange.
En los escenarios de metal extremo otros que acapararon todas las miradas con su potente directo fueron Blackbraid. Este proyecto del black metal neoyorquino del nativo americano Jon Krieger ha conseguido en menos de un año lo que muchos buscan toda una carrera, y más allá de disfraces espeluznantes, su música y canciones como “The Spirit Returns” hielan la sangre en este ritual del halcón brujo.
Architects usaron artillería pesada en las 13 canciones de su set y estrenaron reemplazo de Josh Middleton en la guitarra con tal energía y ganas de comerse el mundo que se pudo ver de los circle pits más grandes que se han visto en la historia del Hellfest (que ya es decir), tanto que no cabían ni en las pantallas laterales. Ese final con “When We Were Young” y “Animals” supo a gloria. En el nuevo Valley no cabía un alfiler para ver a Celeste, llamados a última hora como reemplazo de Soft Moon, y que como ya pudimos comprobar el año pasado en el Resurrection Fest tienen uno de los directos más interesantes del género.
Y de las actuaciones más intensas de la jornada sin duda podemos destacar las de Parkway Drive envueltos en llamas y reclamando un trono de las posiciones más altas del cartel a base de temazos una puesta en escena al alcance de pocos. Kiss revalidaron su posición como cabezas de cartel, un show sólido de 22 temas en el que Gene Simmons no se olvidó de escupir sangre en “God Of Thunder”, pudimos ver a Eric en piano para “Beth”, y “Calling Mr. Love” nos regaló una extensa jam entre Paul y Tommy. No os perdáis la foto tan espectacular que hemos hecho de Gene Simmons escupiendo fuego en “War Machine” ¿Será realmente la gira despedida de Kiss? Agotados, volvemos al camping a escuchar gritos de gente todavía sobre excitada por lo vivido en la primera jornada del Disneyland para metaleros.