Texto: Jorge Fretes
Fotos: Sebastian Flores
Para que se hagan una idea del calor que está haciendo en Clisson durante los primeros días del Hellfest Open Air solo hay que darse cuenta que hasta la organización canceló los fuegos artificiales que tenía planeados durante 15 minutos después de la actuación de los cabezas de cartel Ghost, y todo ello por riesgo de incendio. Otro famoso festival dice eso de rain or shine y en el segundo día del Hellfest tuvimos ambos, pero gozando como cerdos.
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Es de agradecer que la organización no pare de traer carros de bomberos para lanzar agua al público en todos los seis escenarios del recinto, que las fuentes de agua sean varias y que esa masividad que temíamos porque la organización haya vendido entradas de más no se haya materializado. Hellfest sigue reinando, y diría que casi en solitario.
Las cosas arrancaron pronto a las 10:30 en el escenario Valley con los franceses Point Mort, desplegando todo su arsenal de post hardcore con una brillante Sam a las voces en lo que nos recordaron a unos Amenra pero más cerca del hardcore. Tanto nuevas promesas como viejos clásicos se dan cita en esta carpa, la más interesante para los amantes del psych y stoner, pero también para los fans de los sonidos más experimentales. El sonido jugó en su favor, y el gran derroche de energía hizo el resto.
Los americanos Duel nos citaron en la misma carpa y la alegría fue extrema. Ese buen rollo que transmiten en disco, un rock que suena a taller de motocicletas cercano a Clutch, se intensifica el doble en directo no solo con el talento de su guitarrista principal sino con el show visual que tienen preparado de antemano.
The Picturebooks salieron a matar desde “PCH Diamond” y en poco más de 8 canciones dejaron claro. Fynn Claus Grabke se gusto encima del escenario y fue desgranando de su rica discografía hasta hacer pedir al público que aquello durase más. Cambio de tercios en el escenario principal para ver como Soen por fin se han sacudido esa etiqueta de banda tributo sin serlo y podían demostrar su clase por derecho propio. “Monarch”, “Deceiver” o “Lumerian” sonaron exquisitas y aunque Martin Lopez sea la estrella de la banda, el vocalista Joel Ekelöf ha aprendido a ejercer no solo de maestro de ceremonias sino de timón del barco.
Lo de The Vintage Caravan es de otro planeta, como con poco se puede hacer tanto. Óskar Logi Ágústsson se gusto encima del escenario y fue desgranando canciones de sus cinco álbumes en los que los islandeses dejan claro ahora mismo están en lo más alto de su juego. Había muchas ganas de ver a los americanos Pelican sobre el Valley y no decepcionaron. Su post rock y post metal cargado de agresividad se mezclaba entre los pasajes ambientales y la buena predisposición del grupo para hacer de aquello algo inolvidable, a pesar de contar con una formación totalmente diferente a la que iba a venir al Hellfest 2020 que no llegó a hacerse. Si hubo un final épico ese día fue este con “Australasia”.
Parece que fue hace un siglo cuando vimos a Rival Sons en el Valley, y con el paso de los tiempos fueron creciendo tanto que ya tocaba verlos en uno de los escenarios principales. Su rock setentero nos dio la buena vibra que necesitamos, pero los constantes problemas de sonido mermaron la experiencia a pesar de estar dando un set de hits. Una gran pena.
Tras la cancelación del Metal Paradise de Fuengirola, uno de los pocos festivales en los que podíamos ver a Steel Panther en España, era cita obligada verlos en el escenario principal. No eran cabezas de cartel pero lo parecían, donde no escatimaron en tiempo ni en parodias (tocando el “Crazy Train” con el vocalista Michael Starr imitando a Ozzy en sus movimientos, su manera de cantar, las gafas, y hasta mordiendo un murciélago de peluche). Show no apto para todos los públicos y propio para herir sensibilidades (como es habitual, subieron a varias chicas al escenario para un topless continuo) pero lo cierto es que quitando toda la parafernalia son excelentes músicos y mejores animadores.
No veía un show de Megadeth tan bueno en años, y eso que la voz de Dave Mustaine no es que haya mejorado mucho, pero la banda que lleva ahora con Kiko Loureiro, Dirk Veuberen y James Lomenzo es simplemente arrolladora. Mustaine también puso mucha de la carne en el asador, arrancó con “Hangar 18” y terminó con “Peace Sells” y “Holy Wars”, pasando antes por “A tout le monde” sublime y contando anécdotas como entrevistas tontas en las que tuvo que colgar el teléfono a un periodista alemán por preguntarle si sus letras todavía tenían sentido. Hay Mustaine y polémica para rato.
Deep Purple pueden ser de las bandas primigenias del rock que más están en forma, al menos de las que siguen en activo. Un arranque explosivo con “Highway Star” y el concierto no decayó ni un ápice hasta llegar al final con “Black Night”, incluso pasando por un medley instrumental. Social Distortion también dieron el callo en el escenario Warzone, con un Mike Ness pletórico que no tocó dos canciones seguidas con la misma guitarra, y tras esa boina derrochaba carisma a los cuatro costados. “Sick Boy” dedicada a Agnostic Front que habían tocado horas antes, o “Story Of My Life” y damos fe que al igual que en el Azkena Rock Festival dieron un señor bolazo.
Ghost eran los cabezas de cartel del día y se notaba porque fueron los que hasta el momenot más se habían preparado el escenario a su gusto, incluso con una pasarela especial en la que Tobias Forge pudo lucir varios trajes. “Rats” cayó la segunda y el éxtasis fue completo, un sonido impecable, y lo que más impresiona es unos Nameless Ghouls mucho más participativos que no le quitan protagonismo pero ya no son meras estatuas tocando delante del jefe. Un Papa momia tocando el saxofón, un coro de monjas decrépitas, y temazos más grandes que la vida como “Call Me Little Sunshine” para darnos cuenta que esta experiencia de concierto de festival al fin está completa (algo que quizás Deftones no consiguieron el primer dia) a pesar de quedarse sin voz y terminar antes de tiempo dejándonos sin “Square Hammer”.
El fin de fiesta lo puso Airbourne en el escenario principal dos, y a diferencia de lo vivido la noche anterior con Volbeat, esto fue una fiesta por todo lo alto de principio a fin. Para cuando “Back In The Game” había caído al principio de su set ya tenían a todo el público saltando arriba y abajo cubiertos de cerveza. Sirenas de bombero, preparar Lemmys encima del escenario y dárselo a las primeras filas, hacer un concurso para ver quién del público puede coger un vaso de cerveza lanzado desde el escenario y beberlo, pero sobre todo una reciprocidad banda – publicó contagiante que hicieron que su concierto supiese a lo más alto del día a pesar de cerrar a las 2 AM.
Airbourne son la fiesta personificada, aunque empezase a llover durante su set eso no hizo más que mitificar mas su puesta en escena. Nos fuimos a dormir con ganas de marcha, pero hay que guardar fuerzas para el final del primer fin de semana de este disneyland para rockeros.
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