Texto: Jorge Fretes
Fotos: Sebastián Flores
En un día de grandes contrastes, pasamos del sol abrasivo a la lluvia y el barro. El festival hizo honor a su nombre y presentó ambas caras en el clima, algo que no mermó la diversión en el que sería el segundo día del segundo fin de semana, y el quinto de festival en total. Ya dice el refranero español que sarna con gusto no pica, y aquí estamos listos para otra paliza de conciertos a cual mejor.
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El día para nosotros arrancaba con los españoles Crisix en el escenario principal. Habían formado parte del Hellfest From Home durante la pandemia, habían hecho una gira de casi 20 fechas por Francia junto a Tagada Jones como parte del Hellfest Warm Up, y ni siquiera la baja por covid de su baterista Javi Carrion les iba a frenar de poder demostrar por qué son una de las bandas españolas con mas proyección internacional ahora mismo. Solo los grandes saben salir al paso de estas adversidades.
Como podrán comprobar pronto en la entrevista que realizamos con ellos en el festival, 12 horas antes de actuar en el Hellfest se enteraron de la baja por covid de su baterista, y buscando reemplazo de última hora en su set contaron con la ayuda de Jean Baptiste Tronel para alguna de las canciones, mientras que en otras los propios integrantes de Crisix se iban turnando para ir desgranando canciones de su recién editado ‘Full HD’ así como su típico medley con clásicos como el “Walk” de Pantera. Lo que podría haber sido un desastre se convirtió en una fiesta con macarena mosh incluído.
Y del escenario principal vamos al escenario Valley para ver por primera vez Stöner, proyecto de Brant Bjork y Nick Oliveri de Kyuss que se complementa con Ryan Gutt a la batería. En estos dos años de pandemia han editado dos discos y un directo desde el desierto Mojave, por lo que la expectación era máxima ante estas leyendas de los sonidos desérticos, pero la verdad nos pegó un puñetazo en la cara al ver un directo correcto pero muy lineal, con un Brant Bjork en modo automático e incluso equivocándose en la final “Green Machine” de Kyuss que si bien fue muy esperada por el público, no arrancó tanto movimiento en las primeras filas como lo haría su compañero Nick Oliveri días antes con Mondo Generator en Nantes.
De vuelta al principal para ver a una de las sorpresas del día, y es que la banda de noise industrial Health dieron uno de los conciertos mas animados de la mañana apoyándose en sonidos electrónicos y guitarras pesadas, con una voz shoegaze que a ratos recordaba a Placebo, y a veces por supuesto a Nine Inch Nails, con quienes se subirían por la noche para colaborar en su canción juntos “Isn’t Everyone”. Los californianos, entre pedaleras y distorsiones, fueron reyes con canciones como “Stonefist” y “Die Slow”.
La cosa iba de novedades y nos acercamos al Valley para ver por primera vez en directo a A.A. Williams acompañada de una banda en directo. El resultado no pudo ser mejor, esa imagen sombría y cercana al gótico se dejó notar tanto en el sonido como en la iluminación, mientras iban cayendo de manera ágil canciones de su debut ‘Forever Blue’ centrándose en ella como la imagen principal en una lluvia de riffs y percusión en lo que poco le hizo falta hablar a la tímida artista inglesa. Le espera un futuro brillante mientras siga haciendo directos como estos donde la música prima por encima de todo.
Los ingleses Dragonforce son muy queridos en el Hellfest Open Air, e hicieron notar su presencia en el escenario principal con un atrezzo especial que incluía un gran dragón plateado y máquinas de arcade a ambos costados. Herman Li y su virtuosismo sigue siendo lo mas visible de la banda, y en solo 7 canciones les dio tiempo a hacer su versión de Celine Dion y hasta de romper una de las guitarras de Herman Li en uno de sus saltos, en lo que su técnico de guitarras estuvo rápido y pudo reemplazarla sin parar el show. Final esperado con “Through Fire And Flames” pero no menos espectacular, más para todos los que crecimos con Guitar Hero.
No es un secreto que Ihsahn es uno de nuestros artistas favoritos, ya lo hemos entrevistado en otras ocasiones en este festival y por eso no íbamos a perdernos su actuación en el escenario Altar. El ex Emperor mantiene la misma formación de directo de la ultima vez, con Tobias Ørnes Andersen a la bateria, Eirik Kråkenes a la guitarra y coros, y Øystein Heide Aadland a los teclados y coros. Se le notaba principal motivado por este concierto tras el parón de dos años con el covid, por eso desde la primera “Stridig” aquello fue un festín de metal avant garde que bailaba entre el black y sus míticas versiones de “Wrathchild” de Iron Maiden y “Rock And Roll Is Dead” de Lenny Kravitz. Gran triunfador y uno de los músicos mas en forma de su generación.
Godflesh sigue siendo el bebé de Justin Broadrick y G.C. Green que se siguen apoyando en una batería programada, un ordenador, y sus respectivas guitarra y bajo para dejar en trance a más de un seguidor. En su sonido se nota lo fundamental que han sido tanto para el industrial como para el metal extremo, cosa que dejaron ver en un set centrado en sus primeros lanzamientos pero donde también hubo tiempo para más contemporaneas como “Post Self”. Un sonido alto y machacón como exigían los cánones.
El concierto de Moonspell en el Temple se nos pasó volando, mientras la lluvia seguia cayendo. Fernando Ribeiro y los suyos estan mejor que nunca, y los portugueses aprovecharon su hora al máximo para que canciones como “Extinct”, “Opium”, “Night Eternal” o el final con “Alma Mater” y “Fullmoon Madness” fueran coreadas por todos los presentes. Hay que reconocer que el nuevo batería Hugo Ribeiro se defiende bastante bien ante los exigentes canciones de los de Lisboa, que entre niebla y unas frías luces celestes nos arrastraron al romanticismo gótico mezclado con el metal.
La gran desgracia del día venía con los alemanes Obscura, ya que debido a problemas técnicos su actuación se retraso mas de 20 minutos en los que el público impaciente ya empezaba a abuchear. Steffen Kummerer acababa de cambiar al completo la formación de la banda, y tenía ganas de mostrar al público por que su recién editado ‘A Valediction’ estaba recibiendo tan buenas criticas, pero incluso arrancado el tardío show el sonido fue penoso, muy alto en la guitarra de Christian Münzner y muy bajo en la del propio Steffen, ante una banda que parecía no darse cuenta del lamentable espectáculo que estaban dando. A la tercera canción se hacía imposible ver ese bochorno, por lo que junto a los demás fan decidimos marcharnos al escenario principal para ver como lo hacía el tito Cooper.
A día de hoy lo de Alice Cooper sigue siendo mucho mas teatro que música, no por nada es el padre del shock rock, pero aunque uno haya visto su espectáculo hasta la saciedad sigue resultado divertido y entrañable. Todavía con un chorro de voz, el lado musical se lo deja a la impresionante banda que lo acompaña en gira, con hasta tres guitarristas entre los que sin duda destaca Nita Strauss pero donde tampoco se quedan atras Ryan Roxie y el Hollywood Vampire Tommy Henriksen. Solos de batería de Glen Sobel, un sonido mas grande que la vida, cabezas cortadas y bebes sacrificados para volver a gozar con clásicos eternos como “Poison”, “Eighteen” o “School’s Out”.
El gran momento de la noche llegaba con la primera visita de Trent Reznor y sus Nine Inch Nails al Hellfest Open Air. La expectación era máxima, con un escenario principal lleno para recibir la mítica banda de electrónica y rock industrial. Sabíamos que los de Cleveland no iban na realizar un concierto al uso, pero jamás nos hubiésemos esperado ese manejo de luces, humo y cámaras que hizo que nos sintiésemos dentro de un videoclip durante toda su actuación. Un sonido sublime y sin fallos en los que decidieron arrojar todo el arsenal arrancando con “Mr Self Destruct” y “Wish” sabiéndose en un festival con un mayoritario público metalero. Hasta 19 canciones fueron cayendo entre luces estroboscopicas, bailes frenéticos y un final de ensueño en el que hilaron “The Hand That Feeds”, “Head Like A Hole” y un trozo del emotivo “Hurt”. Hubo tiempo para que, como mencionamos antes, Health subiesen al escenario para hacer con la banda su canción “Isn’t Everyone” editada el año pasado.
Cerrábamos la noche con Decapitated en el escenario Altar. La banda de death metal de Polonia venía presentando su recién editado ‘Cancer Culture’ y con la cancion que da nombre al álbum arrancaron su set en una madrugada donde a todo el mundo le quedaban todavía fuerzas para arrancarse en violentos circle pits mientras que el guitarrista Wacław “Vogg” Kiełtyka y el vocalista Rafał “Rasta” Piotrowski triunfaban cada uno en su terreno. Con un sonido pulcro y abrasivo a la vez, se vieron tan cómodos como para realizar hasta una versión alternativa de “Spheres of Madness” recibida con los brazos abiertos. Otra noche mas tachada del calendario y quedan dos más.
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