Texto: Íñigo Domínguez Díaz
Justo ha pasado un año del memorable concierto que la doncella ofreció en el Estadi Olimpic de Barcelona y ya los tenemos otra vez de gira por nuestro país, ofreciendo su espectáculo en un formato más “íntimo”. Una gira por pabellones, que contrasta con la de fechas únicas en estadios del Legacy of the Beast Tour, destinada a amortizar el coste de ofrecer un espectáculo memorable, único y grandioso, basado en los hits de la vida.
Esta proximidad de fechas que a priori hacía peligrar la afluencia de público a pesar de ser en un formato reducido. Pero la sabia decisión de ofrecer un tour con un setlist muy especial basado en su último disco Senjutsu (breve y forzosamente presentado en la anterior gira) y en uno de sus discos eclécticos, el Somewhere in Time (editado hace casi cuarenta años), causó el buscado efecto de crear expectativas en sus fans, generando a su vez que hayan vuelto a atender a la llamada y tanto es así, que en Barcelona hubo sold-out. Con estas premisas, acudí expectante a la cita a ver que deparaba esta gira tan particular, en la que lo que seguro iba a tener es la oportunidad de escuchar por primera vez en directo un buen puñado de temas de Maiden.
En esta gira la doncella ha querido que todo quede en casa y para abrir sus conciertos se han hecho acompañar por The Raven Age, la banda del hijo de Steve Harris, George. Difícil es quitarse en esta situación el estigma de ser “el grupo del hijo de” y seguramente la poca afluencia de público al inicio de la tarde tenía mucho que ver con esto, además de que el inclasificable estilo de la banda hace difícil que sean atractivos para la mayoría de los fans de Maiden.
De todas formas, cumplieron más que dignamente su papel basando su setlist en su más reciente trabajo Blood Omen del que destacaría Tears of Stone y Serpents Tongue, si bien su pequeño momento de gloria lo consiguieron con Grave of the Fireflies, tema con el que consiguieron que buena parte de la audiencia encendiera sus móviles para simular las citadas luciérnagas, ambientando un medio-tiempo clásico que va de menos a más. Pocas conclusiones se pueden sacar de su actuación, más allá de que tal vez que seguro en un recinto más reducido con el público más próximo luzcan más y estés menos pendiente de la dichosa etiqueta.
Una vez pasado el trámite de The Raven Age, quedó media hora para refrescarse. El calor infernal que se vivió el martes a la noche en plena canícula veraniega seguro hizo que el consumo de líquido se multiplicara por “n” veces el normal. El público y ambas bandas lo sufrieron y desde la distancia no aprecié intervenciones sanitarias por golpes de calor, con lo que en ese aspecto libramos la tarde-noche. Poco a poco el pabellón completó su aforo hasta presentar la bella imagen que toda banda desea, de no ver ni un asiento libre en la grada y tener al público agolpado en la pista, esperando impaciente el comienzo de la actuación.
Tan pronto comenzó a sonar el Doctor Doctor de U.F.O. la audiencia se encendió y tras el breve homenaje a Blade Runner con el tema final de la película, sonaron las primeras notas del Caught Somewhere in Time, canción que abre el Somewhere in Time y que hizo lo propio la noche del martes. Con toda la banda ya sobre el escenario hizo su aparición ataviado con una capa y unas gafas emulando a un viajero en el tiempo, de la mano del cual íbamos a saltar del pasado al futuro pasando por el presente. Así fue durante toda la noche, Bruce Dickinson no tiene precio como frontman, los años parece que no pasen por él, está ágil (si bien ya no se sube por las columnas cual mono araña), ejecuta casi cada nota a la perfección y transmite un optimismo y una energía que hace que el público mantenga niveles constantemente altos de adrenalina.
Siguiente tema, Stranger in a Strange Land, parece un tema muy clásico de Iron Maiden, ha sido muy versionado pero en realidad prácticamente no lo han tocado desde la publicación del álbum. Lento y con cierto aire AOR, lo hace difícil de ejecutar. Aquí hizo su primera y breve aparición Eddie ataviado para la ocasión de cowboy, pero con franqueza aporto poco a la ambientación del tema.
Haciendo un paréntesis y comentar la escenografía y medios de esta gira, nada que ver con el brutal despliegue del Legacy Of The Beast. Escenario simple, efectivo con pasarela para que corra Bruce, pantallas para proyectar imágenes, pero de diseño en algunas ocasiones rústico y fuego o efectos especiales en contadísimas ocasiones. Tour low cost en toda regla, muy centrado en el setlist y no en la ambientación de los temas que componen el mismo. Hecho el paréntesis.
Después del cowboy pasaron al único tema repetido del Senjutsu de la anterior gira, The Writing on the Wall, tema que es un hit rockero en toda regla y que no solo ha calado dentro del público metalero, es seguro que lo van a tocar hasta la saciedad en las giras que les queden hasta su retirada. Continuaron con Days of Future Past, que haciendo honor al título suena al pasado en el futuro de Maiden, el tema de Senjutsu que más elementos tiene de su época clásica, breve y con pocos elementos progresivos. Justo lo contrario que lo que son Maiden ahora.
Volvieron al sonido más actual de la banda con The Time Machine, aquí sí con un comienzo pausado, lento, elementos progresivos y con momentos estelares hacia la mitad tema. Dato curioso, Bruce hizo referencia como ejemplo de máquina del tiempo al Delorean de Regreso al Futuro, del que solo quedan tres ejemplares en el mundo y uno está en Hollywood, algo que según para quien puede carecer de relevancia, pero ahí queda.
Nueva rareza, esta vez extraída del The Number Of The Beast, The Prisoner. Extraño porque no es ni de largo un tema destacable del disco y por supuesto también llevaban mucho tiempo sin tocarlo. Como curiosidad estuvo bien, pero a mí no me acabo de cuadrar en el setlist, hay temas más atractivos dentro de sus rarezas. En Death Of The Celts, Bruce buscó a irlandeses entre el público (los había) y lanzó una proclama anti-opresión de los pueblos y las culturas para introducir el tema, que en sonó bien, pero que se hizo un poco largo.
A partir de aquí, dicho de una forma muy coloquial, canela fina. Can I Play with Madness, temazo que no han trillado como otros y que fue seguramente el mejor recibido de la noche (bueno el segundo mejor, luego explico por qué) representando al Seventh Son of a Seventh Son. Heaven Can Wait para volver de nuevo al SIT, y aquí el público comienza a disfrutar al 100%, hasta ahora estábamos al 95%. Y a continuación momento estelar de la noche; después de treinta siete años, Iron Maiden toca por primera vez en España Alexander The Great.
Momento histórico vivido en éxtasis colectivo, que por si mismo merece el desembolso de la entrada. Me dan pena los fans griegos que siempre lo piden cuando Maiden toca en su país, ya que esta gira no pasa por allí, si algún heleno había entre el público, debió ser la envidia de sus colegas. Simplemente majestuoso, e incompresible que nunca haya sonado en directo antes. Confío que lo hagan en el futuro ya que es un tema adelantado en el tiempo, se asemeja más a los temas actuales, pero con la esencia primigenia de los Maiden de los ochenta.
Después de esta orgía de sensaciones y con el público ya al 120%, cayeron dos clásicos de los más clásicos Fear of the Dark, coreado como nunca como consecuencia de la inercia del momento anterior. Cerraron la primera parte con Iron Maiden, estando aún en plena cresta de la ola por el momento Alexander the Great. Un pequeño receso hizo su efecto positivo para encarar la parte final del show con una perspectiva más objetiva y a ello también ayudó el tema Hell on Earth, de Senjutsu. Es el mejor de los cinco de este disco que sonó en la noche, complicado de ejecutar y largo, supieron mantenerlo en alto los once minutos que dura, pareciendo que tocaban un clásico de toda la vida. Otro de los grandes momentos de la noche. The Trooper, a pesar de ser muy celebrada pareció un trámite. Ya puestos y teniendo en cuenta el contenido el setlist, la podían haber obviado, sinceramente el tema merece un descanso, como tantos otros de Maiden.
Y cuando parecía que los momentos mágicos y épicos se acababan, llega el cierre con Wasted Years, tema no solo poco habitual en sus giras, mucho menos aún para cerrar una actuación. No pudieron elegir mejor canción para acabar el concierto, el riff inicial puso los pelos de punta y junto con un muy bien trabajado juego de luces, el público acompañó a la banda y coreó el tema hasta quedarse sin voz.
Terminó la noche con el consejo habitual de Maiden, transmitido a través de los Monty Python; “Always Look at the Bright Side of Life”. Así termina también la crónica, viendo el lado positivo de un show que, si bien fue básico en cuanto a elementos escenográficos y falto de intensidad en algunos momentos, estuvo dotado en todo momento de un sonido casi perfecto y contuvo elementos de sobra para el recuerdo, gracias a un setlist poco habitual, bien estructurado y mejor pensado.
Setlist Iron Maiden
Caught Somewhere in Time
Stranger in a Strange Land
The Writing on the Wall
Days of Future Past
The Time Machine
The Prisoner
Death of the Celts
Can I Play With Madness
Heaven Can Wait
Alexander the Great
Fear of the Dark
Iron Maiden
Hell on Earth
The Trooper
Wasted Years