Texto: Alba Rodrigo
Fotos: Vic A. Granell
Promotor: Babylon Productions
Pese a ser cierto que la movida blackmetalera ya no es la misma respecto a años atrás, todavía se pueden encontrar propuestas más que atrayentes para el deleite de amantes de las atmósferas oscuras y ritmos acelerados. Así, que unos clásicos como Kampfar viniesen acompañados por Skald Draugir y sus Helrunar es todo un honor. Mientras, bandas más incógnitas como Obscurity y Velnias iban a ser las encargadas de caldear el ambiente.
Aunque conseguir calentar una sala medio vacía como la de Mephisto aquella noche iba a ser una ardua tarea. Para más inri los primeros empezaron antes de lo esperado, justo cuando se inició la apertura de puertas, resultando casi imposible pillar a Velnias desde el principio. No obstante eso no evitó que los estadounidenses diesen una breve pero interesante actuación, centrándose en presentar su último disco recién salido del horno, RuneEater (2012). Y digo interesante pese a que no acabasen de engancharme demasiado, destacando mucho más en los momentos ‘doomies’ que con su propuesta Black. Así, aguantaron bastante inertes durante toda su actuación, en la que despuntó por encima de todo su vocalista y guitarra PJV, quien yacía a un lado del escenario manteniéndose solemne y ofreciendo algún que otro cambio de registro sugestivo. De todos modos, diría que dejaron bastante impasible al personal.
Los que no dejaron indiferente a nadie fueron Obscurity con su Pagan/Viking Metal… ¡parecía que no iban a acabar nunca! Y mira que le pusieron ganas y empeño, tanto en intentar conectar con el escaso público como en su desenvoltura por el escenario. Las primeras canciones entraron bien, con incluso algún que otro toque un poco ‘Roll que incitaba a moverse sin querer. Pero con el transcurso de su actuación no consiguieron aportar ni técnica ni originalidad, cayendo en la repetición de recursos. Sin embargo ellos mismos quedarían satisfechos al ver como alguna canción de su nuevo disco (de título homónimo y lanzado hacía apenas cinco días) pareció ganarse la aprobación de más de uno.
Dejando paso a sus paisanos, ahora sí que llegó el turno de una de las bandas más esperadas. Creo recordar que los propios Helrunar fueron los encargados de comentar que se trataba de la primera vez que pisaban nuestro país, por lo que iba a ser una noche muy especial. Y así se lo demostraron los fans, quienes dieron un paso adelante por primera vez en toda la jornada para darlo todo y más al son de los gorgoritos de Skald D. Una formación bastante pintoresca la suya, ya que mientras la mitad izquierda se vio muy involucrada en general, la otra mitad – formada por los músicos de directo (uno de ellos bastante jovencito)- fue lo más soso del mundo.
Pero ni siquiera eso impidió que marcasen el nivel de calidad respecto a los anteriores grupos, siendo los alemanes los primeros en meterse al público en el bolsillo mezclando temas clásicos con los de su último álbum, Sól (2011). Precisamente este disco fue el que contó con mucha más presencia gracias a sus pasajes atmosféricos y medios tempos, algo que funcionó muy bien en el directo. Así, no dejaron de sorprendernos a través de riffs de guitarra envolventes en los que poco a poco iban sumándose el resto de instrumentos.
Curiosamente, después del bolo de Helrunar hubo gente que decidió abandonar la sala, aunque a su vez fue justo cuando llegaron muchos otros, convirtiéndose así en el momento en que Mephisto se encontró más llena. Parecía que había ganas de Kampfar, teniendo en cuenta que ésta era la única fecha española de la gira (algo que comentó el mismísimo Dolk, quien insistió en que su agencia les recomendó que no viniesen a tocar aquí, ya que obligaba a dar mucha vuelta, y aun así ellos quisieron venir). Y así pudimos vivir una simbiosis brutal entre banda y público, siendo elemento clave su líder y vocalista, quien construyó una gran conexión con los fans mostrándose agradecido en todo momento. Un buen trabajo como showman (yo lo denominaría como el Sebastian Bach – ex Skid Row- del Black Metal) pero también como cantante, combinando sus guturales con las voces limpias de Ask, quien incluso se animó a cantar un tema entero a la vez que tocaba perfectamente la batería.
Asimismo, el trabajo por parte de los instrumentos de cuerda no sorprendió demasiado, ya que aunque tenían acordes trabajados tampoco se lucieron en cuanto a realizar algún solo de guitarra o alguna peripecia del estilo. De todos modos, tampoco es algo que se pueda recriminar a un grupo de su género, por lo que el sabor que nos dejaron los noruegos fue de haber hecho muy bien los deberes.
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