Texto: Alejandro Timoneda
Fotos: Julián Corro
La segunda jornada del aclamado festival madrileño da comienzo, esta vez sin tantas esperas para el acceso general como ocurrió el día anterior. Eso sí, mentalizados de recorrer kilómetros a lo largo del día tanto para los accesos como por el interior del recinto, como mucha gente comenta en redes sociales debería convalidar el camino de Santiago.
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Partimos con la máxima ilusión este viernes 7 de Julio, Queens of the Stone Age y The Black Keys nos esperan en el día de hoy, entre otros. Nuestro particular viernes comienza con la actuación de Puscifer, para después ver a Sam Smith, Queens Of The Stone Age, Kaleo y terminar con The Black Keys.
La banda formada por Maynard James Keenan en 1995 abre esta segunda jornada de festival, al menos para nosotros, con una actuación dentro de lo esperado para este grupo multi género encabezado por el rock. Su mezcla de estilos y personalidades conectó con sus seguidores y fue una buena manera de ir abriendo boca para lo que se avecina el día de hoy.
Después llegamos a la Mad cool stage, donde el cantante y compositor británico Sam Smith hizo las delicias de sus fans, dando un elenco de vocales impresionantes, cambios de outfits constantes y haciéndose ver que es uno con el escenario con mucho buen rollo, carisma y aura de divo.
Ahora sí, viene el plato fuerte para mí. Uno de esos grupos que marcaron mi adolescencia y que no he tenido oportunidad de ver hasta hoy, hablo de QOTSA. La banda de rock estadounidense Queens of the Stone age llegó tan enérgica y potente como se esperaba. Josh Homme a sus 50 años y con una serie de circunstancias personales que dan que hablar a sus espaldas subió al escenario e hizo que no pensáramos en nada de eso.
Casi 70.000 personas entregadas a la banda desde el minuto uno, el grupo empezó con su mítico tema “No one knows”. La legendaria banda tocó varias de sus icónicas canciones como “Go with the Flow” o “Little sister” y también dio espacio a algunas de sus álbumes más recientes, acabando el set con “Song for the dead” que literalmente reventó la pista. Pocas veces un grupo hace que 75 minutos pasen como si fueran 15, manteniendo la energía arriba y conectando tanto con su público. El sonido fiel y claro hizo las delicias de todos. Como dijo el cantante durante el concierto “estoy mucho feliz, qué fucking rico”.
Al acabar, con las energías por las nubes, cualquier cosa que viniera inmediatamente después se iba a sentir como que le faltaba algo. Así que con los ánimos por las nubes decidimos que era un buen momento para afrontar lo que todo el mundo procrastina a más no poder, ir al baño. Situados en todo el medio del festival, con aglomeraciones y colas desesperantes, es uno de los puntos más criticados por la audiencia en esta edición del festival.
Continuamos con nuestra jornada, ya en Kaleo nos dimos cuenta de que teníamos razón, lo que viniese después de QOTSA nos sabría a poco. Los islandeses de sonido rock and blues mezclado con toques de folk y country hicieron un despliegue de sus temas más escuchados que contentaron a su público, sonaron bien y cumplieron con las expectativas. El único problema era hacerlo después de un bolo tan extraordinario como el que le precedía.
Finalizamos con The Black Keys en la stage Madrid is life. La mítica banda estadounidense que auto producía sus álbumes y que escaló en popularidad a partir del 2010 se encargó de cerrar esta segunda jornada de Mad cool.
Dan Auerbach dio todo lo que tenía en su actuación, mientras que a Patrick Carney no le sentimos tan fino como a su compañero, de hecho el sonido (que, en general, ha sido genial en todas las actuaciones) no se sintió tan limpio como el en resto de bolos. De igual manera deleitaron a la audiencia que aguantaba los últimos minutos del día, ya con síntomas de cansancio (y otras cosas) visibles en muchos de ellos.