Texto: Morpheus Misfit
Y por fin llegaba el día. Para Millencolin puede que fuese una cita mas dentro de su gira europea, pero para el resto de españoles que siguen la carrera de los de Örebro desde los 90´s no era una cita mas. Ya no solo porque no se dejaban ver en la capital desde hace más de 5 años, sino también por el mal sabor de boca que muchos nos llevamos tras una pésima actuación en el Resurrection Fest de 2013. Dos discos reguleros como “Kingwood” y “Machine 15” fueron resarcidos por un gran “True Brew” que venían a presentar, pero ¿Estarían a la altura de las circunstancias?.
La noche la abrieron los ingleses Templeton Pek, quienes ya habían acompañado a Millencolin en otra gira europea, y quienes han tenido el placer de ponerse al lado de nombres como Alkaline Trio o Nofx también en giras europeas. Extrañamente era su primera vez en Madrid, como así lo recordaron unas 5 veces durante su corto set, donde no escatimaron en energía. Brillaron en singles como “Wake Me Up” o “Fractures” y aunque lo suyo no es el skate punk ni lo directo sin rodeos, supieron sacar brillo de las circunstancias: un público totalmente entregado a ver a las estrellas de la noche. Samplers para mas de una canción, coros melódicos y un Jon mas que entregado en la batería, la verdad es que gustaron mucho a un servidor.
Ya con una sala llena se pudo apreciar (minutos antes) la tónica de la noche: la sala Penélope no goza del mejor sonido de las salas de la capital, y fue mas que palpable en Templeton Pek (pero sin llegar al escándalo de Millencolin). Si unas horas antes el batería Fredrik Larzon ya nos avisaba (en la entrevista que pronto podrás leer aquí) que todos los integrantes de Millencolin llegaron a Madrid con un terrible resfriado, pues 1+1 = concierto para cumplir. Y así fue, realmente. Me encantaría escribir que fue un concierto excelente (porque el set y la gente totalmente entregada lo merecían), me encantaría decir que fue el regreso triunfal de los suecos y por la puerta grande (con un gran nuevo disco), pero si voy a ser totalmente objetivo hay que dejar el concierto en un aprobado justo, incluso con algunas canciones sonando mas lentas de lo normal.
El set fue un repaso de lo mejorcito de su carrera (justamente lo que no hicieron en Viveiro),“Twenty Two”, “Fox” o “Bullion” se celebraron como si no hubiese mañana, y aunque Nikola Sarcevic mostraba ya su habitual apatismo, Mathias Färm a las seis cuerdas ejerció de capitán del barco en una noche marcada por los pogos incesantes y el stage dive (donde en “Ray” alguien del público incluso llegó a volcar el micrófono de Nikola). ¿Os soy sincero? Mi yo con 15 años hubiese salido de la sala mas que satisfecho, porque se tocaron todas las canciones que la gente quería escuchar.
Fue un concierto movido entre las primeras filas, hubo momentos de humor y complicidad entre los integrantes, y en poco mas de hora y media ya tenías a todos tus colegas comentando las mejores jugadas en la puerta de la sala. Lastimosamente ya tengo el doble de edad y no se trata de la primera gira de Millencolin puedo comentar, así que nos quedamos con un concierto correcto a falta un ese conciertazo que nos deben desde hace ya casi 3 años (sin una bola de sonido, con un bajo audible). Una cosa no quita la otra: en “Lozin´Must” y “No Cigar” bailamos como si el instituto no se fuese a acabar nunca.