Texto: Mary Carmen Lozano
Fotos: Mary Carmen Lozano
Me atrevo a decir que la fecha del 23 de noviembre estaba marcada en el calendario de muchos y es que si bien Opeth es una banda que ha venido a Barcelona en numerosas ocasiones, eran muchos los años que llevaban sin tocar en una sala.
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Concretamente desde la gira presentación de su álbum Heritage en el año 2011. Pero el evento no era solo especial por eso, si no por el hecho de que la banda estaba celebrando su trigésimo aniversario (con un poco de retraso cortesía de la pandemia). No es la primera vez que la banda sueca realiza una serie de conciertos especiales para celebrar sus aniversarios, pero si es la primera vez que lo hace de una manera más extensa y visitando España. El público no iba a perdérselo y sabíamos que la sala Razzmatazz iba a estar llena cuando al entrar observamos que el piso de arriba estaba abierto.
Como contrapartida a ello, me pareció un poco triste que la mayoría del público no apareciera hasta más entrada la tarde y quedase poco para la actuación de Opeth. Los encargados de abrir no eran otros que Voivod. No estamos hablando precisamente de unos novatos, si no de una de las bandas más importantes dentro del thrash con 40 años de trayectoria.
Es posible que la ausencia de público se debiera a que muchos fans de los suecos no lo son de los canadienses o que otros simplemente estuvieran viendo el partido de Españita. Juicios aparte, la verdad es que fue un buen bolo para calentar motores. Voivod son muy entretenidos de ver y su frontman rebasa energía por todos los costales. Ojalá llegar a esas edades con la misma actitud que Snake. Sin ser yo muy devota de su música, consiguieron captar mi atención en todo momento y me lo pasé como una niña pequeña.
Puntuales a las 20.15, salían a escena los suecos. Sabíamos de antemano que el set iba a ser de trece canciones, una por cada álbum de su discografía. Set que habíamos podido votar entre todos en las redes cuando la gira se anunció. La banda se encontraba en plena forma y Mikael (Miguelito para nosotros desde ya hace muchos años) tenía la voz en buenas facultades.
No hubo problemas en verle tocar canciones muy antiguas, quizás solo al recordar las letras, como él mismo bromeó. Pero si nunca has tocado ese tema o hace más de 15 años que no lo tocas, ¿pues es normal, no? Se metió un poco con nosotros por verse obligado a tocar Black Rose Immortal, canción que dura casi 30 min. y que nunca habían tocado en directo pero que gracias a este tour había descubierto que era muy divertida de interpretar. Quizás servidora hubiera elegido otro orden del setlist, ya que empezó con mucha fuerza y a medida que pasaba el tiempo, el concierto iba tomando una forma más calmada y alguno podía sentirse fuera de ambiente.
Hablando de ambiente quería hacer mención de la falta de respeto que siempre suelo ver en nuestras salas. Creo que tan tóxico es a pedirle a alguien que se calle en medio de una canción de death metal al lado de la barra (me explico, estás en la barra, pidiendo una cerveza, es normal que hables), como que te pongas a gritarle al cantante que te aburres o te pongas a contar tu vida en verso en medio de la canción acústica.
Creo que la sala Razzmatazz es suficientemente grande como para que el que quiera estar con la cervecita hablando con el colega, lo esté, como para que el que quiera estar disfrutando del concierto en paz, también y que ambos mundos no colapsen y tenga una que presenciar escenas dignas del patio de colegio.
Volviendo a los suecos, creo que fue un concierto sólido y único. No todas las veces puedes verles interpretar temas como la ya mencionada Black Rose Immortal, Under the Weeping Moon o Harvest. Además el batería que llevan ahora, Valtteri, es un genio y es una delicia verle en directo (y una pena que apenas se le pueda ver entre tanto plato). Me pareció ver a Martin algo quieto encima del escenario y por ello me alegró que durante Deliverance, se animara un poco a moverse sobre las tablas y cambiar de lado. Ojalá no tengamos que esperar más de 10 años para volver a verles en una sala.