Texto: Mariano Bacigaluppi Beguiristain
Fotos & Video: Silvanna D Lorenzo
Siempre es un verdadero y un auténtico placer ver a los madrileños PINK TONES. Era la cuarta vez que los veía y nuevamente jugaban de local en la mítica sala La Riviera.
La excusa, esta vez, fue dar punto y final a una gira llamada Return Of The Son Of Nothing que les ha llevado por toda la geografía española. En esta ocasión no hubo discos completos interpretados en directo pero si la excelsa calidad y un elegante espectáculo rindiendo un justo homenaje a una de las más importantes bandas que la música moderna ha dado.
A mi llegada a la sala había poquísima gente, y eso que mi arribo fue cerca de las 20:00hs, pero por suerte a la hora del punto de partida del show el recinto gozó de una buena entrada llegando a más de la mitad del aforo.
The Return of the Son of Nothing fue la primera en sonar y seguidamente lo hizo Time que causó el primer estupor y delirio generalizado en el local. A posteriori, interpretarían quizás la única canción de la Era Gilmour que fue What Do You Want From Me. Pigs (Three Differents Ones) fue la aislada mención al larga duración Animals y en The Great Gig In The Sky una de las coristas se hizo dueña y señora del escenario haciendo alarde de su potencial vocal y su transmisión de sentimientos innata.
El vocalista Álvaro Espinosa realmente brilló recordando a Pompeii con Set The Controls Of The Heart Of The Sun y A Saucerful Of Secrets, aunque para no faltar a la verdad, debo decir que lo hizo durante toda la noche y como viene siendo costumbre.
Posteriormente un cuarteto sonoro recordando a Dark Side Of The Moon se hizo presente, primeramente con la conocida Money, seguida de la maravillosa Any Colour You Like donde Nacho Aparicio y sus teclados y Edu Jerez y sus cuatro cuerdas nos hicieron viajar sin movernos del lugar… Lejos, muy lejos… Y por último el combo Brain Damage + Eclipse donde nuevamente el vocalista nos regaló otro traslado a otra dimensión…
Mother sonó realmente conmovedora y One Of These Days imponente y monumental. El guiño y la mención a Wish You Were Here se hizo presente con la majestuosa y onírica Shine On You Crazy Diamond (en todas sus partes), Have a Cigar y la enternecedora y coreable Wish You Were Here. Aplausos ilimitados y más que merecidos y que fueron la antesala de uno de los momentos más memorables y mágicos de toda la velada… Echoes es esa canción perfecta, mires por donde la mires, adictiva como la más dura de las drogas y justificante para agradecer a la música no sólo por existir, sino por hacer nuestra vida mejor y más completa.
La banda se retiraría del escenario durante unos minutos, pero volverían para esta vez homenajear a su doble The Wall primero con In The Flesh?, luego The Thin Ice, The Happiest Days Of Our Lives se intercaló en todas las partes de Another Brick In The Wall y como colofón Goodbye Cruel World…
Nuevamente se ausentarían de la escena por unos instantes y volverían para despedirse a lo grande con Run Like Hell, en primer lugar, y la apoteósica despedida fue con Comfortably Numb… Minutos de aplausos, vitoreos y ovaciones… Aunque todo es poco para agradecer a PINK TONES por su homenaje y obviamente e PINK FLOYD por todo…
Después de vivir esas tres emocionantes horas, las palabras tardan en salir, crees que es un sueño y el primer sentimiento que te florece es el de sentirse afortunado por haber vivido eso que acabas de vivir…