[crónica] Sonisphere Barcelona 2013 – Parc del Fòrum 01 de junio

Por: X.F. Remorse
Promotora: LAST TOUR INTERNATIONAL

Cuatro años después de aquel festival encabezado por Metallica y con un muy atractivo cartel que incluía bandas como Machine head, Slipknot, Mastodon o Down, el festival Sonisphere (o, cada vez más, Metallica y Iron Maiden intercalándose como cabezas y con varios teloneros, especialmente yankees) volvía a Barcelona, y de nuevo al recinto del Fòrum, un lugar más que ideal para este tipo de acontecimientos: muy buena comunicación (la parada de metro está a dos minutos de la entrada), rodeado de bares, amplio y con el mar al lado…más no se puede pedir.

En cuanto a la organización…pues la verdad es que muy mal el tema de la comida y bebida: si 8 euros por un litro de cerveza es un atraco a mano armada, el hecho de que haya solo un puesto de bocadillos (si se les puede llamar así) para 25.000 personas tendría que ser denunciable, más si a priori no se podía entrar nada para abastecerse del exterior (luego pudimos comprobar que los controles eran más bien laxos). Poniendo más chiringuitos y a mejor precio quizás hubieran ingresado el doble, no hace falta ser un genio de la Economía para saber esto. Pero bien…

Otro tema a destacar: el polémico Black circle. Sabemos que estamos en un mundo regido por el dinero y bla bla bla, pero daba un poco de pena ver como mucha gente tenía que hacer mosh o pogos a 50 metros del escenario y que no podían estar viviéndolo justo delante de sus ídolos porque no habían podido pagar los 90 euros que valía estar ahí delante.

Más temas: el sonido. En general, muy bueno. Sorprendentemente, el peor en este sentido fue Iron Maiden. Ya trataremos más adelante este tema, pero resulta incomprensible (e intolerante) que los cabezas, los que cuentan con más medios y más presupuesto, y sean los que se oigan peor. No me lo explico.

Vayamos a por los grupos…por cuestiones personales no pude entrar al recinto antes de la actuación de Newsted, así que me perdí Voodoo six, October file, Red fang (a los que tenía muchas ganas de ver) y Tierra Santa. ¿Qué decir de Newsted? Pues que su propuesta sólo llegó al personal cuando tocó temas de Metallica, y con eso se dice todo. Ojo, no tengo nada personal contra él, pero me da la sensación de que se le está acabando el dinero que ganó con su exbanda y, tras sus fracasos musicales, se saca un EP para cumplir y poder girar (titulado además “Metal”, es decir, operación de marketing total), haciendo conciertos donde su propio EP es la excusa (más que nada, porque vale muy poco) y tirando de Creeping death y Whiplash para atraer a la audiencia. No aportó nada y es un claro ejemplo de que podría haber dejado lugar a bandas con potencial y más seguidores.

Tras su actuación vinieron los misteriosos Ghost. Ya se ha hablado mucho de esta banda que divide al público a partes iguales: hay quien les profesa una admiración cuasi religiosa, y nunca mejor dicho y hay quienes, como a un servidor, al que no le dicen nada. Quizás es por falta de escuchas, pero sinceramente, no acabé de disfrutar de esta banda, y ya me perdonarán mis colegas redactores de esta web. Los riffs no me dicen nada y la voz, que a veces emula a la de un cura dando misa, tampoco no me engancha. La sensación que buscan transmitir, además, quedó diluida a tocar a plena luz del día.

Con 5 minutos de retraso sobre el horario previsto, Iron Maiden salía a escena a las 20:50, tras la preceptiva “Doctor, Doctor” de UFO a modo de introducción. Es de todos conocido: el set list se basaba en la recreación de la gira “Seventh son of a seventh son” de 1988, con motivo de la reciente publicación en DVD del famoso VHS “Maiden England”. A pesar de ello, el set list varió y cuatro o cinco temas no fueron los mismos. De hecho, el concierto empezó como el video, con Moonchild, pero así como en este último encontramos The evil that men do como segundo tema, en el Sonisphere los británicos dejaron ésta para los bises, y en cambio tocaron Can I play with madness?. Le siguieron The prisoner, también aparecida en Madien England, y 2 minutes to midnight, y descartaron Still life y Die with your boots on (con lo que el Piece of mind se quedó sin representación)

La gente disfrutaba a pesar de que el sonido, como hemos comentado antes no era bueno del todo: la voz se oía muy fuerte y las guitarras muy bajas; yo no sé si es por el miedo de no saturar al haber tres hachas en el escenario, pero la verdad es que en momentos a uno o dos de ellos no se les oía: si no era Gers era Smith, y si no era Murray. Por su parte, vi a Dickinson muy bien, bordó varios temas, entre ellos uno de los más esperados, el tema que da nombre al disco, “Seventh son of a seventh son” (y que en el DVD podemos ver que a veces no llega a ciertas partes). Comentar también que los temas se sucedieron casi sin tiempo entre ellos; no sabemos por qué, quizás por haber empezado algo más tarde del horario previsto, pero solo hubo un parlamento entre tema y tema, y todos ellos se sucedieron prácticamente sin descanso.

Mención aparte para la escenografía: había unas figuras y/o un telón pensado para cada tema, lo cual, unido a la pirotecnia, provocó una comunión perfecta entre el aspecto visual y el sonoro: si ya de por sí el set list fue excelente, podemos decir que el show en general fue magnífico, ya que ya sabemos que Maiden no repara en gastos y el componente de espectáculo en los ingleses siempre es un punto a favor.
En cuanto a la actitud de los músicos, pues lo de siempre: Harris muy animado, aunque algo menos que otras veces y Murray y Smith con el piloto automático, como últimamente. El que más lo vivió fue Dickinson, que parece que haya retrocedido en el tiempo y que, además, cantó francamente bien.

Se seguían sucediendo los temas del Maiden England (The trooper, un The number of the beast que atacaron muy temprano), Wasted years, The clairvoyant, The pantom of the opera…Lástima que no tocaron Killers, uno de mis temas favoritos de la Doncella…pero bueno, se compensó con la inclusión de toda una sorpresa (aunque no pintara nada en un set list que recreaba el del 88) de Afraid to shot strangers, tema que me gustó escuchar porque yo descubrí a Maiden gracias al directo A real dead one y cuando era pequeño flipaba con los punteados de esta canción. Tampoco venía al caso hacer Fear of the dark pero es casi obligado, igual que lo es Run to the hills y acabar con Iron Maiden, como fue el caso. Dejaron de banda Hallowed be thy name, un tema que parecía inamovible en sus actuaciones, y tocaron Aces high, The evil that men do y Running free como bises: inmejorable, por tanto.

En definitiva, muy buena actuación de Maiden, con un grandísimo set list y un gran espectáculo, deslucido en parte por la mala calidad del sonido pero a pesar de así nos dejó a todos un gran recuerdo.

A las 23:00 llegaba otro de los platos fuertes, Anthrax. Personalmente, tenía muchas ganas de verlos, ya que era mi primera vez. Y no me defraudaron. La verdad es que fue de las mejores actuaciones de todo el festival; lo único reprochable es que el set list fue muy corto y, además, estuvo lleno de versiones…de acuerdo que presentaban “Anthems”, un disco de covers, pero si tienes una hora de set list, incluir tantas canciones de otros grupos (homenajes a Dio y Hanneman, este último en forma de un trozo de Raining blood, además del TNT de AC/DC, es excesivo). Empezaron muy fuertes, con tres temas de su disco más valorado, el Among the living: el tema-título, con el que abrieron, Caught in a mosh y I am the law, para atacar después las covers mencionadas, y que cortaron un poco el ritmo.

No importó: Frank Bello y Scott Ian estaban motivadísimos, pero el que no paró ni un segundo fue Joey Belladona, que parecía disfrutar como un enano y daba la sensación que tuviese 20 años. Jonathan Donais, de Shadows fall, que venía a sustituir al fugado a Volbeat Rob Caggiano, cumplió bien su cometido, incluso nos brindó varios “molinillos”, algo curioso de ver en Anthrax. Por su parte, Charlie Benante demostró lo enorme batería que es, con pequeño (y sobrante) solo incluido, en el que demostró que siempre ha estado algo infravalorado, algo escondido entre los bateras del Big 4 y en parte eclipsado por la velocidad de Lombardo, el liderazgo de Ulrich y el carisma de Menza…pero sigo pensando, y lo ratifico tras lo visto en Sonisphere, que Benante es el que goza de más recursos técnicos de todos ellos. La gente enloqueció con Got the time y Antisocial y, a pesar de que no tocaron Efilnikufesin, quizás su mejor tema del Among the living, sí hicieron Indians, otro temazo, con lo que la gente no salió en absoluto defraudada.

Pasadas las 12 de la noche saltaba a escena otro de los platos fuertes de la velada, Megadeth. Hay quien cree que los californianos son todavía una banda de thrash y cada vez se va defraudando, actuación tras actuación y disco tras disco. Que se saquen de la cabeza esa idea: Megadeth, desde el Countdown to extintion, es decir, hace más de 20 años, son una banda que se dedica (y muy bien, por cierto), a hacer medios tiempos, con un riffs inspirados y haciendo lo que pueden con la voz. Vi a Mustaine más activo que de costumbre aunque cantando en tonos muy graves porque sino no llegaba, y vi a Chris Broderick muy motivado, comiéndose el escenario y yendo de aquí para allá mientras que Ellefson, en su línea, permanecía más estático.

Abrieron con Trust, que no es mal tema para empezar gracias a unos coros que enganchan, y continuaron con Hangar 18, que fue uno de los momentos que la gente vibró más. El set list no fue malo a excepción de los dos temas del nuevo disco (Kingmaker y Super collider…los hay mejores pero es normal porque son los que han presentado como single) y estuvo repleto de clásicos: She-wolf, A tout le monde, Countdown to extintinon, Symphony of destruction, Sweating Bullets, Peace sells…but who’s buying y, para terminar Holy wars. No tocaron su mejor tema, Tornado of souls, aunque no se echó en falta. Sí que se echó en falta fue un poco más de garra y actitud, aunque por desgracia esto ya es habitual en un concierto de Megadeth.

Lo compensó en pare el montaje de videos que llevaban, muy elaborado y en el que cada canción venía acompañada por una serie de imágenes, varias de ellas impactantes y que casaban perfectamente con cada letra. Como anécdota, decir que Mustaine erró al saludar al auditorio con un “Buenas noches Madrid”, seguido inmediatamente por una disculpa sincera y varios piropos a la ciudad de Barcelona a modo de compensación. La última actuación, la de Avantasia, no la pude gozar por exceso de cansancio. Me consta que fue de los mejores conciertos, si no el mejor, de todo el festival, pero ya me perdonarán los lectores…

** Agradecimientos a Last Tour International por los pases **