Texto: M. Ramis
Fotos: Mai Visualart
El pasado sábado pudimos disfrutar de otra noche de metal extremo en la isla, de la mano de Taste My Sweet Revenge abriendo para los catalanes Hekatombe, procedentes de Barcelona.
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El combo autóctono saltó al escenario sin más dilación, con uno de sus temas más poderosos, Captain Of The Undead, avisando así que no nos iban a dar tregua. El público respondió eufórico desde el minuto cero, mosheando y coreando la mayoría de temas (presentes en su álbum debut The Last Sent).
El momento álgido de la actuación llegó con Demon Inside Me, un tema con un estribillo muy pegadizo y unos breakdowns muy potentes, con un electrónica abrumadora y rompenucas. Durante el tema todo el público enloqueció y armó un buen pogo, el cantante no pudo resistirse, dejó el micro durante una parte instrumental y se lanzó entre el público. Locura extrema, no apto para estómagos cobardes. A mitad de concierto, nos sorprendieron con un scketch homenaje al video viral Tripaloski, lo cual supuso otro minuto más de locura extrema, menudos frikis 😉
Otro momento épico llegó con Genkidama, un tema dónde siempre acaba todo el mundo con las manos en alto, emulando el gesto al que hace honor el título, la invocación de la mítica Genkidama de Goku en Dragon Ball. Y como mención especial, el puntazo de Alex Catalá, de Inner Sight, quién para sorpresa de todos, (incluido el propio grupo) apareció de la nada para cantar junto a Mikel el tema The Enemy. Esta noche tampoco faltó su Tasty Machine, su máquina arcade que los acompaña en la mayoría de conciertos y en la que se puede jugar a su videojuego The Night Of Krabthulu, entre otros miles de clásicos de todas las plataformas retro conocidas.
Cabe decir que Taste My Sweet Revenge son una banda joven de la isla (2015), con un solo disco (por el momento) en el mercado, y gozan de una crew abundante y fiel. Y no solo en España, pues han estado de gira por diferentes países europeos (Suiza, Dinamarca, Alemania…) y por donde han pasado, han arrasado.
Llegó así el turno de Hekatombe, quienes venían presentando su último trabajo, Next Stage. Un disco de un sonido aplastante regado de bases electrónicas. Metal 3.0 como ellos mismos dicen. Un sonido muy contundente y muy própio, con estribillos furiosos y muy trabajados en más de un tema, como por ejemplo en Salto al Vacío.
Next Stage Tour les ha llevado por buena parte de Cataluña, por Madrid, Zaragoza…y ahora tuvimos el placer de tenerlos en la isla.
Los catalanes demostraron una ejecución perfecta, con la precisión de un cirujano, no se iban ni un milisegundo de su metrónomo. Son músicos muy profesionales y no dejan lugar a dudas de ello. Además es agradable ver la empatía y cohesión que existe entre ellos, no paran de acercarse unos a otros y en sus caras se refleja la felicidad que produce llevar a cabo una pasión compartida con buenos amigos.
El momento culminante vino con el hit Blanco Humano. Uno de los temas insignia del grupo con un videoclip sorprendente. Además se marcarón una increíble versión de The Wall de Pink Floyd, versionada con su própio estilo, contando la misma con unos fantásticos arreglos electronicos.
Para esta ocasión también venían sin batería, ésta fue disparada, pero no por ello perdieron ni un ápice de brutalidad.
Mención especial al técnico de sonido de la sala Tomeu Janer, quién demostró una profesionalidad y una motivación increíble, haciendo sonar a las dos bandas a la perfección.