Por Iñigo Dominguez Diaz
1.Rites of Passage
2.Heaven Denies
3.Poor Man’s Crusade
4.Fiddler on the Green
5.Blood on My Hands
6.Path of Glory
7.Winter of Souls
8.The Whistler
9.Tear Down the Wall
10.Gallows Pole
11.My Last Sunrise
12.Chant
Miembros
Hansi Kürsch – Voces
Jon Schaffer – Guitarra, Bajo
Músicos de sesión:
Jim Morris – Guitarra
Mark Prator – Batería
Sello
SPV Records
Website
www.demonsandwizards.de/
La pena de lo que da en llamarse superbandas, las formadas por miembros destacados de bandas de éxito, es que como es normal, dedican la mayoría de sus esfuerzos a sus bandas principales y acaban por dejar un legado más bien escaso de lo que son sus proyectos paralelos, que muchas veces podrían rivalizar en calidad y trascendencia a sus bandas principales.
El producto al ser escaso, al final corre el peligro de quedar olvidado o en el mejor de los casos, convertirse en uno de culto. Eso es lo que ha ocurrido con DEMONS & WIZARDS, el proyecto paralelo de dos pesos pesados del metal, que pasarán a la historia más por sus bandas principales que por su colaboración conjunta, pero que sin duda dejaron su impronta más personal cuando crearon el primer disco de DEMONS & WIZARDS, de título homónimo.
Si hay algo por lo que lo considero importante dentro de la historia del metal y como pieza de culto es porque este disco marco el regreso al estudio y a los escenarios de Hansi, que por aquella época (finales de los 90) pasó por un mal trago. Una operación de oído que estuvo a punto de dejarle fuera de los escenarios para siempre. Cuando algo así ocurre, pones todo tu empeño en cualquier proyecto que signifique no dejar lo que más te gusta en la vida y eso se nota en el trabajo tanto compositivo como interpretativo de Hansi en DEMONS & WIZARDS. Letras más profundas (aquí no hay sitio para tolkkien y los hobbits), jugando la religión y las atrocidades cometidas en su nombre, el papel principal. Canciones muy solemnes, hechas con rabia e interpretadas llevando su voz a los tonos más melancólicos y oscuros alcanzados nunca por el cantante, ni siquiera en su banda principal.
No podemos olvidarnos de la contribución de Schaffer, que es sin duda el que consigue dar el toque compositivo que de orientación más dark, siendo la mayoría de la música una versión depresiva (en el buen sentido de la palabra) de lo que es ICED EARTH. El toque que tiene este hombre con las guitarras rítmicas es impresionante, cabalgando todas las canciones bajo el ritmo de las mismas. Es el verdadero conductor del tempo de la banda aderezado con la capacidad interpretativa de Hansi.
Leí una vez una crítica en el momento en el que se público el disco (1999) que no era más que disco de mezclas, la voz de BLIND GUARDIAN con la música de ICED EARTH. Pues seguramente sí, pero no son ICED EARTH y BLIND GUARDIAN, dos bandas que a todos se nos hubiera ocurrido mezclar, por la diferencias entre una y otra y por lo buenas que son. Pues es ahí en esa mezcla, donde radica no la debilidad sino la fortaleza de DEMONS & WIZARDS, canciones que en una u otra banda no serían posibles aquí lo son. Ejemplos no faltan; My Last Sunrise, es algo imposible de escuchar en BLIND GUARDIAN, triste, de ritmo maideniano pero con una voz rasgada y profunda. Ejemplo de lo contrario, sería la que es la pieza maestra en mi opinión del álbum, y que es una de mis canciones preferidas, Blood On My Hands, que sin duda podríamos encontrar en ICED EARTH, pero tiene un toque épico nunca conseguido por esta banda, que Hansi es capaz de darle.
Igual de destacable es la intensa balada The Fiddler On The Green, que comienza con una acústica para al final estallar en rabia, emoción y metal puro, como pocas veces he escuchado.
La continuación de este primera colaboración (Touched By The Crimson King) no fue tan afortunada y el proyecto parece haber caído en el olvido para los dos músicos y no hay noticias de un retorno en breve. Ojalá pronto nos den una alegría y nos vuelvan a regalar un trabajo de la banda, a la altura del primero que para algunos significaría volver a épocas doradas del power/ heavy metal, ya que este género deja cada vez menos cosas remarcables.