Dream Theater – A Dramatic Turn Of Events

Por Mariano Bacigaluppi

01. On The Backs Of Angels (8:42)
02. Build Me Up, Break Me Down (6:59)
03. Lost Not Forgotten (10:11)
04. This Is The Life (6:57)
05. Bridges In The Sky (11:03)
06. outcry (11:24)
07. Far from Heaven (3:56)
08. Breaking All Illusions (12:25)
09. Beneath The Surface (5:26)

Miembros

James LaBrie – Voz
John Petrucci – Guitarras y Coros
Jordan Rudess – Teclados y Continuum
John Myung – Bajo
Mike Mangini – Batería

Sello
Roadrunner Records

Website
www.dreamtheater.net

Mucho se habló, se habla y se hablará de este disco. Ya he visto por ahí los típicos y sensacionalistas encabezados diciendo “DT han Vuelto” ¿Acaso se habían ido? O también los del otro bando, idolatrando al fugado Portnoy, que es un disco falto de ideas, poco fresco y previsible… Yo simplemente diré que Dream Theater han sacado el disco que verdaderamente querían, por algo son la banda número uno del género o al menos la más reconocida y que ya en un gusto enteramente personal, lo ubicaría entre sus cinco mejores discos sin dudarlo un sólo segundo. Por lo tanto y, a mi modesto entender, se han sacado de la manga un verdadero discazo.

¿Para tanto? Os preguntaréis muchos de vosotros. Mis razones son casi exclusivamente desde un punto de vista sonoro y melódico sobre todo. Soy seguidor desde hace ya bastante tiempo, más específicamente desde que el disco “Images & Words” al poco tiempo de salir a la venta, llegara a mis manos y que junto al siguiente “Awake” y más que nada el inmenso “Metropolis Pt.2 Scenes From A Memory” forman ese triunvirato invulnerable e inquebrantable en mi mente y en mi selecta discografía de esta banda surgida en Berklee hace ya veinticinco años. Así es que, como comprenderéis, soy más un apasionado de su sonido más clásico (simplemente por llamarlo de alguna forma).

El sonido heavy más melódico, algo neoclásico por encima de los riffs modernos y machacantes que comenzaron a aparecer en sus discos con este nuevo siglo. Que si bien éstos últimos no me desagradan, porque si hay algo que valoro en el género en cuestión es la investigación en el sonido y el no ponerse límites a la hora de componer, sigo prefiriendo el sonido más primitivo y en este A Dramatic Turn Of Events, hay bastante de eso. Otra cosa que me ha gustado muchísimo también, es el sonido que se le ha sacado a la batería de Mike Mangini. Un sonido con muchísima contundencia y no tan moderno como solía ocurrir en sus últimos álbumnes. Otro punto a favor.
On The Back Of The Angels de casi nueve minutos es la encargada de abrir el disco y desde el mismísimo instante que la guitarra de John Petrucci comienza a sonar y la batería del recientemente reclutado Mike Mangini entre, tendremos el primero de esos flashbacks que nos hará regresar al pasado de la banda. Si hay alguien a quien admiro, ése sin lugar a dudas es Jordan Rudess. En cada nuevo disco más me sorprende con sus aportaciones desde el teclado y este nuevo CD no es una excepción. Increíble la intervención de los teclados y sintetizadores con sonidos realmente envolventes e intrigantes por momentos.

Grandiosidad desde el piano y solazo melódico a la vez que descomunal de Petrucci.

La segunda de las canciones llamada Build Me Up, Break Me Down nos recibirá con un sintetizador y un poderoso y agresivo riff ejecutado por Petrucci. James LaBrie, de un grandísimo trabajo a lo largo y a lo ancho de todo el disco, primero de una forma más enérgica pero a posteriori volver a esa melódica y característica forma que nos tiene acostumbrados. Emotivo estribillo y repaso por todo el kit de batería cada vez que puede Mike Mangini, aunque lo mejor de la canción sin dudas es el solo gemelo realizado por la guitarra y el teclado. ¡¡Magnífico!!

Desde el primer momento que escuché Lost Not Forgotten tuve una innata sensación de querer escucharla en directo. Es una de mis favoritas de este trabajo y no es sólo el melancólico piano que amablemente nos recibe, también es la parte épica que a posteriori la batería nos regala, es también el taladrador y quebranta cuellos riff de guitarra que le precede y como no, es esa locura instrumental infinita que la banda sabe materializar. Machacón y veloz estribillo y como siempre, sonidos variopintos que engalanan el universo sonoro que se apodera de nuestros oídos.

This Is The Life es otro de esos flashbacks hacia el pasado de la banda y que tan bien me suenan. Desde el comienzo de la misma, una sonrisa de gran tamaño se instala en mi cara y así permanecerá durante los casi siete minutos que dura. El piano, gran maestro de ceremonias y nuevamente el encargado de encender la luz del pasillo, primero la dulce y tenue voz de LaBrie y a posteriori las seis cuerdas serán nuestros compañeros en este viaje místico y vibrante, a la vez que resonante y… tengo que reconocerlo, la voz del cantante gana muchísimos enteros a la hora de entonar baladas, en suaves y dulces pasajes musicales es en donde se agranda, se envalentona y donde es diferente a los demás. Aquí lo demuestra y con creces.

En Bridges In The Sky hay de todo un poco. La canción se asocia con el tribalismo en su apertura, para que a posteriori un coro sacro haga su aparición. Riff machacón y super potente como los Dream Theater de los últimos discos están presentes. Nuevamente los teclados aportados por Mr. Rudess sencillamente magistrales y me encanta el sincopado y quisquilloso camino que la batería va escribiendo. Gran estribillo, bastante melódico despegándose de la furia preponderante del resto de la canción, y para los minutos finales desparramo instrumental ilimitado de los cuatro fantásticos.

Outcry, al igual que su predecesora también dura once extensos minutos, pero no se parece en lo más mínimo a ésta. Nuevamente los sintetizadores y los teclados aportados por Jordan Rudess son los primeros en decir presente, para luego entrar la banda al completo con un sonido netamente sinfónico, épico y con unos grandes matices llenos de dramatismo. Diseminados unos geniales riffs de John Petrucci, no será hasta pasados 120 segundos que escucharemos la voz del cantante, primero con tonos un poco más aguerridos que inmediatamente se tornarán en melódicos y así lograr una de mis partes preferidas del disco. La exquisita y dulce voz de James LaBrie poco a poco se irá fusionando con los sintetizadores para explotar en un estribillo realmente brillante, virtuoso y conmovedor y dramático por partes iguales. Aquí también nos deleitarán con grandes momentos instrumentales, progresivos al máximo, con un teclado jugando con sonidos arabescos por momentos y la guitarra siguiéndole la pista aunque claro… estamos hablando de Dream Theater, pueden hacer lo que quieran y claro que lo harán bien y aquí lo confirman una vez más.

Far From Heaven, además de ser la única letra aportada por James LaBrie es una nueva balada donde el vocalista nacido en Canadá sacará una vez más esa brillante chapa de ganador y la hará relucir. El piano, su voz y unas dóciles orquestaciones serán los actores de esta pequeña obra que no llega a los cuatro minutos y es la de menos minutaje de todo el entero. Si sueles emocionarte con las baladas de la banda y caer rendido, aquí lo harás una vez más… no hay una sola duda de ello.

Breaking All Illusions es LA CANCION o por lo menos mi canción favorita de toda esta nueva entrega discográfica del combo americano. Es de esas canciones que no le sobra absolutamente nada de nada, todo es perfecto. Ya lo se… estamos hablando de Dream Theater, pero es que en esta canción lo tengo que recalcar. Nos podremos deleitar con momentos progresivos setenteros hasta sinfónicos pasajes, pero una vez más el piano y los teclados de Jordan Rudess me hacen quitarme nuevamente el sombrero. El momentazo instrumental que nos regalan sobre los cinco minutos es de una calidad sin límites y donde una vez más me dejan boquiabierto. Para después escuchar el mejor solo de guitarra de todo el disco y, sin que suene demasiado arriesgado decirlo por mí parte, en mucho tiempo en la banda. Por cierto, me sorprendió enterarme que la letra de esta canción ha sido compuesta por el enigmático y siempre bajo perfil John Myung.

Todos sabemos que la creatividad en el seno del grupo no tiene límites y es más bien infinito, aunque lo que lamentablemente es finito es la duración del CD y, por lo tanto, tenemos que hablar y citar a Beneath The Surface, la última canción. Es una nueva balada, en la onda de la ya citada Far From Heaven, donde la sensibilidad del vocalista apunta directo a la fibra sensible de los escuchas y hace una certera diana. Una guitarra, que suena casi como un desliz, le acompaña junto a unas preciosas orquestaciones y cuando todo el mundo esperaba que sonaran unos violines para que la velada sea perfecta, una vez más el mago de la banda, Jordan Rudess, expone su paleta de colores sonoros y se fabrica uno sonido sintetizado auténticamente nostálgico y emotivo ideal para darle rienda suelta a los sentimientos y que las lágrimas sigan su curso.

El trece de septiembre de 2011 es la fecha marcada a fuego en el calendario en el que este undécimo disco de la banda americana saldrá a la venta y vendrá en varias ediciones, incluida una muy cuidada con varios vinilos.

No me gustaría dar por concluida la crítica sin mencionar que este nuevo larga duración es una demostración de que sí se podía seguir adelante, de que nadie es imprescindible en una banda y que, como suele ocurrir, cuando los dictadores desaparecen las mentes florecen, renacen y tienen las oportunidades que quizás tiempo atrás no tenían. Este disco es una demostración de todo esto que acabo de nombrar y mucho más. Como se suele decir, cuando se cierra una puerta se abre una ventana… o llevándolo a nuestro terreno musical… Black Gives Way To Blue….