[entrevista] Glasswork: “Metabolé es el intento de recuperar el eclecticismo, pero ahondando aún más en la unidad”

“Metabolé” es el tercer álbum de estudio de los malagueños Glasswork. Una pieza de rock progresivo alabada desde su salida en varias partes del mundo, recuerdan a King Crimson, Yes o Iron Butterfly, pero sin perder un toque personal y carisma que hace que tengamos muchas ganas de hablar con ellos. El grupo al completo responde esta entrevista, nos hablan del álbum y de lo que supone presentarlo durante una pandemia. Por Jorge Fretes

– Habéis decidido hacer más de un concierto en este tiempo de pandemia, con aforo reducido y todas las limitaciones que han puesto en las salas. Tras hacerlo ¿Qué tal la experiencia? ¿Ha valido la pena o pensáis que es mejor esperar a que puedan volver los conciertos normales?

Fernando: Fue una experiencia curiosa, muy nueva para nosotros. Todo el mundo sentado (esto no es una novedad en nuestros conciertos) y separados milimétricamente uno de otros, nada de movimiento, bailes y cualquier otra forma de expresión. Aun así, fue algo que mereció mucho la pena.

Miguel: Mereció la pena, rotundamente. Era el momento álgido que esperas cada cierto tiempo, el de estrenar material, tocar los temas nuevos… afortunadamente la gente respondió y pudimos disfrutarlo mucho.

Gálvez: Las salas y el público siempre han sido muy responsables y eso ha hecho que todos los conciertos hayan sido experiencias positivas y seguras. Ha resultado muy enriquecedor y hasta cierto punto desafiante llevar estas canciones a directo, pero también muy divertido.

César: Podía ser presentado como un triunfo. A efectos prácticos no vi mucha diferencia con respecto a bolos prepandémicos, algunos hasta los mejoró. El mero hecho de tocar cuando parece que lo normal es no poder hacerlo, ya era motivo suficiente.

Gálvez: En cualquier caso, esperemos que pronto vuelvan los conciertos tal y como los recordamos.

– “Knots” y “Fear And Trembling” mostraban un aspecto más metal del progresivo en Glasswork, algo de lo que se intentó desmarcar en Metabolé y que se hace muy claro ¿No era un terreno en el que os sentíais muy cómodos? La banda parece mirar más ahora al rock progresivo de los 70’s y 80`s.

César: Knots, el primero, fue el álbum ecléctico, casi por defecto. Sacamos temas, los hilamos. Los había blueseros, y los había metal. Con Fear and Trembling, el cuerpo nos pidió más dureza, y nos sentimos muy cómodos con un sonido más metal, que combinado con una intención más marcadamente conceptual para el disco, supuso una homogeneidad más o menos fundada en este sonido metalero. Metabolé es el intento de recuperar el eclecticismo, pero ahondando aún más en la unidad. ¿Nos separamos del metal? Sí, un tanto. ¿Desaparece? No creo. En cualquier caso, ofrece bastante más.

Miguel: Creo que cada etapa perseguía algo distinto. Hemos ganado cosas y perdido otras, pero diría que Metabolé es un buen resumen de todo lo que -al menos en mi caso- buscábamos dentro del estilo. Mucho más orgánico, más espacio, no sabría explicarlo.

Fernando: Han sido etapas. Cuando llegué a la banda en 2015 con el segundo largo ya casi compuesto recuerdo la época con sonidos más pesados casi tirando al “doom”. En esta etapa se ha optado por un sonido más clásico, casi una forma de rendirle tributo a esas bandas que marcaron el camino del progresivo.

Gálvez: Yo no estuve presente en Knots ni en Fear por lo que desde un primer momento me sentí muy a gusto con esta nueva orientación. Creo que ellos ya estaban enfocándose hacia ese sonido y que al final mi entrada en el grupo ha terminado acelerando ese proceso. En ese sentido hemos encajado muy bien, tenemos muchos gustos y referencias en común, de hecho nos conocimos tocando Lark’s Tongues in Aspic (risas).

– ¿Es posible que en Metabolé se acentúe más el hecho de que la voz no es el aspecto principal de Glasswork? La chicha parece estar en la instrumentación.

Miguel: Sin duda. Al menos desplazar la voz al mismo nivel que el resto de instrumentos. La voz acaba siendo un elemento más. Quizás también tenga que ver con las evidentes limitaciones técnicas que existen a la hora de cantar, por no saber, o tener que estar atento a que la caja no se cuele en el micro y el técnico quiera matarme. Aunque en ese sentido cada vez me encuentre más cómodo.

Gálvez: Creo que el trabajo vocal en este disco está muy bien conseguido, Fer se ha estrenado como nuestro Greg Lake particular y Miguel y César tienen en este disco algunas de mis líneas de voz favoritas de Glasswork. A ver si para el próximo me toca a mi…

Fernando: En cualquier caso Laura Martínez ha sido, para mí y para todos de las mejores colaboraciones que jamás hayamos hecho. Le ha dado un toque distinto a los temas y ha logrado junto con Miguel que las voces en este álbum tengan algo más que decir.

Gálvez: Laura hizo un trabajo increíble, le dio una presencia muy personal al disco, Solitude y Metabolé no hubieran sido lo mismo sin su voz.

César: Laura mola demasiao.

– En varias reseñas de “Metabolé” surge la palabra “jazz”, tanto por los interludios como por la mezcla de sonidos ¿Lo veis de la misma manera? ¿Fue una de las cosas a incluir en este disco?

César: No podemos decir que lo que hacemos es, ni de cerca, jazz. Pero es que en algún modo o en otro, no se puede escapar de las cosas que el jazz ha inventado, aunque sea a través de la transformación de ideas que ya estaban antes. Eso implica que hay cosas que, cuando las tocas, “suenen a jazz”. Evidentemente, se puede hacer de manera más deliberada, o más sutil, o más sin querer.

Miguel: No lo había pensado. Desde luego el sonido es más orgánico como decía, aunque en principio sólo sería eso, tanto no podemos engañar a la gente…

Gálvez: Creo que es un elemento que ha surgido naturalmente, a todos nos gusta mucho el jazz y con esa orientación setentera han terminado apareciendo elementos, un poco como la parte de rock andaluz al final de Metabolé. Sinceramente es uno de mis aspectos favoritos (risas). Como dicen, ha resultado un álbum rico y variado, con muchos elementos nuevos para nosotros.

César: Es un halago que alguien pueda pensar que lo que hacemos “suena a jazz”, aunque sea solo por las connotaciones culturales de ser algo intrínsecamente bueno (¡casi salvífico!). Nos podemos quedar con que la relativa variedad buscada para las canciones ha tomado distintas formas.

– La canción que cierra el disco y que le da nombre dura la friolera de 15 minutos, que a bote pronto parece una pieza muy pesada para cerrar un disco. Cuenta con una de las colaboraciones del álbum, la de Laura Martínez, y lo cierto es que no se hace nada pesada, sino que encierra en sus 15 minutos todo lo que la banda intenta hacer en este disco ¿Se consideró usarla como pieza central y siempre estuvo destinada a cerrar el disco?

César: La verdad, sí. Es decir, estaba absolutamente pensado desde los primeros pasos de la composición cerrar el disco con un tema homónimo que intentase recapitular musicalmente y en las letras todas las ideas que se habían desarrollado en el disco. Y la verdad, me hace mucha ilusión pensar que el público haya podido recibirlo así. Lo de la duración… la cosa es que admito que es un fetiche del que ya es difícil escapar. “Hemos compuesto una canción tó larga mira qué prós”. Tiene un punto de eso. Pero, coño, la escuchas y te lo pasas bien, la tocas y te lo pasas mejor. Es una historia. Es el capítulo de fin de temporada, que es doble y dura un poco más de la cuenta, porque hay cosas que había que contar. Algo así.

Gálvez: Recuerdo cuando escuché Metabolé la primera vez que nos entregaron la mezcla, hasta ese momento no tenía muy claro cómo iba a terminar siendo la canción. Me encantó cómo ha terminado fluyendo, creo que es una canción muy disfrutable dentro de su complejidad. Tocarla en directo va a ser una tremenda aventura y estamos deseando llevarla en el setlist para alguna ocasión.

– Metabolé ha llegado incluso a Japón, hay una tienda allí que lo distribuye. De hecho, muchas críticas del disco son de Francia, os ponen en radios de UK. Parece ser que al menos en el prog sí que se puede salir de estas fronteras.

Miguel: Es curioso. Internet sin duda cambió las reglas del juego para todos, pero, probablemente en el caso de estilos “minoritarios” aún más. De pronto te enteras de que hay una tienda exclusivamente dedicada al Rock Progresivo y que quiere una caja de tu último CD, o nos escribe gente de Estados Unidos, que nos ha escuchado en la radio de su universidad (¿?)

Fernando: Parece que fuera de nuestras fronteras el progresivo sigue viviendo… y gozando de buena salud. Es una sensación increíble que gente de todo el mundo nos escriba, y que estén interesados en el último trabajo de unos desalmados como nosotros (risas)

Gálvez: Nos hizo muchísima ilusión aquel primer pedido de Tokio, creo que es una de las mayores satisfacciones que nos ha reportado el disco, ver que ha llegado a sitios tan dispares y siendo bien recibido. El pobre Fernando, la de viajes a Correos que se ha comido…

Miguel: Sientes que estás conectando con gente y además gente que quiere el disco, la lámina y tiene interés en las letras. Es flipante.

– El crowdfunding ha salido bastante bien para Metabolé ¿Lo veis un método válido para seguir sacando discos de cara a próximos lanzamientos? ¿Se podría utilizar también para llevar a cabo una gira?

Fernando: El crowdfunding fue una idea que teníamos en la cabeza desde hace muchísimo tiempo. Lo que no sabíamos es que íbamos a poder conseguir el objetivo en tan poco tiempo, la gente se portó estupendamente con nosotros y les debemos este álbum. Para llevar a cabo una gira creo que nunca lo he visto. ¿Próximo objetivo en mente? ¿Quién sabe?

César: Con lo bien que salió, creo que sí que podríamos repetirlo. Y quizá para una gira funcionaría también, sí.

Miguel: Cuando ves que en menos de una semana la cosa está hecha, piensas incluso que debimos ser más ambiciosos. Hemos aprendido mucho sin duda, y probablemente volvamos a considerarlo. El asunto de las giras es complicado y desde luego sería una perspectiva muy interesante. Ahora mismo hay muchísima gente creando sin parar y buscando nuevas fórmulas para hacer funcionar su banda.

Gálvez: Ha habido mucha implicación, conseguimos llegar a la cifra bastante rápido por lo que, una vez más, muchas gracias a todas las personas que han colaborado. Es un voto de confianza muy grande el que te brindan. Creo que empleado responsablemente, el crowdfunding es un método muy bueno de financiación, aunque no sé si para una gira sería viable ese formato, sería algo semejante a la preventa de entrada quizás.

– La masterización de Metabolé corre a cargo del teclista de Pineapple Thief Steve Kitch ¿Algún motivo especial para elegirlo a él, sea por su banda o por sus trabajos de masterización?

Miguel: Curiosamente, contactamos con Bruce Soord (cantante y productor de la banda) quien se mostró interesado en mezclar el álbum y masterizarlo. Incluso se comentó la posibilidad de viajar a Inglaterra y reunirnos alguna vez. Sinceramente fue otra de esas alegrías, simplemente ponerte en contacto con alguien que está a ese nivel y que has visto tocar en directo, y quiere poner su nombre ahí en el lomo de tu LP. Finalmente, la idea se desechó porque el presupuesto se convertía en algo demasiado exigente. Había que elegir entre muchos aspectos y fuimos algo más conservadores. Pero él mismo planteó la posibilidad de Masterizar con Steve y la idea nos gustó.

Gálvez: Sí, y aunque el contacto era por correo electrónico siempre fue muy atento, se comprometió mucho con el trabajo y hasta que no estuvimos satisfechos con el resultado no dio el proyecto por terminado.

Miguel: Eso es, grabar y mezclar en Eternal Studios con Niko como hasta ahora, y añadir un par de orejas frescas al asunto, creo que mejoró el resultado final.

Gálvez: Ha sido en cierto modo una pequeña guinda para el pastel. The Pineapple Thief esunas de las bandas más importantes del progresivo a día de hoy, que Steve nos masterizara ha sido genial.

– Otra de las colaboraciones del disco es la de Jesús de Frutería Toñi. En un género que no es de masas, Frutería Toñi consigue mover mucha gente y estar en boca de todos ¿Los veis como un referente? Al menos en Málaga.

César: A ver, yo quiero mucho a Glasswork, me mola mucho lo que hacemos, creo que tenemos mucho que ofrecer, creo que vamos a ir a más… Pero Frutería Toñi, para mí, es el grupo de Andalucía. Y será que me gusta el género, pero no diría de prog, sino ya de rock, así en general. Todos los integrantes son buenos. Todos.

Gálvez: Creo que a nivel nacional son un referente dentro del progresivo, además de que son unos cachondos mentales de cuidado… Hemos tenido la oportunidad de tocar alguna vez y lo pasamos genial cada vez que coincidimos. Y bueno, Jesús es una máquina, todo lo que tocó fue sobre la marcha, nos dejó boquiabiertos a todos.

Fernando: Jesús Sánchez ha estado increíble. Es un músico muy profesional y tenerlo en el elenco de colaboraciones ha sido un plus tanto para nosotros como para el proyecto en sí. Muy fan de los Frutería.

César: Con Jesús habíamos tenido ya la suerte de colaborar en un directo. Compartíamos escenario con los Frutería, y le dijimos “oye, ¿nos improvisas en un tema?”. Se sacó el rabo, evidentemente. Ahí yo creo que quedó ya la idea: podemos meter un viento en condiciones en el próximo, y puede ser él. Y así fue. Fer contactó con él, le dijo lo del saxo, aceptó, vino al piso, se volvió a sacar el rabo. Y por si fuese poco, dijo “oye, que me he traído también el clarinete…”. Y sin preparar ni nada, se volvió a sacar el rabo. Y así va la cosa.

Miguel: Efectivamente. Uno de los últimos conciertos a los que pude asistir antes de lo que ya sabemos, fue la presentación de “El Porvenir….”. Una pasada.

– Parece que hay una relación muy estrecha que os une a los madrileños Back To R’lyeh, muchas fechas compartidas, colaboraciones en directo, etc ¿Os habéis planteado una especie de split o LP conjunto? ¿Cada uno tocando versiones del otro?

César: Son unos cracks. El ambiente que compartimos, buenísimo. Si no hubiese limitaciones, sobre todo de tiempo, supongo que acabaríamos haciendo algo juntos, o mezclándonos en algo nuevo, o qué se yo.

Gálvez: Somos amigos desde hace tiempo y teníamos muchas ganas de hacer algo juntos, el que ambos hayamos sacado disco en 2020 desde luego que ha sido la excusa perfecta para llevarlo a cabo. Pudimos tocar juntos en un par de ocasiones antes de que las restricciones se hicieran más fuertes y la verdad es que fueron genial ambos conciertos. En cuanto al split… Todo se andará.

Miguel: Por ahora hay un grupo de WhatsApp conjunto y posibles nombres. Back to Glasswork es el que más votos tiene.

César: Tantas cosas, tantos proyectos posibles…

– ¿Pensáis que el prog como escena en España es todavía un gran desconocido con bandas salpicadas por toda la geografía, pero sin una escena fuerte y consolidada? Especialmente el prog que practicáis vosotros, más purista y sin tantos híbridos.

Miguel: Puede que no sea el ámbito más potente en ese sentido, pero también ha crecido con los años. Incluso hablaría de moda, quizás nosotros también entramos a raíz de esa ola, no lo sé. Pero es difícil, nuevamente, cuando de directos se trata. Hay gente que sigue intentándolo, sin duda. Y no es poco.

Fernando: Sigue siendo un género poco conocido en España, pero creo que cada vez hay más bandas que están subiendo al carro y haciendo cosas muy interesantes.

Gálvez: Es una escena pequeña y comprometida, creo que hay buena afición y de lo más diversa, puedes encontrar desde chavales jóvenes hasta gente que podrían ser sus padres o casi los abuelos de esos chavales. Me gusta mucho ver esa diversidad en los conciertos, gente que viene de la rama más metal, o de la ola antigua de los años setenta, curiosos… Ayuda a crear un ambiente muy variado y rico.

– Muchos artistas de prog han ido acercándose al minimalismo y coqueteado con el pop, algo de eso, aunque en una ración pequeña también se puede encontrar en “Metabolé”. Steven Wilson por ejemplo ha acabado por hacer algo totalmente separado del prog de manual ¿Lo veis posible en un futuro para Glasswork o si fuese el caso lo haríais con unnombre diferente?

Miguel: El timón del meollo lo ha llevado el departamento de teclados hasta ahora. No sé qué nuevos trucos sacará el del bigote. Ni lo que tengan que decir los demás, que en Metabolé han irrumpido. Yo …me apunto a lo que sea.

César: La cosa es: ¿estamos haciendo algo? Quiero decir, la sensación tiene que ser la de aportar algo, estirar algo. Otra cosa es que lo consigamos. Pero el intento creo que sí se nota. Entonces,
podrá sonar algo a “pop”, mientras suene también que se está intentando hacer algo especial. De todas formas, la cabra tira al monte. Hay sonidos que, creo, siempre vamos a orbitar, más omenos. Se llamen como se llamen.

Gálvez: Creo que son maneras diferentes de entender el minimalismo. Ya que nombras a Steven Wilson, es cierto que compositivamente puede haber tomado un camino más sencillo, pero a
nivel de producción se ha vuelto tremendamente complejo y abigarrado. Sin embargo creo que sí que hay sitio para el minimalismo en Glasswork, uno más semejante al que puedan practicar Steve Reich, o incluso Tool, pero es una vertiente que creo que nos encantaría explorar y, por supuesto, hacerlo bajo el nombre de Glasswork.

Fernando: Mientras que no hagamos pop como Steven Wilson…(risas)

– Ya para terminar ¿Dónde y con quién os gustaría tocar nada más se quiten las restricciones del covid-19?

César: El lugar, donde sea. Pero me gustaría volver a tocar con Cró!

Gálvez: A mi me encantaría poder terminar de dar la mini-gira con Back To R’Lyeh. Y si me dejáis fliparme me encantaría tocar con el grupo de Gualberto García.

Miguel: Elder + Glasswork + Back to R’lyeh en el Wizink Center en Junio del 21. Vuelan las
entradas.

Fernando: No, no, Opeth + Glasswork Gira “In Cauda Venenum”, en cualquier lugar, me es igual…

Miguel: Que sea en Suecia entonces. ¡Muchas gracias por la parte que nos toca, GOETIANOS!