Forever Slaves – Tales for Bad Girls

Por Morpheus Misfit.

Wacken Records/ SPV – Mastertrax

Forever Slave padece de la enfermedad “Evanescense”, y es que si Evanescense son Amy Lee, Forever Slave son Lady Angellica. También ocurre aparentemente lo mismo con el foco de atención que atrae el grupo, porque la música siempre será música y el aspecto físico de sus integrantes (o su sex appeal, como prefieran) solo un factor secundario. No me malinterpreten ni tampoco se dejen engañar por el curriculum de la banda: ni son malos y tan comunes como podría parecer ni tampoco son un fuera de serie como podría vislumbrar sus participaciones en el Wacken o en el Metal Female Voices.

¿Los puntos débiles? El acento de Lady Angellica es el de un inglés forzado a lo español, por lo cual se hace difícil seguir las historias que trata de narrar (algo muy importante para una soprano, no?) y las guitarras, que suenan a un refrito de eso que se dió a llamar nu-metal a principios del 2000 y el metal industrial mas comercial. “Tales for Bad Girls” es su segundo álbum (el primero fue “Alice´s Inferno”, un disco conceptual sobre el cuento Alicia en el País de las Maravillas y El infierno de Dante) que se centra sobre el sexo y el poder de la atracción. Ya que nos hemos empeñado en hablar de los puntos flacos del grupo, es hora de poner todas las cartas sobre la mesa: un gran punto a su favor es que no dejan que el teclado reine sobre la estructura de las canciones (cosa típica en el 90% de grupos de su género) sino que sea la guitarra la que premie en el liderazgo, y otro es la ambición de unos valencianos que quieren comerse el mundo en su corta trayectoria (desde sus primeras demos nos han ofrecido trabajos conceptuales y hasta óperas)…

Las primeras seis canciones, en especial la inicial “Dickhead!”, “Say Goodbye” y “GothiX Girls”, son las menos inspiradas y con menos gancho de este lanzamiento (vaya decisión de ponerlas de carne de cañón), un principio que podría desilusionar a mas de uno, pero como los libros no se juzgan por la portada ni por los primeros capítulos es en la segunda parte (“Our Story”, “Larmes et Roses”, “My Girl” y “Gasoline”) donde en verdad muestran una materia prima interesante o lo suficientemente atrayente como mantener atento al escucha. Son canciones de paisajes, un grupo de guitarras que se arropa de la voz de Lady Angellica (cualquier semejanza con Liv Kristine es pura coincidencia) y que emplea lo básico de bandas como After Forever o Within Temptation para intentar dar una vuelta de tuercas a la muy desgastada escena del gothic metal con chica al frente.

Un disco que pasará sin penas ni glorias, que no entrará en los anales de la historia pero que ha dado de sí para que Kamelot se los lleven durante parte de su gira europea…las dobles líneas de voces no son lo mío, tampoco las voces distorsionadas por ordenador o las estructuras monótonas de riffs chillantes, por lo cual no calarán en mi como podrían hacerlo en algún fetichista de turno…¿un consejo? hablar del sida, la violencia doméstica o de pintillas en vinilo no es precisamente sexy, podrían ser temas interesantes que abordar, pero sexys jamás…es una lástima, porque Edward Vert (batería) no es nada malo…