James LaBrie – Static Impulse

Por Mariano Bacigaluppi

01. One More Time (4:16)
02. Jekyll Or Hyde (3:46)
03. Mislead (4:18)
04. Euphoric (5:09)
05. Over The Edge (4:20)
06. I Need You (4:11)
07. Who You Think I Am (3:57)
08. I Tried (3:58)
09. Just Watch Me (4:18)
10. This Is War (4:30)
11. Superstar (3:33)
12. Coming Home (4:29)

SELLO
InsideOut
Century Media

WEB
www.jameslabrie.com

FORMACIÓN
James LaBrie – Voz
Matt Guillory – Teclados, Coros
Marco Sfogli – Guitarra
Ray Riendeau – Bajo
Peter Wildoer – Batería, Gritos

Cinco años pasaron de aquel buenísimo disco debut del canadiense James LaBrie. Vocalista mundialmente conocido por ser el frontman de la mayor banda del Metal Progresivo de la actualidad. En este lustro transcurrido, tras grabaciones con su banda madre y giras parece que el cantante ha encontrado un compañero con el que se entiende a la perfección, el teclista Matt Guillory con el que ha creado auténticos cincuenta trepidantes minutos de fabulosa y virtuosa música. El resultado de esa unión, se hace llamar “Static Impulse” y debo decir que de impulso mucho… pero de estático nada más lejos de la realidad.

Pones el disco y lo primero que te sorprende es la brutal caña que se viene disparando desde la batería y acentuada aún más con los gritos y alaridos del propio batería Peter Wildoer, cual dragón escupiendo rabia en formato de llamarada. Así se presenta la canción que abre el disco, One More Time, con tesituras más melódicas en los momentos en que se escucha la voz de Dream Theater y más extremas al más puro estilo In Flames cuando el batería se queda con el papel principal.

Jekyll Or Hyde también dispone de esa ambigüedad que su título deja entrever. Con algunos decibelios menos que su predecesora y con los dos vocalistas desdoblándose su participación. El doble bombo de la batería suena extremadamente contundente y el solo de guitarra del italiano Marco Sfogli es sencillamente genial. Lo mismo que Mislead, otro tremendo y poderosísimo tema que contiene el disco. Grandes, muy grandes, los teclados y orquestaciones que proporciona el co-autor Matt Guillory y como particularidad en esta canción, se nota muchísimo más el bajo que es ejecutado por Ray Riendeau (bajista de Halford). Nuevamente las orquestaciones engalanarán el ambiente y la batería se hará sentir. Otra vez, los dos vocalistas se intercalarán y aquí encontraremos uno de los mejores solos de todo el disco, el trepidante y enajenado final nos dejará boquiabiertos.

Bajarán un poco las revoluciones en la siguiente canción que es Euphoric. Nos recordará de sobremanera a Dream Theater y así también una de las mejores interpretaciones del vocalista. Genial puente-estribillo con una alta sensibilidad y un solo guitarrero con todo el feeling del mundo. Sin perder la fuerza lograron un medio ritmo trabajadísimo, muy rico musicalmente hablando y con un resultado altamente agradable para nuestros oídos.

En Over The Edge se continuará en la misma senda que las canciones predecesoras. Recorriendo un poco más allá el camino del medio ritmo y la batería contundente como viene siendo costumbre. Otro impresionante solo Marco Sfogli, que tal vez no sea un guitarrista muy conocido pero tiene una clase y un buen gusto a la hora de tocar que endulza nuestros oídos de manera instantánea.

I Need You aunque parezca engañar con un título tan baladístico es otra canción llena de furia y caña sin perder tan siquiera un ápice de melodía y musicalidad. Otra gran aportación desde los teclados de Matt Guillory y también gran trabajo Peter Wildoer, ya sea tras los parches con un encomiable trabajo o en sus desgarradores alaridos.

Con la aparición de Who You Think I Am escucharemos un nuevo estribillo con marca registrada Dream Theater y con una de las mejores baterías de todo el disco, más que nada por su complejidad y absoluta destreza. I Tried, que es la siguiente, aunque parece la más simple compositivamente hablando, tiene unos detalles majestuosos desde los teclados y la guitarra que acompaña durante toda la canción nos hace emocionarnos. Grandísima labor James LaBrie, sin dudas.

Just Watch Me finge ser una balada en su comienzo, dado por el piano, pero es otra canción progresiva por los cuatro costados y con un LaBrie más íntimo y susurrante. Mención aparte para el solo que se marca el guitarrista y a posteriori una preciosa parte acústica. Toda esa caña extrema de las primeras canciones volverá a sobrevolar con This Is War. Absolutamente poderosa de principio a fin tajante y categóricamente rotunda. Gothenbur Metal con grandísimos toques progresivos. Sin dudas una grandísima definición de esta canción y del disco en general. El duelo guitarra-teclado apoteósico.

Continuando por los mismos derroteros aparecerá Superstar. Otra canción ultra heavy, pero sólo James LaBrie comandará el timón vocal en la tempestad. Riff matador desde el primer instante y batería entrecortada. Gran variedad vocal por parte del canadiense y nuevo y magnífico solo desde las seis cuerdas de Marco Sfogli. Vaya mago de la guitarra… que precisión.

Y sí… al final hemos llegado. Y la despedida es con una preciosa, sensible y sencilla balada. Coming Home es acústica es su totalidad y allí comprobaremos, una vez más, el grandísimo cantante que es LaBrie. En este registro, calmo y pausado, el cantante canadiense se vuelve imbatible. Sencillamente transmite… te hace creer lo que está cantando y su voz desdibuja imágenes delante de nuestros ojos.

En conclusión, es un gran disco. Tiene grandes composiciones y cuenta con el buen gusto con el que James LaBrie nos tiene acostumbrados. No es Dream Theater, ya lo sabemos, pero es una buena forma de conocer otra faceta del cantante. No está demás, más bien todo lo contrario, nuestros oídos lo agradecerán.