Por Mariano Bacigaluppi
War Of The Elements (9:24)
Circle Of Willis (6:04)
The Machine (Deus Ex Machina) (6:11)
Karma Code (16:39)
Miembros
David Ordas – Voces
Nacho Hernández – Guitarra
Joaquín Díaz – Teclados
Kike Martínez – Bajo
Pack Cosano – Batería
Sello
Autoeditado / Autoproducido
Website
myspace.com/kharmacode
La verdad que cuando llegan producciones como la que comentaré a continuación tengo una especie de emociones mezcladas. Por un lado me alegra que en España haya gente tan capaz, virtuosa, trabajadora, luchadora y con una amplitud mental enorme musicalmente hablando, pero por otro lado me pregunto ¿Esta gente sabrá que vive en España con todo lo que eso depara? Pareciera que en la península para triunfar o recibir reconocimiento dentro de la música tienes que copiar a músicos con una dilatada experiencia en el exterior, ser un payaso y que te gusten los circos mediáticos o simplemente hacer alarde del macarrismo y la cutrez de las bandas hispanas ochentenas y sumado a todo eso tener vocalistas más lineales que una pared.
Por suerte KHARMA CODE está muy lejos de todo eso. La banda madrileña apuesta por un súper técnico e imaginativo Metal Progresivo (con varios viajes el Rock Progresivo de los setenta) cantado en un más que correctísimo inglés y un cantante con una infinita paleta de colores en su prodigiosa voz.
El EP se abre con la magnífica War Of The Elements. Casi diez minutos de auténtico lujo sonoro y delicia acústica para nuestros sentidos. Después de la misteriosa introducción y con la batería dando aviso de lo que vendrá, podremos disfrutar del excelente trabajo de Nacho Hernández y Joaquín Díaz, a la guitarra y a los teclados respectivamente, pero las alarmas se encenderán al escuchar la primera frase del enorme David Ordas. Musicalmente la canción se moverá por los caminos de los más melódicos Dream Theater, incluso Angra, y será una seguidilla magistral de copiosas demostraciones llenas de virtuosidad.
Promediando el tema podremos disfrutar de uno de los momentos más mágicos del EP, el vocalista en un rango casi susurrante llenando de fascinación el universo sonoro en nuestros oídos. Increíble el duelo guitarra-teclado al igual que el solo desde las seis cuerdas del que seremos testigos a posteriori.
Circle Of Willis, que es la siguiente canción, es otra buena muestra de la majestuosidad de la banda con un batería, Pack Cosano, marcando sincopados ritmos por doquier y muy bien arropado por el bajo de Kike Martínez. Aquí percibiremos una atmósfera con cierta lobreguez y nuevamente un colosal David Ordas haciendo sinceramente lo que le apetece con sus cuerdas vocales. Un rango ilimitado lleno de matices que aquí nuevamente lo vuelve a demostrar yendo desde los momentos más feroces y abrasivos hasta los más arrulladores. Aquí comienzan a surgir esos momentos de Rock Progresivo setentero con una descomunal tarea del teclista de la banda.
Nueva canción y nuevo cambio sonoro. The Machine (Deus Ex Machina) es un medio-ritmo de tintes progresivos donde nuevamente la diferencia la hace el formidable vocalista del grupo. Comienza de una delicada y dócil forma donde la voz está acompañada de los synths al más puro estilo Pain Of Salvation, hasta la entrada de la guitarra que hace una monstruosa labor durante toda la canción. En cada segundo de este tema se podrá apreciar una nueva faceta de las múltiples que tiene el cantante de la banda… Que grandiosidad, que delicadeza, que continua transmisión de sentimientos… Estos son los momentos que sacaría esta canción de mi I-pod y se las pondría a todos los que afirman que Leo Jiménez (ex-cantante de Saratoga) es el mejor cantante de este país y que pareciera que la única forma de triunfar es intentar pareciéndosele. No amigos… se puede cantar de otra forma… se puede cantar BIEN y no hace falta copiar a nadie.
Llega el final, pero un ocaso traducido en dieciséis minutos y medio llamado Karma Code y donde encontraremos todo lo antes especificado en las anteriores canciones y más, mucho más… Los primeros acordes me recuerdan de sobremanera a Angra y esa calidad innata que la banda brasileña posee. Elegancia y exquisitez primero con el dueto formado por el piano y la voz e inmediatamente por la guitarra. Pasados los primeros ciento veinte segundos se percibirá unos instantes de esquizofrenia sonora donde todo suena como una perfecta y engrasada máquina y después otro de esos momentos mágicos que el vocalista nos obsequiará a lo largo del EP.
A posteriori, ya con la banda al completo, nuevamente los teclados nos dejarán boquiabiertos al igual que las notas que se esculpirán en el mástil de la guitarra. Así es que llegaremos a los nueve minutos y aunque pareciera el final de la canción, seremos victimas de un nuevo arrebato setentero que nos llevará hasta las fauces de una atmósfera propia de Pink Floyd que durará algunos minutos para fusionarse luego con una guitarra acústica y una nueva demostración invaluable de la voz de David Ordas. Los últimos tres minutos serán prácticamente instrumentales y sencillamente para apagar la luz y disfrutar una y otra vez.
Este EP significa muchas cosas pero sobre todo que en este país otra música es posible, que no hace falta copiar a nadie y sobre todo que hay gente que explora, investiga y estudia música y no se queda en los cuatro acordes y con la trillada escala pentatónica. Sólo os puedo decir que vayáis al Myspace de la banda (http://www.myspace.com/kharmacode) escuchéis las canciones y los apoyéis, es la única forma de que ellos y muchos otros amantes de la música sigan adelante.