Neverland – Ophidia

Por Mariano Bacigaluppi

01. The Voice Inside (5:34)
02. Silence The Wolves (5:03)
03. Ophidia (5:35)
04. Will Of God (2:57)
05. Invisible War (5:21)
06. Places Unknown (4:23)
07. No One Leaves The Hive (4:11)
08. Speak To Me (5:38)
09. Ashes To Fall (4:58)
10. Final Odyssey (4:40)
11. Forests Of Hope [Bonus Track] (1:49)
12. Dying Threads [Bonus Track] (5:28)
13. Into The Horizon (5:11)

SELLO
AFM Records
Avispa Music

WEB
www.neverlandofficial.com

FORMACIÓN
Oganalp Canatan – Voz
Iris Mavraki – Voz
Onur Ozkoc – Guitarra
Burak Kahraman – Guitarra
Guney Ozsan – Teclados
Can Dedekarginoglu – Bajo
Emrecan Sevdin – Batería

No conocía de nada esta banda así que cuando recibí el disco me dispuse a investigar. Así fue que me enteré que NEVERLAND es más esencialmente un proyecto formado por DREAMTONE, banda turca de prog-power metal y la cantante griega IRIS MAVRAKI. Por lo visto “Ophidia”, que es el disco en cuestión, es el segundo de la banda. En el año 2007 sacaron un primero llamado “Reversing Time” y que contaron con las colaboraciones de Hansi Kürsch (Blind Guardian), Tom Englund (Evergrey), Gary Wehrkamp y Mike Baker (Shadow Gallery). Y para este segundo cuentan con el gran Jon Oliva (Savatage, Trans Siberian Orchestra), Edu Falaschi (Angra, Almah) y Urban Breed (Bloodbound, Pyramaze, ex.Tad Morose).

Cuanto menos suena ambicioso e interesante pero lamentablemente el resultado no colmó mis expectativas, con lo que podía prometer o podríamos presuponer con la talla de los invitados con que el disco cuenta. Lo primero que me llamó la atención a darle escuchas al disco es la producción. El sonido es cuanto menos pobre, me recuerda de sobremanera al sonido de las mil y unas bandas salidas en los noventa cuando el power metal estaba en plena ebullición. Baterías con un sonido netamente sampleado, voces bajas y un ambiente generalizado de confusión al no poder distinguir con total fidelidad los instrumentos que suenan. Todo esto, pese a estar masterizado por el afamado Mika Jussila en sus Finnvox Studios. Otro tema importante que percibí más allá del infortunado sonido, fueron las composiciones. Power Metal de la vieja ultranza con muy poca originalidad que por momentos nos recuerda a Blind Guardian o también a Skylark y/o Labyrinth pero, claro, todo esto veinte años después y con un no del todo buen sonido. Pese a todo esto, hay momentos bastante interesantes y casi siempre de la mano de las guitarras y de los progresivos teclados.

The Voice Incide además de servir de introducción podría enrolarse dentro del Prog Power que reina en todo el disco. Tiene algunos momentos épicos y sin lugar a dudas lo que más nos llamará la atención son las guitarras de Onur Ozkoc y Burak Kahraman pero sobretodo el solo se teclado ejecutado por Guney Ozsan. Si bien la voz del vocalista principal del proyecto, el turco Oganalp Canatan, no se puede despreciar para nada, en algunos momentos, sobre todo en las tesituras más agudas, se le nota algo más forzado.

La segunda canción, llamada Silence The Wolves, será en la primera que aparecerá un invitado. Éste será Urban Breed y la verdad se nota al primer instante, dotando a la canción de una melodía diferente y un apreciado y extenso abanico vocal. Es power metal puro y duro y nuevamente con un solo de guitarra para tener en cuenta.

Lo siguiente será la canción que bautiza el álbum. Ophidia con sus cinco minutos y medio tiene un comienzo bastante electrónico gracias a los teclados y sintetizadores. Es de las canciones que más me ha gustado, por su variedad sonora y por sus continuos cambios de ritmo. Es bastante sinfónica y los teclados serán los principales artífices del tema. Por momento el ambiente Blind Guardian, sobre todo en las partes medio-tiempo serán más que notorias.

Will Of God, podría considerársele algo así como la hija bastarda de The Bard’s Song. Tanto el ambiente acústico como las líneas vocales nos traerán a los alemanes comandados por Hansi nuevamente a la cabeza. Invisible War es la próxima y la que cuenta con un nuevo invitado. Jon Oliva todo lo que toca lo convierte en oro. Ya lo hace con sus propias bandas, ya lo hizo en Avantasia y lo vuelve a repetir aquí. Su particular registro vocal hace bastante interesante esta canción, un medio tiempo con una llamativa atmósfera proveniente del Oriente Medio.

Con Places Unknown se recuperarán los sonidos acústicos pero el sonido de Oriente Medio permanecerá. Un nuevo medio tiempo lleno de bastante melancolía y un gran solo de guitarra. La velocidad retornará de la mano de No One Leaves The Hive. Tiene algunos cambios de tiempo, pero podría considerársele una nueva canción ProgPower y nuevamente los solos desde las guitarras captarán nuestra atención absoluta, al igual que el momento sublime y preponderante que tendrá el teclado.

Speak To Me es otra de las canciones que se despega un poco del resto. Pese a ser un nuevo medio tiempo tiene algunas influencias clásicas, el piano es delicioso, y también electrónicas/industriales. La otra vocalista del proyecto Iris Mavraki se hace bastante presente adoptando un rol más principal que en las anteriores.

Nueva canción y nuevo invitado. Ashes To Fall y Edu Falaschi se hacen presentes. Otro medio tiempo más y quizás las canción más progresiva que encontraremos en el CD. Me recuerda bastante a la banda anterior de Edu, SYMBOLS. Final Odyssey por momentos con ramalazos Folk, partes acústicas y hasta partes en donde se juguetea con el Jazz. Las guitarras nuevamente hacen abuso de su autoridad y los teclados engalanarán la canción y también Can Dedekarginoglu desde su bajo hace un gran trabajo.

Forests Of Hopes es el primero de los Bonus Tracks y es una nueva y acústica muestra de ese Folk melancólico que nos recordará a los bardos y nuevamente a su “The Bard’s Song”. La canción tiene menos de dos minutos de duración e Iris Mavraki es la vocalista principal.

Dying Threads es el segundo de los Bonus Tracks. Nueva canción que saborea las mieles del medio tiempo y por momentos se torna bastante oscura. Nueva muestra magistral del teclado y las guitarras en sus respectivos solos netamente progresivos.

Y el disco se cierra con la instrumental Into The Horizon. Tiene un poco de cada uno de los condimentos encontrados a lo largo de este larga duración. Momentos veloces, medios tiempos, folk, grandes solos de guitarra y teclados y un regustillo épico para finalizar.

En líneas generales no es un mal disco y realmente la labor de las guitarras es excelente, al igual que los teclados, y a lo mejor con un mejor sonido y mejor producción brillarían más aún, pero creo que el principal problema es la sensación de ya haber escuchado la mayoría de las canciones, por otras bandas y hace más de una década.