Texto: Mariano Bacigaluppi
Si os soy completamente honesto y sincero, probablemente Conception siempre ha sido una de mis bandas favoritas, por encima de muchas otras desde aquel momento entre 1995 y 1996, que fue la época dónde los conocí.
Siempre me parecieron una banda diferente, distinta, y eso en la música para mí es algo esencial, un plus, que muy pocas bandas puedan demostrar al menos bajo mi punto de vista, por lo tanto, este concierto tenía un sabor especial para mí y, tras tres cancelaciones (maldita pandemia que le llaman) llegó el momento de cumplir mi sueño y saldar esa cuenta que era ver a la banda noruega en directo.
Tras la apertura de las puertas a las 19:30hs, la madrileña Sala Shôko, poco a poco fue colmándose, no llegando a un Sold Out pero considerando las cancelaciones previas y que en Madrid comenzaba un mega-puente de casi cinco días, puede considerársele al concierto, un éxito total y espero, con todas mi fuerzas, que sea un aliciente para que vuelvan lo antes posible.
Con puntualidad noruega, a las 20:30hs, el cuarteto formado por Roy Khan, Tore Østby, Ingar Amlien y Arve Heimdal pisaron el escenario y, desde ese mismo instante, la magia fluyó de una manera indescriptible. Estuvieron acompañados por su histórico teclista, Lars Christian Narum, y la hija del batería, Aurora Amalie Heimdal, a los coros e inclusive compartiendo en ciertos momentos, las voces principales. Lo primero que sonó por la PA fue la intro Re:Conception de su EP “My Dark Symphony” que marcó su vuelta luego de más de dos décadas e, inmediatamente, los primeros acordes de Grand Again comenzaron a sonar y el encanto y la seducción ilimitada se hicieron presente.
Si existió en el concierto un nexo, o hilo conductor, sin duda alguna fue la alegría de los propios músicos de volver a estar juntos arriba de un escenario. No escatimaron en soltar sonrisas, miradas de complicidad y sobre todo calidad, infinita e innata calidad de unos músicos únicos y excepcionales. Cómo coincidimos, al término del show, hablando con el colega que me acompañaba… ¡Un concierto de Frac y Chistera!
Continuarían su andadura con un triunvirato de canciones nuevas cómo fue el caso, en primer término, de Waywardly Broken, perteneciente a su larga duración “State Of Deception” en dónde Roy Khan brilló con luz propia con su inmaculada voz, bien secundado y custodiado por las imaginativas seis cuerdas de Tore Østby. No Rewind fue la siguiente con un enorme y faraónico solo de Mr. Østby y, por último, The Mansion canción en dónde Aurora Amalie Heimdal no sólo brilló con luz propia, sino que demostró tener una preciosa y virtuosa voz y perfecta conjunción con la vena vocal carismática de Roy Khan.
Probablemente muchos, o me arriesgaría a decir todos, los que estábamos ahí queríamos escuchar las canciones del pasado y, afortunadamente, llegaría nuestro momento. Hasta mi disco favorito de la banda, “In Your Multitude” hubo que viajar para rescatar la perfecta A Million Gods en dónde los ritmos sincopados desde los parches de Arve Heimdal se hicieron presente, junto al punzante e inquisidor ritmo de Ingar Amlien en su oscuro bajo. Impecable y perfecta, una vez más, la voz del vocalista e indescriptible escuchar en directo el interludio instrumental en ese duelo teclados/guitarra en dónde Tore Østby y Lars Christian Narum se batieron a un duelo sonoro para luego sumársele los demás. ¡Perfección!
Volveríamos, momentáneamente, al presente con Quite Alright de su EP de vuelta, en 2018, y nuevamente nos trasladaríamos al pasado para presenciar uno de los momentos mágicos e indelebles de la noche. En formato acústico, y provistos de banquetas, en el centro del escenario la interpretación de Silent Crying se tornó indescriptible, ya que ni con todas las palabras del idioma español me serviría para explicar los más de cinco minutos que fuimos testigos y en dónde se demostró, si hacía falta demostrarlo, la calidad innata del grandísimo y enorme Roy Khan.
Otro momento imborrable nos iba a regalar la banda nórdica. Continuando en esas tesituras acústicas, aunque al principio con un poco de vergüenza, el guitarrista Tore Østby sacó a relucir su vena flamenca y esta vez lo hizo de un invitado cómo fue Nacho García Vega, cantante de los conocidos Nacha Pop, para interpretar la flamenca Sundance.
La electricidad volvería de la mano de Gethsename, del buenísimo “Flow”, y el bajo de Ingar Amlien se hizo más presente que nunca para acompañar asombrosa voz de Roy Khan y, cómo no, el gilmoureano solo de Tore Østby. Nuevamente volveríamos al hoy con Feather Moves con, nuevamente, una demostración del talento y las privilegiadas cuerdas vocales del, por suerte, ya ex-vocalista de Kamelot.
Volveríamos, una vez más, al “Flow”, de la mano de la tremenda Reach Out y seguida, inmediatamente, con otras de las nuevas, cómo es el caso de She Dragoon en dónde el guitarrista de la banda, aprovecharía la extensa parte instrumental, para escalar escaleras arriba y además de deleitarnos con su virtuosismo ver, desde un poco más arriba, el disfrute inmenso e ilimitado de todos los presentes.
La banda se retiraría del escenario, sólo por unos instantes, para que a su retorno interpretaran la oscura y melancólica My Dark Symphony, con otro excelente solo a cargo de Tore Østby, y, para lo último, lo que muchos estábamos esperando… ¡ROLL THE FIRE!
Poco más que añadir… Fue de esos conciertos perfectos qué cómo dije al principio, un concierto de Frac y Chistera y qué espero, encarecidamente, que se repita en breve y, a ser posible, con bastantes más canciones antiguas. TUSEN TAKK CONCEPTION!