Por Morpheus Misfit
Es algo certero como la muerte: si un grupo vive lo suficiente como para considerarse clásico es ley de murphy que uno de sus integrantes dará un paso al lado y sacará su propio proyecto en solitario. En el caso de Nivek Ogre el tío no tenía muchas opciones, ya que su banda de toda la vida (Skinny Puppy) se había autodestruido de una manera casi irrecuperable…después de esta separación, sus fans ansiaban que siguiese el camino con su nuevo grupo, pero ¡Oh tontos! eso no fue precisamente lo que pasó….Ogre decidió montar ese proyecto pseudo electrónico pop que poco o nada tenía que ver con su antiguo trabajo, y bajo la lupa en verdad resultó no ser un paso en falso, ya que competir con tu antiguo legado es algo mmmm ¿chungo?…de todas maneras esos tiempos han cambiado.
Desde todo aquello Skinny Puppy logró reformarse y absorver todas las influencias que Ogre cogió para su proyecto en solitario (para el pesar de miles de frikis), a lo cual era inevitable pensar en que otro disco bajo el nombre solo serviría para acumular polvo en las estanterías….pero en vez de ese pseudo electropop sin sentido Ogre, en un ataque de chispa, decidió volver a la vieja usanza y sacar algo rompedor como lo fue Skinny Puppy en su tiempo. ¿El Resultado? Lo mejor que hizo desde la separación original de SP.
Éste “Devils in my Details” (o D.I.M.D. para los mas cortitos) es como un puzzle de todo lo que ha hecho Ogre en el pasado: “Shhh” encantará a los abueletes que extrañan a Skinny Puppy, ya que su percusión rítmica, su sintetizadores rodantes y esa voz a lo Ministry les hará trasladarse a un viaje astral xD….canciones como “Feelin Chicken” estan mas orientadas para los rarófilos que tienen los discos en solitario en un altar, con partes habladas sobre miles de samplers que parecen sacadas de un circo musical de pueblo. Sin embargo, aunque esto parezca una colección de canciones, hay una influencia principal que es la reinante en todo el disco, y es la misma que inspiró al seminal “Too Dark Park” de Skinny Puppy: si señores, me refiero a ese sonido blanco (white noise) con voces distorsionadas y melodías ambientales sintetizadas (joder, si no me creéis solo escuchad “Smogharp” con su sonido trip – hop).
No me malinterpretéis, Ogre no utiliza su pasado para volver a estar en la palestra, porque cada canción tiene su identidad, sino que se trata de un caso de “marca de la casa”, en la cual ha creado un sonido que ya es suyo…lo mejor de todo es que ellos aciertan en un campo en el que fallan el 99% de bandas industriales, y esto es que utilizan gran variedad de registros vocales (con sus respectivos efectos, como guturales distorsionadas, voces lunáticas, spoken words y voces comprimidas, por poner algunos ejemplos), porque no me digáis que el resto de la escena que salió a partir de ellos no es bi-dimensional (en el sentido vocal de la palabra)…Líricamente vuelve al terreno político, algo común en él, con palabras que en un principio parecen no tener sentido pero que al final forman un cuadro mas grande.
Hubo miles de fans que se apartaron de Ogre por sus discos en solitario, y éste D.I.M.D. es como un hueso arrojado a ellos, algo para que vuelvan a engancharse…si yo, que lo habitual de electrónica que escuchó son samplers en discos de metal, me he quedado prendado de éste lanzamiento, pues creo que esto unirá a ambos mundos peleados desde años…por fin algo bueno en el campo del industrial este año (y muchos otros que recuerde).