“Sing Backwards And Weep” es un libro que termina a finales de los 90’s pero cuya historia empieza mucho antes. En las últimas páginas Mark se mete en rehabilitación, mucho antes de esas colaboraciones con Queens Of The Stone Age que tanto has escuchado, y marca el inicio de una nueva etapa de su vida. Se fue muy pronto pero dejó demasiado como para recordarlo eternamente.
Poca gente lo sabe, pero salvó dos bandas que hoy día son pilares del rock como lo entendemos. Primero lo hizo con Nirvana justo en la época del ‘Bleach’, cuando Krist Novoselic le había solicitado unirse a su proyecto ya que no podía más con la poca participación en la toma de decisiones que le dejaba Kurt Cobain dentro del grupo. Había aconsejado a Krist que siguiese tocando el bajo en Nirvana, ya que había visto el potencial que tenía aquello en convertirse en algo enorme. En lugar de romper Nirvana como lo conocemos, llegó a colaborar con Kurt Cobain en la composición de la mítica “Something In The Way” del ‘Nevermind’.
La segunda vez fue con Queens Of The Stone Age. Josh Homme había sido guitarrista de gira de Screaming Trees en el periodo que había dejado Kyuss y estaba pensando en montar QOTSA. La gran relación que tenía con Mark Lanegan le hizo pensar que era la persona perfecta para ser vocalista de QOTSA, y le ofreció el puesto, pero Mark Lanegan lo rechazó porque sabía que este proyecto tan personal tenía que estar encabezado por Josh Homme. Volvió a acertar, y aunque no fuese el vocalista, llegó a colaborar en cinco álbumes de la banda.
Entrar en rehabilitación y estar sobrio quizás sacó lo mejor de él: le tomó 8 años sacar sus primeros 3 discos en solitario, y luego sacó 6 más en los 8 años posteriores. Como una extensión de sus memorias llegó a grabar ‘Straight Songs Of Sorrow’ directamente después de publicar el libro, y esas melodías son su último legado.
En 1992 le dieron la gran oportunidad de aparecer en televisión nacional en abierto dentro del Late Night de David Letterman durante la gira del álbum ‘Sweet Oblivion’ de Screaming Trees. Volaron por los aires toda oportunidad de caer bien al meterse la noche anterior en una pelea en un bar de Nueva Jersey dejando al baterista con un hombro dislocado y a Lanegan con un ojo negro. El baterista Steve Ferrone terminó tocando en el programa, que acabó con una pelea de comida que no sentó muy bien al canal ya que no les dejaron volver al programa hasta 17 años después.
Lanegan, nacido en la Seattle de los años 60 y parte de una explosión cultural que alcanzó su punto álgido con bandas como Nirvana, Pearl Jam o Soundgarden, fue también miembro de dos formaciones como Queens of the Stone Age y The Gutter Twins, una colaboración surgida a finales de 2003 junto a Greg Dulli. Pero con ninguna alcanzó la notoriedad de Screaming Trees, pioneros del grunge desde el lejano estado de Washington y uno de los mayores fenómenos indie de la década.
Lanegan, con una mezcla de sangre escocesa, irlandesa y galesa en las venas, estuvo al frente de la banda desde sus orígenes, a finales de 1984, y hasta los años posteriores al agrio lanzamiento de su disco Dust, publicado en 1996 en medio de una fuerte disputa entre los miembros del grupo que desembocó en su posterior disolución.
Al principio, Lanegan trató de ganarse un puesto en la batería, “pero eran tan malo que me hicieron cantar”, contaba. Con el tiempo le han acabado comparando con un gigante como Leonard Cohen o incluso con el australiano Nick Cave. Y no solo por la voz sino por la oscuridad y hondura de sus letras, a caballo entre la adicción, la tristeza y las emociones expuestas sin filtro alguno. Los traumas de juventud salpicaron muchas de sus canciones.
Se instaló, de hecho, en un apodo al que hizo justicia durante su carrera, Dark Mark, enfocado en temas como “la mortalidad, la nostalgia, la pérdida y la dependencia química”, como él mismo explicó, marcado por su alcoholismo y su largo historial de arrestos durante su juventud.
Lanegan, nacido el 25 de noviembre de 1964 en un pequeño pueblo de Washington, Ellensburg, admitió que ya con 12 años tenía un problema importante con el alcohol y que a los 18 años consumía drogas sin piedad. Esa combinación letal desencadenó en sus muchos problemas con la justicia, incluyendo una letanía de arrestos y una condena a servir un año entre rejas.
Fue trabajando en un videoclub local cuando comenzó una banda junto con los hijos de su jefe, el guitarrista Gary Lee Conner y el bajo Van Conner, una formación que después completó Mark Pickerel. Lanegan encontró así la salida perfecta para su permanente angustia existencial y sus traumas de infancia. “Quería emoción, aventura, decadencia, depravación, todo, nada” escribió en sus memorias en el año 2000. “Nunca hubiera encontrado nada de eso en este polvoriento y aislado pueblo de vacas. Si la banda podía sacarme, llevarme a esa vida que tanto anhelaba, valía la pena cualquier indignidad, cualquier dificultad, cualquier tortura”.
Fue más bien todo lo contrario. Screaming Trees se convirtió en referencia del rock psicodélico que surgía de un estado tan remoto como Washington en los 90, firmando un contrato con Epic. El tema “Nearly Lost You”, incluido en su disco ‘Uncle Anesthesia’, les catapultó al siguiente nivel, preludio de ‘Sweet Oblivion’, su mayor éxito comercial. Falleció el pasado 22 de febrero de 2022.