Por Jose A. Luna
Nick DiSalvo – Voz, guitarra
Jack Donovan – Bajo
Mike Risberg – Guitarra, teclados
Georg Edert – Batería
Omens
In Procession
Halcyon
Embers
One Light Retreating
Muchas bandas comienzan en un lugar y se trasladan artísticamente a otro, y Elder es el siguiente en una larga fila de bandas que no han querido estancarse, también apoyada por los cambios de formación como el que acaban de sufrir. Su mundo flotante ya no flota como antes. Hace tres años el trío psicodélico de Massachusetts lanzó un álbum llamado “Reflections Of A Floating World” celebrando la naturaleza temporal de la sociedad que les permitía hacer su stoner metal turbulento. La idea detrás de “el mundo flotante” tenía mucho que ver con la fragilidad, con la idea de que nuestra sociedad estaba en un estado de fantástica animación suspendida y que todo podía terminar en cualquier momento. Ahora mismo en un mundo de pandemias todo se sostiene por frágiles hilos que lo controlan todo, es cuando nos llega “Omens”.
Muchas de las primeras canciones de Elder fueron inspiradas directamente por Robert E. Howard y su Conan El Bárbaro, y en 2006 parecían tirar más hacia el doom subterráneo si nos fijamos en sus letras, porque en cuanto a sonido no eran exactamente un infierno que aplastara los oídos y aterrorizara amplificadores. Dicho esto, en ese entonces estaban más cerca del metal, y con “Omens” están cada vez más lejos de sus inicios. Se podría decir que es un paso más a lo largo de ese viaje, una sinfonía expansiva en este cosmos. Es música para ver pasar las nubes con indiferencia, para perder la noción del tiempo.
El tiempo es un factor importante al hablar de Elder, y es que han sido listos y han perfeccionado el asunto de componer canciones largas. “Omens” tiene cinco pistas repartidas en 56 minutos, y eso hace que cuando estés escuchando a Elder no pienses en dónde se detiene una canción y comienza la siguiente. Es la tónica de sus últimos trabajos, canciones de 10 minutos o más donde todo se difumina en un conjunto embriagador, pero “Omens” se destaca de los álbumes anteriores de Elder de varias maneras.
Se podría decir que estamos tratando con una banda completamente nueva. Matt Couto, el baterista fundador de Elder, se fue y lo reemplazaron con Georg Edert, cambio que se suma al fichaje de Michael Risberg como guitarrista y teclista oficial. Para “Omens” DiSalvo y Risberg tocan parte de los teclados, y el maestro de sintetizador italiano Fabio Cuomo pone su grano de arena. Elder nunca han tenido miedo de los teclados, y nunca es más evidente que en este álbum con órganos de ultratumba, una búsqueda analógica de este instrumento, algo de cuerdas sintéticas, y una Fender que da todo de sí. “Omens” es bellamente rico en sus capas, mucho más que sus predecesores, priorizando la textura sobre la grandeza. No por nada hay piezas aquí de un nivel complicado, como si en su universo pudiesen fusionarse jazz y post-rock.
Que nadie se asuste, que también podemos encontrar a los Elder de grandes riffs, pero en “Omens” se usan de otra manera. Aquí los riffs se utilizan como parte de un manto de sonido amplio y reconfortante, no para machacar sino para dejar que tus pensamientos vaguen y se desvíen al espacio. Quizás lo que más sorprenda (y desagrade a algunos, según se mire) es que la voz de DiSalvo esté más cerca del post hardcore que del metal. Su voz no se deja sentir mucho en Elder, y volvemos a pensar lo mismo: su líder sería más feliz si Elder fuesen una banda instrumental. Una lástima ya que las pocas letras de sus canciones son realmente buenas.
Parece mentira, pero este “Omens” es la banda sonora perfecta para el Covid-19. “Omens” es acogedor y reconfortante cuando más se lo necesita, y antes Elder nos advertían de la fragilidad del mundo, su música es un respiro de todo lo que está pasando. Cuando estás atrapado en casa necesitas algo que te acompañe y te evada a la vez, que te sumerja en su esencia. Eso es “Omens”.