[review] Ensiferum – One Man Army

Por Gonzalo Moreno

Marcus Toivonen – guitarra y voz limpia
Petri Lindroos – guitarra y voz gutural
Sami Hinkka – bajo
Janne Parvianen – batería
Emi Silvoinnonen – teclado

1. March Of War
2. Axe Of Judgement
3. Heathen Horde
4. One Man Army
5. Burden Of The Fallen
6. Warrior Without A War
7. Cry For The Earth Bounds
8. Two Of Spades
Heathen Throne part III:
9. My Ancestors’ Blood
10. Descendants, Defiance, Domination
11. Neito Pohjolan

http://www.ensiferum.com/

Metal Blade records

En definitiva, un disco muy apreciable y muy variado, que contiene tanto temas rápidos cargados de furia como composiciones elaboradas con cuidados arreglos. Pero sea de un tipo o sea de otro, todos los temas poseen los rasgos típicos del folk metal: temas que, en definitiva, están pensados para alzar los cuernos llenos de cerveza y cantar a pleno pulmón unos himnos de guerra…ya sea para prepararse para la batalla o ya sea para brindar en una taberna. Ensiferum han vuelto, y esto hay que celebrarlo.

Discrepo de la gente que dice que Ensiferum se acabó tras la salida de Jari Maenpaa después de los dos primeros y excelentes discos de esta banda finesa. Quizás sí que lo piensen, pero me da la sensación que es de un “truismo” lleno de prejuicios, como aquel que opina que tras la muerte de Cliff Burton ya nada valió la pena en Metallica. Su tercer disco, Victory songs, quizás no está a la altura de los dos primeros por cuanto no tiene himnos sueltos tan destacados como los que pueblan sus dos primeras obras, Ensiferum e Iron, pero sí que me atrevería a decir que en conjunto es un disco más compacto que los dos con Maenpaa. Y, si bien es cierto que su cuarto larga duración, From Afar, en este caso sí, el nivel bajaba (era difícil mantenerlo), también es cierto que era un trabajo muy remarcable.

Lo peor vino con Unsung heroes, su quinto disco. Ahí sí que el bajón fue descomunal. ¿Se agotó Ensiferum porque se agotó el género? Está claro que el folk metal, por sus características intrínsecas, es un género que puede ser algo limitado. Tuvo su época dorada hace ya algunos años. Pero también es cierto que hay bandas que gozan ahora de su mejor momento. ¿En qué quedamos? Lo que está claro es que hasta la fecha la trayectoria de Ensiferum fue muy destacable y, siempre apegados a las convenciones, ciertamente algo atadoras, del folk metal, supieron evolucionar muy bien, añadiendo a su estilo primigenio cada vez más matices, más grandilocuencia y más orquestaciones. Un poco como hizo Blind Guardian en el power metal. Así pues, la evolución musical fue muy interesante. Otra cosa es la calidad. Por más instrumentación que metas, si algo no funciona, no funciona, y esto lo pasó a Unsung heroes. Si te dedicas a hacer temas sólo pensando en ser cantados en vivo y singles fáciles (¿Alguien ha dicho “In my sword I trust?”) pero lo llenas de orquestaciones para disimular la falta de inspiración, es que algo falla.

Y así llegábamos hasta el sexto trabajo, acabado de editar por el mítico sello Metal Blade. Llegábamos, digo, con las expectativas bajo mínimas. Y no sé si será por ello, o porque el disco es bueno en sí mismo, la cuestión es que este One man army ha sido una grata sorpresa. Es un trabajo que, sin llegar a la altura de los tres primeros, sí que se sitúa perfectamente al nivel de From afar, lo cual no es poco, y al menos sirve para tener contentos a los fans de la banda en particular, entre los que me incluyo, y los fans de folk metal en general.

Este larga duración se inicia, tras la perceptiva intro instrumental, con Axe of judgement, un muy buen tema, muy veloz y lleno de mala leche, y le sigue Heathen horde, otro estimable track, en este caso un medio tiempo. Empieza bien la cosa y continúa para arriba con el tema-título, otra canción super rápida que recuerda a los primeros Ensiferum, a los de Guardian of fate, a los Ensiferum más simples pero con más mala leche, más rápidos, de temas más directos.

A partir de ahí el disco da un giro para volver a adentrarse en los caminos explorados desde From Afar: temas más lentos, más trabajados y con muchas orquestaciones, como Warrior without a war, Cry for the earth bound (llena de sentimiento), My ancestor’s blood (con una lograda solemnidad) o la larga Descendents, Defiance, Domination (en la que falla, a mi modo de ver, la estructura, con una parte inicial con tonos altos que hubieran quedado mucho mejor al final a modo de “momento apoteósico”, quedando el tema sin un “crescendo” deseable en toda composición larga que se precie).

Entre todas estas canciones, una excentricidad magnífica: Two of spades, donde Ensiferum se atreven a incluir otras sonoridades. Y es que si en Smoking ruins jugaban con partes a lo Ennio Morricone, en este veloz tema meten frikadas con mucha influencia de la música disco y funky de los ’70. Y la verdad es que queda genial, además de tener unos coros que, como en el resto del disco, enganchan de maravilla. Sin las melodías vocales del sr.Toivonen, que son el 50% de la calidad de Ensiferum (casi todo el otro 50% lo ocuparían los pegadizos punteados folk), los fineses no serían lo que son ni por asomo.

En definitiva, un disco muy apreciable y muy variado, que contiene tanto temas rápidos cargados de furia como composiciones elaboradas con cuidados arreglos. Pero sea de un tipo o sea de otro, todos los temas poseen los rasgos típicos del folk metal: temas que, en definitiva, están pensados para alzar los cuernos llenos de cerveza y cantar a pleno pulmón unos himnos de guerra…ya sea para prepararse para la batalla o ya sea para brindar en una taberna. Ensiferum han vuelto, y esto hay que celebrarlo.