Por X.F. Remorse
1. Hector’s Hymn
2. (r)Evolution
3. Bushido
4. Live Life Loud
5. Ex Inferis
6. We Won’t Back Down
7. Winter Is Coming
8. Origins
9. Tainted Metal
10. Evil Incarnate
11. Wildfire
Joacim Cans-voz
Oskar Dronjak-guitarra
Pontus Norgren-guitarra
Fredrik Larsson-guitarra
Anders Johansson-batería
Vuelta algo agridulce de Hammerfall a lo que sabían hacer y de lo que se apartaron en su anterior “Infected”: un Power metal con muchísimos toques de metal clásico. O, si se prefiere, un heavy de toda la vida con toques powermetaleros; no en vano, Hammerfall, dentro del gran movimiento que hizo que en Europa resurgiera el metal, tras un aciago principio de década de los ’90, con bandas como Blind guardian, Gamma Ray, Stratovarius, Sonata Arctica, etc., siempre fueron los más clásicos, entendido esto como los que menos doble bombo, menos velocidad y ausencia de teclados metían.
Pegaron muy fuerte con su debut y vivieron su mejor época con Legacy of kings y Renegade, segundo y tercer trabajo respectivamente y, aunque su Crimson Thunder es muy destacable, la inspiración empezó a decaer, en un contexto donde también todo el Power metal ya daba sus primeros signos de agotamiento. Pero no despreciemos el estilo. Recordemos que Iron Maiden y Judas Priest pasaban por su peor momento, por lo que el movimiento, heredero de Helloween y surgido sobre todo en Alemania, Suecia y Finlandia, fue un soplo de aire fresco en la segunda mitad de los ’90.
Pero no nos desviemos del tema….¿por qué he empezado diciendo que (r)Evolution es agridulce. Pues porque sí, Hammerfall han recuperado su estilo, pero no toda la inspiración de aquellos magníficos primeros cuatro discos. Esperaba al menos que llegaran al nivel de Threshold, su sexto trabajo, un disco injustamente olvidado, especialmente por aquellos que abandonaron a la banda tras el quinto trabajo, el pobrísimo Chapter V, y se perdieron el que sin duda es uno de los mejores trabajos de los suecos y que aprovecho para recomendar y reivindicar
Este (r)Evolution estaría a la altura del No sacrifice, no victory: un álbum en el que se salvan la mitad de los temas y que, aunque se escucha bien, no tiene ni la calidad de los riffs ni la inspiración de las melodías que sus mejores discos.
Se abre con el típico corte powermetalero, rápido y con coros épicos pero, repito, es un intento algo fallido, puesto que no acaba de enganchar, igual que tampoco lo hace el segundo track, el tema-título. Ahí es donde vemos uno de los grandes errores de este disco: Hammerfall han intentado hacer medios tiempos con estribillos coreables para que funcionaran en directo…pero no lo han conseguido. En este trabajo los mejores temas son los más cañeros: We won’t back down, Origins (con una intro 100% Stratovarius), Tainted metal y el tema que cierra, uno de las canciones con más mala leche de la discografía de la banda: Wildfire. El resto, medios tiempos que no enganchan, a excepción de Bushido, de lo mejor del álbum y donde al final han metido el riff de The way of the warrior, en un guiño a uno de sus temas más destacables del Renegade. La balada, además, es algo insípida.
En resumen, si “la originalidad es la vuelta a los orígenes”, como dijo el sabio, Hammerfall son lo más original que hay en el panorama metalero actual. Pero como ciertamente no lo son, nos quedamos con un disco correcto, que se escucha bien porque sus temas más animados tienen buenos riffs y melodías recordables, pero empañado en cierto modo por temas como Ex inferís, donde han querido ir de oscuros haciendo algo que no saben hacer, o Evil incarnate, que también sobra. Es una lástima, pero hay temas realmente entretenidos, pero el álbum se hace irregular. Bueno para los fans de la banda en particular y del heavy clásico en general, sin duda, que apreciarán su vuelta al sonido clásico, pero no a la altura de sus mejores trabajos.