Por Nekrokosmos
Steve Harris – Bajo
Bruce Dickinson – Voz
Adrian Smith – Guitarra
Nicko McBrain – Batería
Janick Gers – Guitarra
Dave Murray – Guitarra
1. If Eternity Should Fail
2. Speed of Light
3. The Great Unknown
4. The Red and the Black
5. When the River Runs Deep
6. The Book of Souls
7. Death or Glory
8. Shadows of the Valley
9. Tears of a Clown
10. The Man of Sorrows
11. Empire of the Clouds
Este nuevo lanzamiento de Iron Maiden, leyendas infinitas del heavy metal, ha estado rodeado de misterio. Si ya en 2010 se habló de que “The Final Frontier” podría ser su último disco (rumor alimentado por las declaraciones de Steve Harris), con el reciente cáncer de lengua de Bruce Dickinson no hizo mas que alimentar las teorías de que estábamos ante el fin.
Pero creo que olvidamos que estamos hablando de Iron Maiden aquí, y viendo lo visto en su décimo sexto álbum de estudio podemos decir que nos queda doncella para rato. No solo vuelven tras 5 años, sino que lo hacen con el disco mas ambicioso (y largo) de su carrera música. Ambicioso no solo en su duración, sino también en la temática y sonido empleados.
Desde la vuelta de Dickinson a la banda en “Brave New World” los ingleses han decidido mantenerse en su fórmula resultona, con grandes pasajes de guitarras y un ritmo galopante con gran melodía. “The Book Of Souls” es algo diferente cuando ves que las cancions sobrepasan el minutaje normal, y es que en ello vemos el hecho de por que Iron Maiden siguen siendo relevantes hoy día: porque hacen lo que hace con mucha pasión, sin importar lo que se espere de ellos. Es palpable en las secciones instrumentales de canciones como la que da título al álbum o a la eufórica “The Red And The Black”, que fácilmente podrían entrar en ese repertorio de clásicos que levanta un estadio entero de metalheads. El mundo del heavy metal moderno tiende mas a relajarse en la armonía de lo rutinario, mientras estos viejos zorros aún saben sacarle nuevo brillo a viejos trucos.
Quizás mucho de ello tenga que ver en el hecho de que por primera vez desde sus últimos dos álbumes, todos los miembros de Iron Maiden (excepto Nicko McBrain) reciban créditos por las composiciones de estas 11 canciones. Steve Harris cede su trono como principal creador de Iron Maiden, y el resultado es un disco variado y entretenido, para muchos algo largo en cada uno de sus tracks, pero sin duda disfrutable si estás dispuesto a darle mas de una escucha.
Esa unión de esfuerzos ha hecho que Iron Maiden tenga inicios tan gloriosos como “If Eternity Should Fail” (compuesta por Dickinson) o singles tan claros como “When The River Runs Deep” (compuesta en colaboración por Adrian Smith, Steve Harris, y Bruce Dickinson) donde no les importa seguir los cánones mas primitivos del género para un deleite clásico que muchos andábamos esperando en el último “The Final Frontier”. Por suerte la banda al completo dota de dinámica a su catálogo reciente, pudiendo haber seguido tirando de la renta de un sonido ya característico. Y por suerte Dickinson, ya con 50 años, sigue manteniendo un excelente estado vocal en su tono casi operístico de tenor.
Que no se alarme ningún fan acérrimo de los ingleses, porque la banda no ha cambiado radicalmente su sonido ni nada parecido. Es cierto que en ciertas composiciones presentan novedades como que todos los instrumentos están afinados en la misma nota, o que singles como “Speed Of Light” sean de lo mas simple en muchos años, pero con la final y controvertida “Empire Of The Clouds” (que reemplaza a “Rime Of The Ancient Mariner” como la canción mas larga de Maiden hasta la fecha – 18 minutos -) nos devuelve esos finales épicos en discos de Dickinson y los suyos que tanto deseábamos. Y es que este disco de Iron Maiden tiene todo lo que un metalhead espera de la banda, y más. Se engrandece el legado, Dickinson toca el piano en la canción final y nos deja a todos con la sensación de haber sido partícipes de algo de las proporciones de una banda sin la cual no se entendería este género. Grandes, muy grandes.