[review] King Woman – Celestial Blues, fatalidad fascinante y candidata a disco del año

Por José Alfaro

Kristina Esfandiari – Voz
Peter Arensdorf – Bajo y guitarra
Joey Raygoza – Batería

01. Celestial Blues
02. Morning Star
03. Boghz
04. Golgotha
05. Coil
06. Entwined
07. Psychic Wound
08. Ruse
09. Paradise Lost

La batalla interna que lucha Kristina Esfandiari, a quienes muchos recordareis de la banda de shoegaze Whirr, parece haber encontrado finalmente su balance perfecto. Luego de presentar su arte bajo varios nombres y realizar muchos experimentos, este segundo trabajo para Relapse Records parece finalmente haber encontrado la medida justa entre odio y espiritualidad, entre musicalidad y el aspecto visual. Será difícil que no entre en varias listas de lo mejor del año.

Ha sido un total acierto contar con Jack Shirley para este álbum. Todos hemos escuchado lo que es capaz de hacer con bandas como Amenra, Deafheaven y Oathbreaker, aunque es cierto que se ha superado a sí mismo diseñando el sonido para el segundo lanzamiento de King Woman junto con la propia Esfandiari, que a su vez es productora. El debut ‘Created In The Image Of Suffering’ ya era una losa colosal de fatalidad fascinante con un carácter maravillosamente destructivo, pero este segundo álbum se expande aún más en la misma fórmula con una magnífica interpretación vocal de Kris.

Esfandiari ha amplificado su registro en gran medida, y con un trabajo de producción mejorado especialmente en la batería, han conseguido meter de lleno a Joseph Raygoza en este concepto. También se merece una mención Peter Arensdorf, quien ha manejado tanto el bajo como la guitarra para esta grabación al no estar presente el guitarrista Colin Gallagher.

Ya desde ese monólogo inicial de Kris Esfandiari se nos pone piel de gallina, para pasar a unos cantos armonizados y una descarga de riffs aplastante que va al unísono con los lamentos y los tambores de guerra. La vocalista irradia confianza, una imagen mejorada gracias a la fotógrafa Nedda Afsari, y los diseñadores Jamie Parkhurst y Collin Fletcher para la portada y el videoclip de “Morning Star”. Ya desde el inicio nos damos cuenta que intenta unir la ira repugnante de su personaje NGHTCRWLR junto a unas dulces melodías de una nueva entidad creada en este 2021.

Hay que prestar especial atención a “Golgotha”, que permite que el canto más frágil de Kris juegue con unos compases arrítmicos que van diferente el ritmo constante de la caja de Raygoza. Una vez que la pista finalmente explota, los salvajes gritos de Kris echan gasolina al fuego de la parte posterior de la canción, mientras las voces que están al frente los cubren con la melancolía que guía la canción, ahora con el violonchelo de Jackie Perez Gratz (Graceyon) dibujando los escasos rastros de luz. Es fácilmente uno de los cortes más inflamables del disco, corto y feroz, que toca el grunge de manera suave.

También está “Entwined”, la joya secreta de ‘Celestial Blues’, una fusión entre el bien y el mal, que canta y vive a través de Kris para traer venganza y alegría en igual medida, mientras la pista se intensifica en una euforia creciente que desemboca en la retorcida lujuriosa “Psychic Wound”.

La sección final del álbum presenta dos pistas muy diferentes. “Ruse”, que podría haber encajado perfectamente en el debut de la banda ya que evoca el sonido antiguo combinado con una melodía vocal triste entre las partes de gran impacto; y la angelical “Paradise Lost” que envía el álbum a ascender a un reino mucho más allá de nuestro alcance. Kris Esfandiari y su banda han creado algo verdaderamente especial con este álbum, la pieza musical más honesta y cautivadora de su prolífica carrera.