Por Nekrokosmos
Jon Garcia – Bajo, voz
Asier Elias – Batería
Ritxi Blanco – Guitarra, teclados
1. Oreka Ahula
2. Taurus
3. Érebo
4. Marte
5. Chrono
6. Libra
7. Pegaso
8. Pangea
Como mínimo logrará despistarte. Hay tanto que descubrir en este tercer disco de Mocker´s que llegas a la octava y final canción con cara de ¿Qué ha pasado aquí? ¿Como una banda consigue mezclar cosas tan distantes como el space rock con el rock/punk vasco y el progresivo sin hacer algo forzado? ¿Qué hace una banda vasca grabando en Andalucía y dotando a sus guitarras de sonidos andaluces? ¿Por qué no habíamos descubierto a Mocker´s antes? El punto que une y enlaza toda esta historia es Spinda Records, y tras escuchar “Oreka Ahula” sabemos por qué no dudaron en ficharlos.
Todo hay que decirlo, y es que este nuevo trabajo de los de Durango no es para todos los gustos, incluso puede llegar a causar rechazo por lo diverso y atrevido, pero no se puede negar que como aventura es bastante emocionante. Mocker´s es una banda que sin olvidar sus raíces decide adentrarse en otras y hacernos viajar por el cosmos con canciones como “Marte”, con una producción y sonido tan naturales que parece que estuviesen tocando en tu salón, y con la seguridad de quien se ha tirado horas y horas en la sala de ensayo hasta llegar a estas mieles.
La electricidad y lo acústico luchan una batalla pacífica en estas canciones, que danzan entre el hard rock, el blues, la psicodelia bañada de atmósferas, y también con cierto regusto punk como podemos escuchar en “Chrono”, teniendo como bandera el ritmo y la melodía, casi haciéndonos olvidar que todas las canciones están cantadas en euskera.
“La negación y la huida no hacen más que retrasar la implosión, y por eso, nuestra banda sonora también le canta a la belleza del dolor. La siguiente colección de canciones es una conversación directa con ese equilibrio-desequilibrio continuo que supone la vida: euforia y desasosiego, fortuna y desgracia, certeza e incertidumbre. Y entre tanto, lo único que podemos hacer: caminar”…esto es lo que dicen en su Bandcamp y que deja entrever que no todo es alegría detrás esos cambios de ritmo, que también hay sitio para la oscuridad, justo como en “Libra”.
Las líneas de bajo de Jon hacen daño al dejarse caer, la batería nos conduce por una carretera sin nadie al volante, y las guitarras desentierran sensaciones que parecían olvidadas hace décadas. No son creadores pero sí esculpen una obra digna de escucha en base a todo el heavy psych que se está rescatando estos días. Esos viajes a Andalucía y el intercambio de culturas les ha sentado bien, tanto como lo genial que nos entran los 9 minutos de “Pangea” con ese marcado acento folk.