Por Nekrokosmos
1. C0
2. SangVIS
3. RIgescVnt
4. AsphyxIa
5. TVrba
6. IctV
7. ElectrIcae
8. PharmacVm
El tiempo pasa volando, y más cuando te lo estás pasando bien. En un abrir y cerrar de ojos ya estamos ante el cuarto álbum de Sad Eyes, el proyecto personal de Santi Gzlez en el que el artista se encarga de grabar, programar y pulir todos los instrumentos, con ayuda de grandes amigos. Lo suyo es el death metal, así, sin moderneces y con muchos solos (uno de los puntos álgidos de las colaboraciones), pero ¿Qué hace diferente a esta ofrenda? Estilísticamente no ha cambiado mucho, pero ha sabido seleccionar los puntos mas fuertes y ponerlos al frente.
Quizás el cambio más evidente es la producción y la mezcla, algo que quizás de manera definitiva en su saga personal consigue que no todo suene como un puzzle unido por piezas sino que tenga una coherencia de la que gozan quienes tocan infinitas horas en una sala de ensayo antes de meterse en un estudio. Es lo que dibuja una macabra sonrisa en mi cara al tener que evaluar esta personal evolución, porque como hemos dicho uno de los puntos mas sobresalientes son las colaboraciones, pero éstas no nos hacen sentir ante un “Frankestein” unificado por las mejores piezas. Nombres como Canker, Onomasy, Noctem o Moonloop añaden un sabor particular, pero nunca quitan protagonismo a su creador, y eso en todo un éxito.
Se aprecia un uso vicioso de la maldad tanto en las voces (los distintos niveles de growls) como en las letras, sin pensar en las limitaciones de ceñirse a un solo estilo. Puede que ese sea el motivo por el cual “vIV0” suene más aventurero, un trabajo que se apoya más en lo agresivo que en lo sofisticado, y que en cierta manera se deja llevar también por una emoción asfixiante que nos mantiene entretenidos a lo largo de sus 38 minutos.
Las comparaciones son odiosas, pero estas 8 piezas parecen tener mas florituras en sus partes instrumentales, las partes rápidas parecen tener más malicia, y las voces parecen tener un componente más extremo que a lo que nos tiene acostumbrados. En cierta manera es un material que se aleja de las influencias mas inmediatamente reconocibles que se hacían palpables en el pasado, y que aunque siga dependiendo mucho de las guitarras para deslumbrar a primera escucha, trabaja las estructuras para hacerlas más atractivas dejando de lado las 6 cuerdas.
Por poner un pero habría que decir que las baterías programadas no terminan de encontrar su punto justo como para que las pasemos por alto, pero eso no supone un impedimento para poder disfrutar del trabajo más logrado de Santi Gzlz en Sad Eyes.