Por Nekrokosmos
Andreas Kisser – Guitarra
Derrick Green – Voz
Eloy Casagrande – Batería
Paulo Jr. – Bajo
01. Machine Messiah
02. I Am The Enemy
03. Phantom Self
04. Alethea
05. Iceberg Dances
06. Sworn Oath
07. Resistant Parasites
08. Silent Violence
09. Vandals Nest
10. Cyber God
Andreas Kisser tenía mucha razón al decir que su banda, Sepultura, está en una onda bastante diferente a lo que los Sepultura de Max Cavalera hacían. Es más, estos Sepultura llevan viviendo un renacimiento en la última década que es digna de mención, aunque experimentos como “Machine Messiah” puedan confundir a uno.
Sin duda el elemento thrash está ahí, el groove metal está ahí, hay cierta parte de tribal, pero Kisser decide indagar mucho mas en los terrenos progresivos del thrash, y Green en su pasado/influencia hardcore, que terminan por crear confusión en un disco que a priori tiene todo lo que tiene que tener pero no engancha. “Machine Messiah” tiene un concepto interesante detrás (una sociedad robotizada y esclava de la tecnología), en lo sonoro tiene ideas aventureras, pero da la sensación de que trata de probar un poco de todo para ver que funciona.
Se cumplen dos décadas de Derrick Green a cargo de las voces de Sepultura, y contra viento y marea se ha establecido como uno de los mejores growlers dentro del groove metal, a la par que ha demostrado tener mas que merecido su puesto en la banda. En esta nueva entrega incluso nos deleita con pasajes de voz limpia, y como indicábamos antes su influencia hardcore cuasi d-beat en temas como “I Am The Enemy”.
Eloy Casagrande ya cumple 5 años al frente de las baquetas de la banda, y si comparamos su trabajo en este nuevo lanzamiento con el de su predecesor “The Mediator Between Head and Hands Must Be the Heart” vemos que las estructuras son mucho mas compactas y mucho más interesantes, como si de un trabajo concienzudo de hacer algo diferente haya cruzado su mente. Paulo Jr. en su línea, no hay nada nuevo bajo el sol.
Es Kisser el responsable de esta aventura de Sepultura por terrenos experimentales, y lo lleva haciendo desde “Dante XXI”. A veces le sale bien, como en la instrumental “Iceberg Dances” (que es una de las joyas escondidas de este álbum) y en otras no tanto como “Silent Violence” donde el mensaje socio-político no tapa la falta de identidad. Ese es quizás lo que cojea en estos Sepultura, que a base de querer distanciarse de su pasado han conseguido hacer tantas cosas diferentes que hoy por hoy son una banda con una identidad borrosa, o cuanto menos camaleónica.
Sepultura son inteligentes, abrir el álbum con la canción que le da título ha sido una gran jugada, así como poner a “Phantom Self” como uno de los singles al ser evidentemente una de las canciones con mas gancho del álbum, pero a pesar de haber mucha calidad (incluso en cortes con soul, con jazz, con prog) se les ha olvidado de meterle el gancho suficiente para hacer canciones memorables. Esa portada con guiño a su pasado (a cargo de la artista filipina Camille Dela Rosa) y tributos al Chaos AD como “Resistant Parasites” no son suficientes para retener a fans de la nostalgia, y me temo mucho que esta época de la banda será poco comprendida.