Por Nekrokosmos
01. Trauma Of War
02. The Vatican
03. Impending Doom
04. Manipulation Of Tragedy
05. Tsunami
06. The Bliss of Ignorants
07. Grief
08. The Age Of The Atheist
09. Obsessed
10. Da Lama ao Caos
Sin duda alguna este “The Mediator Between Head and Hands Must Be The Heart” es un lanzamiento con el cual Sepultura puedes redimirse con todos su fans a los cuales sus últimos lanzamientos no terminaban por hacer el click adecuado. Éste álbum no será el mejor disco de thrash ni el mejor disco de Sepultura ni de lejos, pero si lo mejor que han hecho en su etapa mas reciente. Basado en el film de 1927 “Metropolis”, es el corazón que le ponen a las canciones lo que separa a estos Sepultura de cualquier otra banda clónica.
Uno de los factores por los cuales destaca el disco es Eloy Casagrande, su joven batería que a través de ritmos dinámicos le da mucho sabor a la banda, y un soplo de aire fresco entre sonidos y compases que muchos de nosotros ya conocemos. Las voces gruesas de Derrick Green siguen enterradas en la mezcla (como de costumbre), lo que permite que Andres Kisser se despache a gusto con una colección de riffs ultra pesados.
Canciones como “Trauma Of War” o “The Vatican” quizás sean de las mas rápidas y pesadas que hayan hecho desde la salida de Max Cavalera del grupo, por lo cual nos traen reminiscencias de viejas glorias a lo Slayer. No son los Sepultura de antaño, pero el esfuerzo se agradece bastante. Canciones mas de medio tempo como “Impending Doom” nos transladan hasta su época “Roots”, pero ningún trazo de nu-metal se puede encontrar aqui, porque poco después nos vuelven a abofetear con temazos como “Tsunami” donde por fin traen de vuelta la originalidad al género del thrash.
Quizás sea pronto para decirlo, pero al parecer estamos ante lo mejorcito que han sacado Sepultura desde 1996. Es un gran respeto por los clásicos, pero con una pincelada de lo mejor de todos los intentos que llevan haciendo desde mitad de los 90´s. Es una mezcla de violencia e individualidad, del tipo que varios fans llevaban esperando de ellos disco tras disco. Se han redimido.