Por Nekrokosmos
Juan A. Soler “Kantz” – voz
Juan Cano – bateria
Raúl Fernández – guitarra
Alejandro Sánchez – bajo
Jacobo Caballero – guitarra
1. Funeral Celeste 04:58
2. Ohm 04:15
3. Felices inadaptados 03:48
4. Un Año 04:25
5. Los Bravos 04:49
6. Manual de Autoayuda 04:22
7. Deplata 03:52
8. Tragarte Viva 03:57
9. Decreto grey 03:45
10. El Bruto 03:32
No eres la misma persona con 15 años que con 25, ni la misma banda tras dos décadas. En el caso de Tenpel es diferente porque nunca fueron la misma banda dos discos seguidos, y no hablo de las formaciones, sino de la intención de innovar, de destacar, de ser diferentes, aunque eso les lleve a causar confusión en sus seguidores. Y es que si te gustó su anterior referencia, la siguiente podría despistarte, y “Culto A Mí” no es la excepción. En un mundo sin normas, Tenpel siguen la suya que vuelve a ser no tener normas.
No es que este álbum no suene a “Ciclos”, es que ya nada es igual. Desde ese ya lejano 2012 las cosas han estado movidas, y su líder Kantz no solo ha formado De La Cuna A La Tumba sino que junto al guitarrista Raúl Fernández también tiene Delobos, dos proyectos que son dos universos paralelos a sus trabajos en Tenpel. Desde la última vez que tocaron juntos como tal en 2015 han necesitado tiempo para experimentar, para probar otras mieles, y con lo aprendido volver al alma mater para marcar otro capítulo diferente en la banda.
Con los adelantos “Manual de Autoayuda” y “Deplata” de lo que más se ha hablado es de la producción que usan Tenpel (Diego Gila en Scots Records) en esta aventura, de la que ya vaticinaban que sería “mas orgánica y real”. Esa advertencia no ha evitado que muchos ojos se posen sobre las baterías de Juan Cano y su sonido poco pulido, o sobre la superposición de unas pistas sobre otras, y aunque cada uno puede tener una opinión (todas respetables) lo que hay que entender es que la producción y mezcla de “Culto A Mí” no se ha dejado al azar. Esto tiene un porqué, Tenpel se alejan de un mar de sobreproducciones para nadar contracorriente y dejar lo más basico del rock: el sonido de directo. Estas canciones suenan a directo, suenan a una toma, suenan a bestia, a crudo, a como lo quieras llamar pero todas las palabras llevan a la misma conclusión: suena honesto.
Han prescindido de los teclados, cuentan con Jacobo Caballero (Thiside) a las guitarras y cambian de juego en las estructuras de sus canciones, pero lo que te gustó de ellos en “Areté, Despierta” sigue allí: el uso inteligente de las guitarras, lo poético de sus letras, la inmediatez que ofrece la percusión, y sin duda una de las voces españolas mas distintivas del rock. La música de Tenpel siempre ha sido, aunque con melodía, lo suficientemente dura como para apelar a diferentes públicos…y también ha tenido el suficiente cerebro detrás como para ir desvelando secretos a cuantas más escuchas le des. Es una de las cosas que también atrapa en “Culto A Mí”, porque aunque engancha desde un primer instante, es con el paso de las repeticiones cuando realmente lleva a cabo su embrujo.
Decir que es un disco atemporal puede sonar un poco a cliché, pero es que lo es. No apela solo a los sentimiento, y a pesar de tener un sonido familiar no cae en el juego de la rutina. Ya lo dejan claro en “Funeral Celeste”, donde la distorsión envuelve la voz y mucho más, en un ejercicio por pedirle al escucha un esfuerzo especial para respirar el mismo aire que ellos. Adivinaste, “Culto A Mí” es uno de esos discos de guitarras, de los que no serían lo mismo sin las mañas del señor Fernández en las distorsiones de “Ohm” hasta las notas limpias de “El Bruto”. Todos estamos de acuerdo de que se trata de un disco muy visceral en su sonido, un propio atentado de la banda que en nuestros ojos quieren demostrar una etapa más oscura.
Las colaboraciones, como la de Jaime de Catorce en “Decreto Ley” no hacen más que añadir destellos de bravura y coraje en un disco para valientes ¿Se puede sonar mas cohesivo con menos? Al parecer sí. En resumen Tenpel han conseguido que “Culto A Mí” sea un disco de momentos, porque es cuando descubres ese puente, ese riff, esa línea vocal, ese bajo o ese golpe de batería cuando su arte realmente te golpea de lleno y te hace ver las cosas a su manera. Va a costarte asimilarlo, pero con el tiempo este disco te tragará vivo.
P.D.: Solo por el brillante diseño gráfico que lleva ya merece la pena darle una oportunidad.