[review] The Night Flight Orchestra – Sometimes The World Ain´t Enough, a bailar se ha dicho!

Por Ryder

Björn Strid -Vocals
Sharlee D’ Angelo – Bajo
David Andersson – Guitarra
Richard Larsson – Teclados
Jonas Källsbäck – Batería
Sebastian Forslund – Guitarra

01. This Time
02. Turn To Miami
03. Paralyzed
04. Sometimes The World Ain’t Enough
05. Moments Of Thunder
06. Speedwagon
07. Lovers In The Rain
08. Can’t Be That Bad
09. Pretty Thing Closing In
10. Barcelona
11. Winged And Serpentine
12. The Last Of The Independent Romantics

Si te gustan los primeros Kiss, Cheap Trick, Electric Light Orchestra o los Genesis mas simplones, sin duda tienes que escuchar este proyecto sueco. Lo que empezó casi como una broma y solo con la idea de pasárselo bien ahora adquiere un tinte mucho mas serio con un segundo álbum, y es que jamás hubieses imaginado que tras canciones como “Turn To Miami” estuviesen músicos de Soilwork o Arch Enemy.

The Night Flight Orchestra saben perfectamente que hay un nicho para este tipo de música, la creada entre la segunda parte de los 70´s y comienzos de los 80´s, porque mientras la mayoría de bandas de rock revival de la actualidad prefieren centrarse en los primeros 70´s y el rock zeppeliano, el rockero marchoso y bailongo también busca este tipo de resurrección. Es lo que siguen haciendo los suecos en “Sometimes The World Ain´t Enough”. Solo hace falta escuchar “Paralyzed” y quedarse pegado a sus letras, a sus ritmos bailables, a esos solos de guitarra de David Andersson que te pondrán colorado, y te harán pensar que si esto lo grabasen 4 hipsters pasados de MDMA (y no los metaleros cuarentones que realmente están detras de esto) sería toda una sensación mundial.

No importa que no sea un éxito de ventas, ellos lo viven como tal y nosotros lo disfrutamos. No es solo el sonido, es la vestimenta, las portadas, los videoclips, la temática, y el crear putos hits ya sean baladas a lo Survivor como en “Moments Of Thunder” o grandes rompe caderas como “Speedwagon”. Si lo comparamos con su debut notamos un mayor aprovechamiento de los teclados del señor Richard Larsson en la mayoria de las canciones, así como pequeñas píldoras de funk y disco que se hacen más visibles en estas 12 gemas.

No hay absolutamente nada original sobre esta banda, ni tampoco lo pretenden (con el primer disco apenas dieron conciertos por la apretada agenda de Sharlee) pero lo hacen tan jodidamente auténtico que parece que el grupo hubiese empezado en 1975. Brian May estaría orgulloso de las guitarras de este disco, y grupos como H.E.A.T. matarían por cualquiera de estos singles. Estructuras de pop azucarado disfrazadas con el traje blanco del rock mas sensiblón. Tienes que estar loco para no pinchar este disco en una fiesta, si hasta tienen una canción que se llama Barcelona!