[reviews] Oranssi Pazuzu – Mestarin Kynsi, algo que tienes que comprobar por tí mismo

Por José A. Luna

Jun-His – Voz, guitarra
Ikon – guitarra
Moit – guitarra
Korjak – batería
Evill – sintetizador, teclados
Ontto – bajo

Ilmestys
Tyhjyyden Sakramentti
Uusi Teknokratia
Oikeamielisten Sali
Kuulen Ääniä Maan Alta
Taivaan Portti

Que te pongan una etiqueta puede resultar molesto, pero para Oranssi Pazuzu puede ser mucho más que eso.En su música está el deseo de desafiar los cansados viejos perímetros musicales, y ​​nunca ha sido más evidente que en su nuevo trabajo “Mestarin kynsi”.

La etiqueta de metal se queda muy pequeña y hasta parece evitarla la mayor parte del tiempo, porque este álbum evoca un mundo peculiar en el que la gravedad se eleva y la belleza se derrite de los fragmentos de la miseria auditiva. Con un sentido del ritmo astuto y una sensibilidad pop, Oranssi Pazuzu evocan coloridas nubes psicodélicas desde las profundidades del infierno.

El espíritu exploratorio de su arte se basa en la destreza purista que parece querer deformar todos los géneros. Hay partes hipnóticas de jazz, en otras una especie de electro-black, y aquí en “Mestarin kynsi” redefinen la música extrema de la manera más exigente y abrasiva. Su sonido ha sido comparado multitud de veces pero siempre sin éxito, lo que queda claro es que sus canciones están firmemente arraigadas en las experimentaciones sobrenaturales del ámbito sonoro.

El ingenio de este nuevo álbum reside en actos repetitivos de distorsión creativa. Es en la canción “Uusi teknokratia” donde se hace más evidente el desafío al orden establecido, con una duración de poco más de diez minutos la canción es una pesadilla caleidoscópica de flautas que se repiten sobre maldiciones vocales infernales que abren portales de cáusticas y repetitivas líneas de guitarra, con oleadas orquestales de cantos fantasmales. Las palabras simplemente fallan para reflejarlo, hay que escucharlo para entenderlo.

Dando un giro electrónico, “Kuulen ääniä maan” se abre con una serie de zumbidos claustrofóbicos que se desvanecen en ritmos de urgencia militarista. Una vez más es el uso de la estética ennegrecida lo que le da a esta pista una idiosincrasia innegable, y flotando en el delirio hay cuatro breves versos de una miserable oración a Dios que solo saben ellos.

Más que nada podemos decir que en este disco no tienen miedo de nada. Pueden dedicar siete minutos completos a una pista, que, en este caso, es simplemente una nota de guitarra doblada contra una explosión de platillos, trampas y acordes triples de perfección demoníaca.

Escuchar “Mestarin kynsi” es el acto de ser absorbido a través de un portal salpicado de ácido donde un silencio más profundo del mundo lo entierra en la nada. Poco más se puede decir, tienes que comprobarlo por tí mismo.