Riverside – Anno Domini High Definition

Por Mariano Bacigaluppi

InsideOut / Century Media

InsideOut Music / SPV GmbH
01. Hyperactive (5:45)
02. Driven To Destruction (7:06)
03. Egoist Hedonist (8:57)

I_ Diferent?
II_ Hedonist Party
III_ Straw Man Dance

04. Left Out (11:00)
05. Hybrid Times (11:54)

Si en el amplio universo musical que existe (por suerte) nos centráramos solamente en el Heavy Metal, englobando todas sus vertientes y estilos, sin lugar a duda nos encontramos delante de uno de los discos del año.

Después de una sublime trilogía, los polacos de RIVERSIDE lo han vuelto a hacer. Se han marcado un disco que roza la perfección. La verdad que es muy difícil el mantenerse, el no caer en la tentación de la repetición hasta la saciedad después de haber encontrado una fórmula exitosa, pero ellos han superado esa barrera técnica-metal que muchos no atraviesan y dando una vuelta de rosca a su sonido se han reinventado. Aunque sinceramente para mí han madurado, han evolucionado y eso es digno de resaltar.

El disco está repleto de raíces muy setenteras, pero claro, sonando a puro siglo XXI. Su cantante y bajista, Mariusz Duda, lo menciona en la gacetilla de prensa que la gente de InsideOut nos ha hecho llegar “Hemos buscado reflejar la energía de los primeros 70s y combinándola con sonidos modernos. Pienso que es un poco del sonido de Rush, Deep Purple y Led Zeppelin, pero que después de varias escuchas suena netamente a Riverside”. Perfecta explicación, que acotar algún comentario sería pecar.

Está claro, que no es un disco fácil, ni directo y ni muchísimo menos simple, todo lo contrario. Tiene infinidad de matices, atmósferas y sonidos que van apareciendo con las múltiples escuchas. Por lo tanto, recomendación absoluta el elegir nuestro sillón preferido, cascos para la ocasión, una bebida que nos acompañe y a disfrutar de este discazo para no perder un ápice de su variedad sonora.

Pueden haberle dado una vuelta de tuerca a su sonido pero siguen manteniendo, por suerte, su peculiar forma de interpretar la música, llena de una oscuridad palpitantemente densa y esas atmósferas sonoras que nos crean imágenes al percibirlas.

Se puede pensar a priori que tan sólo son cinco canciones, pero os puedo asegurar que esas cinco canciones contienen melodías, ideas y tesituras que podrían rellenar más de diez discos de cualquiera de esas bandas que muchos llaman grandes. Es una banda elegante, con un gusto por la música superfluo y en los tiempos que corren en donde las buenas ideas escasean (en todos los ámbitos aplicables) es más que valorable.

Al escuchar el disco salta a la luz que Michal Lapaj, teclista de la banda, ha hecho un trabajo donde todos los calificativos se quedan cortos. Él, sin dudarlo, es el mayor artífice del cambio sonoro y lo demuestra regalándonos melodías para dar y tomar. Hammonds entremezclados con sintetizadores actuales que conforman un cúmulo de calidad grandioso.

La absoluta versatilidad del cantante de la banda Mariusz Duda es más que conocida, pero en la canción que sirve de apertura del disco Hyperactive hace un trabajo sencillamente perfecto. Gran canción para abrir el CD y curiosamente la que tiene el minutaje más escaso. Delicioso comienzo a cargo del piano, que nos hace volar hasta el súmmum de la nostalgia, de la calidez y nos recuerda mucho a Pink Floyd. Después el aroma setentero nos acompañará durante toda la canción gracias a los hammonds. El solo del teclado parece firmado por el mismísimo Rick Wakeman, una absoluta delicatessen musical.

Driven To Destruction es un título totalmente antitético, porque en absoluto la canción nos conduce a la destrucción, todo lo contrario. Es otra muestra magistral de cómo debe sonar una canción progresiva. Zigzagueando por partes furiosas, pasajes llenos de añoranza, hasta fracciones de tintes épicos. Y los hammonds siguen ahí, adornando y engrandeciendo el total. Atentos al solo de Piotr Grudzinski y a la nueva muestra vocal de Mariusz, sublime.

El siguiente tema Egoist Hedonist esta dividido en tres partes. La primera bautizada como Different?, seguida por Hedonist Party y como tercera y última Straw Man Dance. Si en la anterior canción dije que era una muestra magistral de cómo debe sonar una canción progresiva, para ésta se me han acabado los argumentos. De los cortes más variados de todo el CD. Sonido moderno por los sintetizadores que interactúan por ese mini-universo sonoro y hasta una sección de vientos (trompeta, trombón y saxo logro percibir) que aparece por la canción. Los momentos con más calma son 100% Pink Floyd. Como se agradece escuchar esto hoy en día.

Left Out es la canción del disco. Es de esas canciones perfectas, con una melodía que desde el primer instante que la escuchas se te queda dando vuelta en la cabeza, su nostálgico ritmo te cala los huesos. Aunque parezca mentira, estamos hablando de un tema de once minutos. Toda la canción va en una dirección in crescendo, salvando el magnífico interludio jazzero que encontraremos sobre los tres minutos. Grandísimo el trabajo de Piotr Grudzinski con sus seis cuerdas.

La despedida del CD se presenta con Hybrid Times. Y la perfección sonora continúa. Nuevamente Michal Lapaj, teclista de la banda, se luce y brilla como la mayor de las estrellas de este universo musical llamado Riverside. Los últimos tres minutos de canción son un verdadero regalo para nuestros oídos y obviamente para nuestra mente.

Me reitero, no tengo ninguna duda en que estamos ante uno de los discos del año, para mí lo es. Es de esos discos 10/10, esas obras de arte musicales que de vez en cuando nos regalan las bandas progresivas.

No quisiera olvidarme de mencionar que el CD viene acompañado de un Bonus DVD que contiene siete canciones grabadas en Amsterdam en la anterior gira. Compra segura para cualquier amante de la buena música.