Texto: Vic Granell
Fotos: Vic Granell
21h., puerta de Salamandra 2, con unas cuantas decenas de personas esperando ante una persiana bajada. Qué raro… A esa hora empezaban Harvest, únicos teloneros del concierto. Descubrimos que, fruto de diferentes malos entendidos entre ambos grupos y la promotora, los locales no pueden tocar por falta de espacio en el escenario. Sorpresa y un poco de decepción, había ganas de ver qué nos podía ofrecer esta banda que está haciéndose un hueco en la escena local de rock progresivo. Además, los 23€ que costaba la entrada anticipada, para ver sólo a Riverside, se convirtieron quizá en algo excesivos. A las diez, con la pequeña de las Salamandras medio llena (unas 150 personas), los cuatro de Polonia ocuparon la pequeña tarima con O2 Panic Room. Oscuro tema con un efectivo estribillo para empezar. Unas familiares primeras notas a la guitarra sonaron, desvelando enseguida el que para nosotros es la mejor pieza del grupo, Second Life Syndrome, con 15 minutos llenos de complejidad y repetición muy bien equilibradas. La energía del final de SLS hizo mover las cabezas de parte del público. Con un hablar simpático y haciendo bromas entre temas, Mariusz Duda hizo un muy buen papel como frontman, excelente a las voces y al bajo.
Como muchos grupos a lo largo de 40 años del género, el elenco de instrumentos que llevaban Riverside superaba la convencionalidad de una banda de rock. El teclista Michał Łapaj usaba, entre diferentes instrumentos, un órgano Hammond con un altavoz giratorio Leslie (clásicos muy difíciles de conseguir) y un Theremin, el primer instrumento eléctrico de la historia, que sirvió como intro para una de las piezas de la noche. Algunos elementos extra a la batería como Rototoms, guitarra y bajo de luthier (Mayones, fabricados en Polonia) y multitud de efectos para completar un equipo nada austero, que dio un genial sonido combinando la modernidad con lo vintage. Con una fuerte influencia de Porcupine tree pero con momentos que recordaban más a clásicos del rock progresivo como Marillion y Rush, Riverside ofrecieron su último disco al completo, del cual habríamos extraído algun tema en lugar de sacrificar Conceiving You (que sí habían tocado en conciertos anteriores de esta gira), pero que nos pareció muy bien defendido en directo. Emocionó al público la melódica In Two Minds con Duda a la guitarra acústica y, tras una hora y tres cuartos incluyendo ya un bis con Stuck Between, Reality Dream II y III (ambas instrumentales, con momentos que llegaron a aburrir ligeramente), el grupo apareció de nuevo para regalarnos Rapid Eye Movement. Terminaron así dos horas de un excelente concierto interpretando grandes temas y otros que quizá hicieron perder ligeramente la efectividad de su directo, ante un público muy entregado en todo momento.