Por Antonio Duncil
Trustkill
Llevo días enganchado a este disco; desde la primera vez que lo oí me percaté de que estaba ante una agrupación especial; son americanos, son sureños y son jóvenes, y se les ha comparado ya en algunas webs con los legendarios Black Crowes, y desde luego que algo de eso hay en este redondo, sobre todo en la voz del señor Matt Tanner, quien es además guitarrista, lo que da una idea de su talento, porque hay que ver cómo se maneja en ambas facetas: tocando y cantando. En la voz me recuerda, y no sólo a mí, al señor Robinson de los mencionados Black Crowes; pero ahí se quedan las similitudes. Lo que hacen Stonerider, como acertadamente se ha dicho ya por ahí, es lo que tenían que haber hecho los Cuervos Negros si, a partir de su tercer disco, en vez de haber tirado por la psidodelia y las largas jams se hubieran decantado por un sonido más crudo, el que anunciaba su disco de debut.
Es ahí donde lo toman Stonerider, estos chavales cogen lo más duro del primer redondo de los Cuervos Negros y lo llevan un paso más allá, porque sí, tienen influencias sureñas, de eso no cabe duda, y se ve que esta peña se ha hinchado a oír a ZZ Top y AC/DC y a Rose Tatto, pero también está claro que los chicos de Stone Rider se han hartado de oír disco de punk rock y de garaje; es ese punto punk, y ese toque garajero total, el que pueden tener formaciones como The Datsuns, Detroit Cobras o los mismos Zen Guerrilla, el que orla todo el disco de debut de Stonerider de un aire salvaje que muchos chavales echaban de menos en Black Crowes, demasiado burgueses para chicos de dieciocho años con el cuerpo invadido de hormonas que les piden guerra.
Eso es lo que da este disco, guerra y de la buena, unos solos de guitarra demoledores, unas voces tremendas, unas canciones cortas sin florituras ni adornos innecesarios, pero perfectas para dejarse los sesos haciendo el bestia delante de un escenario. Atención a la versión que hacen de Nazareth, “Hair of the dog”, la bordan, amigos, una canción inmensa, pero tampoco se pierdan los temas propios, no hay ninguno malo en todo el trabajo, menuda pasada, corran por él porque este disco es para ponerlo y no quitarlo en semanas.