Por Xavier Vidal.
Puedes leer la primera parte del studio report en este enlace.
El día que acabo de grabar algunos detallitos de la batería que faltan es el día en que empiezan las guitarras.
El técnico, Mr.Ax, ha trabajado cada día, así que cuando no ha habido sesión de estudio, ha escuchado lo que grabé para seleccionar las partes que queda mejor repetir. Para Gufy, el ritual de las semanas previas ha sido el mismo de cada disco: Llevar su guitarra al luthier, para que ponga cuerdas nuevas, afine, calibre…en definitiva, una puesta a punto. Usa una LTD desde el primer disco de Vivid Remorse, aunque finalmente Mr.Ax decidió que grabara con una Solar, porque las pastillas son más expresivas y con un sonido fresco.
El propio técnico ha decidido que Gufy grabe cinco temas y Álvaro de Prado, el guitarra solista, otros cinco. Cada maestrillo tiene su librillo, y hay grupos en los que ambos guitarras graban todos los temas. Ax, por contra, prefiere que las dos guitarras de un tema sean tocadas por el mismo músico. Cada uno tiene un estilo de tocar…por ejemplo, en los riffs “palmuteados”, es decir, donde la cuerda se tapa con la mano, creando un sonido “seco”, hay guitarras que alternan púa arriba con púa abajo, mientras que otros lo tocan con la púa en un solo sentido, hacia abajo…y esto se nota en el sonido. Si graban el mismo tema los dos, estos detalles se notarían y quedaría peor.
El primer día de guitarras, Gufy graba cinco temas. De momento, solo las rítmicas y, como con la batería, así se tiene una “base” sobre la que ir modificando detalles si es necesario, tras varias escuchas. El estilo de Gufy, el que siempre ha determinado primero el de Vivid Remorse y luego el de Reaktion, se basa mucho en el thrash de principios de los ’90, un thrash evolucionado respecto a los de los ’80, donde las afinaciones eran más agudas y los acordes se basaban sobre todo en quintas. Nosotros afinamos en Re…recuerdo la conversación que tuvimos hace 15 años al respecto: él la quería más grave, le gusta mucho el sonido más “moderno”; yo la quería más aguda, soy más clásico. Así que el Re era un
punto intermedio. En los ’90 el género avanzó, se buscaron afinaciones más graves, los acordes eran diferentes (usando muchas aumentadas y disminuidas), y ese thrash de los Testament, Sepultura, Machine head, con algo de Napalm Death y Carcass de esa década, combinado con un punto de hardcore y crossover, es una de las características de nuestro estilo.
Este álbum sigue este estilo, por supuesto, aunque siempre con algunas novedades, incorporando algunos arpegios y también riffs algo blackmetaleros, fruto de la nueva influencia de Álvaro. Tras varios álbumes un grupo, o al menos el nuestro, no solo ya conoce su estilo y sus límites, sino también algo fundamental, y ligado a ello, como es el tempo de las canciones en las que se siente más confortable. Nuestros temas básicamente están compuestos en torno a los 150 bpms (10 arriba-10 abajo) o los 225 (de nuevo, 10 arriba-10 abajo). El primero permite muchísimas baterías diferentes, desde medio tiempos hasta blast beats, mientras que el segundo es una velocidad muy característica del thrash.
Es curioso porque se dice que los primeros álbumes de thrash fueron el Kill’em all de Metallica y el Bonded by blood de Exodus, pero sus temas rápidos se mueven sobre los 160-170 bpm, una velocidad más características del power metal. Quizás fue Slayer el que instauró el tempo más característico del thrash, que no baja de los 215 bpm. De cualquier manera, el tempo es algo muy importante porque es el que da el “tono” de la canción (no a nivel de afinación, sino de “carácter”). A veces hemos compuesto un tema con un tempo determinado pero lo hemos subido porque “lo pedía”, o en cambio se ha bajado porque la canción en sí ganaba si le dábamos más pesadez. Es algo que se va modificando, igual que la propia estructura del tema, conforme se va escuchando muchas veces, hasta que se graba al tempo que se considera mejor para esa canción.
Gufy graba con su cabezal Peavy 5150, acompañado de su mate, que viene a ser como mi camiseta de Metallica, una especie de amuleto, pero esta vez ha incorporado una vela, quizás en homenaje a su “santísima trinidad”: James Hetifeld, Max Cavalera y Slash. Graba casi de un tirón, se nota que ha compuesto él los riffs y los podría tocar con los ojos vendados. Mr. Ax le da algunas indicaciones de cómo tocar alguna parte y el día avanza en el estudio mientras el disco va cogiendo forma.