Antes de comenzar el concierto, o bien desde el mismo momento que se anunció la gira, todo era más bien incierto. No hace falta esforzarse mucho para rememorar lo vivido en el 2006 cuando Axl Rose y su banda, todavía me cuesta decir Guns & Roses y no ver al menos al melenudo Slash con la chistera tocando las seis cuerdas, ofreció un patético concierto en el auditorio del Parque Juan Carlos I de Madrid, que después de más de dos horas de espera la estrella estrellada apareció en escena para ser nada más que una sombra pantomímica de lo que había sido hace tres lustros atrás y recibir botellazos, lanzamiento libres de cervezas y hasta sillazos de la masa enardecida. Por eso… ¿Qué tendríamos esta vez en el concierto? ¿Nos haría acordar de su última presentación, esa que todos quieren olvidar, o nos remontaría dos décadas atrás cuando la banda estaba en la cresta de la ola? Debo decir que hubo un poco de todo aunque por suerte pudimos viajar en el tiempo… al menos por momentos.